M. T., Valencia
Las mujeres están sometidas a muchos tipos de violencia que no se limitan a los casos de las asesinadas a manos de los hombres.
« El sistema capitalista y patriarcal perpetúa la asimetría entre géneros »
M. T., Valencia
Las mujeres están sometidas a muchos tipos de violencia que no se limitan a los casos de las asesinadas a manos de los hombres.
La violencia psicológica del macho inseguro ; la de las instituciones religiosas ; la violencia laboral, la que sufren doblemente las mujeres discapacitadas, la que padecen las inmigrantes, la que sufren las lesbianas por el hecho de serlo o la mujer en política. « Es el sistema capitalista, el patriarcado y el Estado el que promueve las diferencias y perpetúa las desigualdades de género », señalaba la secretaria general de CGT del País Valencià, Emilia Moreno, en la mesa redonda Forjant xarxes contra la violència de gènere.
El debate abordaba el modelo ecológico de la violencia que hace referencia a los diferentes niveles donde se ejerce : en el microsistema familiar, en las instituciones como la escuela, la iglesia o el club deportivo, y a nivel macrosocial. « Estamos inmersos en un sistema competitivo y consumista de un mundo en el que unas naciones explotan a otras y unas personas explotan a otras », decía Encarna Canet, de CGT. « Por mucha prevención que hagamos estamos en un mundo violento, y así es difícil acabar con la asimetría de poder ».
Los ponentes coincidieron en señalar la hipocresía de un sistema que publicita soluciones « que sólo son parches políticos » y, por otro lado, que existe la invisibilización de los colectivos agredidos.
Josefina Juste exponía la doble violencia que sufren las discapacitadas en un sociedad productiva. Juste recordó que la UE denuncia desde el 98 que España « incumple la normativa de integración de discapacitados ». Y apuntaba cómo las prestaciones son utilizadas como retén para la integración. María José Gisbert, de Lambda, remarcaba la necesidad de hacerse visibles como lesbianas, « a través del activismo y la normalización de la opción sexual ». Jesús Hernàndez forma parte de un equipo trabaja con agresores sexuales y denunciaba la falta de apoyos de la Administración. « Si queremos ser integradores, el hombre violento debe recibir un tratamiento », dijo señalando lo difícil que es desaprender los roles y la necesidad de romper la transmisión generacional de la violencia.
Teresa Jordán, de Unitat Popular, criticaba cómo al Estado « le interesa que la mujer no tenga conciencia nacional ni de clase para no protagonizar ninguna lucha », mientras que Amparo Rubio hablaba de las violencias cotidianas en un proceso largo y no uniforme « que la mujer oculta para salvaguardar el bienestar familiar. Maltratadas somos todas ; lo que hay que ver es hasta dónde nos identificamos » decía para destacar cómo el espacio privado en la mujer está ligado al trabajo doméstico. En su opinión es prioritario « el disponer de tiempo para una misma ». Dolors Pérez, diputada de l’Entesa, proponía la creación de una Conselleria de la Mujer y exigía la necesidad de presionar para dotar de presupuestos la Ley integral de género. « Si no hay medios, ya podemos seguir debatiendo que no avanzaremos », dijo.