CGT se une a la denuncia internacional por la desaparición de la dirigente mapuche Julia Chunil, de 72 años, que fue vista por última vez a principios de noviembre de 2024.

La Confederación General del Trabajo (CGT), a través de su Secretaría de Relaciones Internacionales, ha vuelto a denunciar el hostigamiento que padecen los pueblos originarios en países de América del Sur por parte de los Estados y las multinacionales que impiden que se desarrollen libremente en sus comunidades ancestrales.

Su entorno más cercano y la comunidad donde residía, la comuna de Máfil en la región de Los Ríos de Chile, continúan sufriendo sin conocer qué hechos rodearon la desaparición de Julia. Como muchos miembros de las comunidades mapuches, Julia era una defensora del medio ambiente y había plantado cara a empresas interesadas en el suelo donde vivía. En cuanto a las investigaciones que se han abierto tras la denuncia por desaparición, la Policía está centrándose en posibilidades como el hecho de que haya podido accidentarse, perderse o bien que haya decidido “desaparecer voluntariamente”. Su familia lo niega tajantemente, por lo que se ha dado comienzo a una campaña para exigir una investigación y transparencia en la misma que explique qué le pasó a Julia, porque el hostigamiento a estos pueblos es un ataque a los Derechos Humanos más básicos y no puede ni debe quedar impune.

CGT ha mostrado su solidaridad con el entorno más directo de Julia, uniéndose a la esperanza de poder encontrarla con vida lo antes posible. Mientras, la organización anarcosindicalista ha recalcado que el derecho de las comunidades y pueblos ancestrales tienen derecho a decidir sus destinos y por lo tanto a vivir en libertad en los territorios donde han nacido y han desarrollado su vida.CC

Secretaría de Relaciones Internacionales CGT


Fuente: Gabinete de prensa del Comité Confederal de la CGT