Ante la amenaza de la nueva ley de seguridad ciudadana: Movilización y lucha .
La represión y el miedo son las herramientas recurrentes y utilizadas por los estados para perpetuar los beneficios de las élites en detrimento de los trabajadores así como del conjunto de las clases populares.
La represión y el miedo son las herramientas recurrentes y utilizadas por los estados para perpetuar los beneficios de las élites en detrimento de los trabajadores así como del conjunto de las clases populares.
En esta ocasión este hecho se ha materializado en el último anteproyecto de Ley de Seguridad Ciudadana planteada por el gobierno. Esta reforma supone, en líneas generales , un retroceso en las libertades de la población y viene a incrementar además el carácter represor de un Código Penal que no se ha pensado para la » reinserción» y que buscará ( ahora más que nunca ) el castigo indiscriminado , especialmente para la movilización social y los / las más desfavorecidas .
El proyecto de ley centra su atención contra de esta movilización social creciente: en forma de huelgas, manifestaciones, escraches , ocupaciones. Se eliminan las faltas pasando a ser delitos leves o infracciones administrativas para endurecer así las penas relacionadas a las mismas (pequeños hurtos, destrucción de bienes…). Se criminaliza la protesta social en términos totalmente arbitrarios y desproporcionados. Se persigue la difusión por redes sociales de manifestaciones con la excusa de que » incitan a cometer un delito de alteración del orden público «, además, la difusión de los mismos se podría considerar delito con el nuevo código penal .
Se coarta la libertad de expresión y se introducen los delitos de opinión . Se equipara a los vigilantes de seguridad privada con los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, concediéndoles la misma protección. Se blinda una policía que tiene un perfil aún más protegido. El empleo (incluso pacífica y temporal) de un espacio privado , como una sucursal bancaria, se considera alteración del orden público . Se plantea la resistencia pasiva como atentado. Se introduce la cadena perpetua de forma encubierta mediante la » prisión permanente revisable».
Estos son algunos ejemplos de cómo el código penal endurece en contra de la población que cada vez sufre más el paro, precariedad, desahucios, suicidios , exclusión y desigualdades y sus perspectivas de movilización. Lo que es legítimo y justo para el conjunto de la sociedad se convierte en ilegal. Se trata de un arma que desde la CGT y desde los movimientos sociales conocemos bien: criminalizar, reprimir, infundir el miedo entre la población para disuadirla de participar en las movilizaciones y la protesta.
De una ley pensada para perpetuar beneficios de una clase dirigente pisando derechos sociales y laborales y la dignidad de la población, no se puede decir ley de » seguridad» ciudadana. Contrariamente, es una ley (como todas) de seguridad, pero por el negocio y poder de las élites económicas y políticas .
El gobierno, con un golpe autoritario, muestra qué es lo que le da miedo y quiere hacer desaparecer: la movilización y la organización , la solidaridad y la acción social , especialmente si ésta se ejerce desde la base . Es una señal clara de que vamos en el buen camino y que, como desde el poder político y económico ya se está haciendo , es el momento de prepararnos.
Si nos quieren quietas, calladas y desorganizadas… movamosnos, gritemos y organicemosnos.
Secretariado Permanente CGT Catalunya, a 27 de noviembre de 2013