CGT considera que la imposición forzada de los Planes de Refuerzo, con el rechazo del 90% del profesorado, cuestiona el papel de los docentes, y cree necesario que las organizaciones sindicales abandonen la actitud contemplativa, movilizándose unitariamente en defensa de los derechos laborales amenazados.

CGT considera que la imposición forzada de los Planes de Refuerzo, con el rechazo del 90% del profesorado, cuestiona el papel de los docentes, y cree necesario que las organizaciones sindicales abandonen la actitud contemplativa, movilizándose unitariamente en defensa de los derechos laborales amenazados.

El Plan Específico de Refuerzo, sobrevenido a mitad de curso, puesto en marcha unilateralmente por la Consejería de Educación, e implantado a base de presiones a los equipos directivos, ha dinamitado los Proyectos Educativos , los Proyectos Curriculares, y en última instancia, la propia autonomía de los Centros, reducida ya a su mínima expresión. La puesta en marcha de unos Planes que nacen fracasados, -ningún Plan Educativo puede tener éxito si no cuenta con el respaldo del profesorado y violenta el sentir de profesores y claustros -, ha alterado y pone en grave riesgo las condiciones laborales de los profesores extremeños, contribuyendo al deterioro de la calidad de la educación pública.

Resulta evidente que el objetivo último de dichos Planes es la reducción por decreto de las tasas estadísticas de fracaso escolar en la ESO en Extremadura a través de una arriesgada operación de cirugía estética, sobre la base de la reducción de objetivos mínimos al mínimo, la compra de voluntades, y el adiestramiento del alumno al margen de la jornada escolar, con el único objetivo de superar una única prueba extraordinaria. Para conseguir este objetivo hubiera resultado más económico y eficaz proporcionar al alumno el examen extraordinario ya resuelto para su memorización o, directamente, decretar por ley las tasas máximas de fracaso que se consideran aceptables y exigibles.

Consideramos un despropósito absurdo valorar al alumno con una única prueba extraordinaria, una inutilidad las clases de refuerzo que sólo conducen a la superación de dicha prueba y un error trasladar al profesor toda la responsabilidad del fracaso escolar. El trabajo del profesor que ha estado todo el año con un alumno (y por lo tanto conoce la programación, los contenidos mínimos, la evolución del alumno, su trabajo diario…) queda desvirtuado, y hasta ninguneado, por el de un compañero, que se supone que puede lograr que en unos pocos días que el alumno supere la prueba extraordinaria y alcance los objetivos.

Los problemas evidenciados con la puesta en marcha del Plan son muchos : no hay un criterio claro de selección del alumnado, jornadas escolares desmesuradas, especialmente en centros rurales con transporte escolar, problemas de coordinación del profesorado que imparte horas extra con los departamentos correspondientes, imprecisión del concepto de «riesgo fundado», inadecuación de profesor/asignatura (se dan casos de profesores que nunca han impartido el nivel en el que ahora dan el refuerzo, o más grave aún, profesores que no son de la especialidad), sobrecarga de trabajo a equipos directivos, incremento de trámites burocráticos…

Para CGT una política educativa seria y responsable debe abordar e intervenir sobre las causas últimas y profundas del fracaso escolar, muchas de las cuales trascienden el ámbito escolar y exigen transformaciones sociales complejas, en lugar de recurrir a atajos mediáticos y estadísticos. Existe un gran consenso entre las organizaciones sindicales de la enseñanza a la hora de presentar alternativas eficaces y serias al respecto : aumento de desdobles, apoyos y refuerzos en horario escolar, disminución de la ratio, incremento de plantillas y medios, o aumento de la optatividad ofertada, entre otras.

Por otra parte, desde CGT queremos advertir que la introducción de horas extra, diferencias salariales injustificables y complementos de productividad en la enseñanza pública, cuestiona el papel del docente, que siempre, por pura vocación y de forma totalmente desinteresada, ha realizado actividades de refuerzo, repaso, ampliación de contenidos o extraescolares. Las actividades extraescolares y complementarias que dan vida, dinamismo, protagonismo social e intensidad pedagógica a los centros públicos son posibles gracias al trabajo desinteresado, comprometido, entusiasta y vocacional de los profesores, sin demandar retribución económica por ello y casi siempre a costa de su tiempo libre, su ilusión, sus vacaciones e incluso su dinero. Proyectos de innovación educativa, talleres, programas educativos, excursiones, visitas y viajes, publicaciones, jornadas, intercambios y todo tipo de actividades extraescolares no surgen de la nada, sino de la entrega impagable y comprometida de un colectivo a quien ahora se discrimina, desprecia y agravia. Este verdadero voluntariado solo es posible sobre la base de la buena voluntad y confianza entre administración, equipos directivos y profesores, y esa confianza se quiebra con la imposición forzada, el cuestionamiento de su labor y el agravio comparativo. Desde CGT llamamos la atención de que ese colectivo de voluntarios, verdadero corazón de la enseñanza pública, curiosamente no viene a coincidir con la minoría que ahora ha vendido la dignidad del colectivo por una individual ración de lentejas.

Por todo ello exigimos la retirada de los Planes de Refuerzo y estimamos necesario que las organizaciones sindicales abandonen la actitud contemplativa y se movilicen unitariamente en defensa de una enseñanza de calidad y de los derechos laborales amenazados. En ese sentido, la posibilidad de generalizar los refuerzos extraescolares retribuidos y las horas extraordinarias el próximo curso augura un inicio del mismo conflictivo y caliente, que podría verse agravado cuando se conozca el alcance de la futura Ley Extremeña de Educación.


Fuente: CGT Cáceres