CGT muestra su solidaridad y apoyo a los docentes que han sufrido las
últimas agresiones, pero no apoyará las concentraciones convocadas por
PIDE, ni la propuesta de huelga de STE-Ex.
Desde CGT consideramos que la convocatoria de PIDE, hecha de manera
unilateral, no tiene ni fines suficientemente claros, ni plantea
soluciones o respuestas novedosas a la violencia y la conflictividad
en los centros. Lejos de ello, da alas a quienes pretenden
retrotraernos a un modelo educativo autoritario, a través de un
endurecimiento y generalización de las medidas coercitivas y
punitivas.
CGT quiere expresar todo su apoyo y solidaridad al profesorado que
sufre situaciones de agresión y violencia, considerando que cualquier
tipo de violencia en el entorno educativo es inaceptable y para ello
estaremos dispuestos a movilizarnos siempre que sea necesario. Sin
embargo rechazamos las «soluciones» meramente punitivas, basadas en un
endurecimiento del régimen de sanciones, establecimiento de medidas
excepcionales de seguridad en los centros o tratamientos policiales y
judiciales de los conflictos educativos. Esta es una tendencia que se
acentúa progresivamente, al calor de las demandas de los sectores más
conservadores y regresivos del profesorado y la sociedad ; demandas que
no compartimos. Para CGT se trata de una estrategia agotada, fracasada
y antipedagógica. No nos queda claro que los objetivos de estas
movilizaciones sean coherentes con nuestros principios.
Denunciamos la responsabilidad de una violencia estructural y social
en la generación de los conflictos escolares. Se trata de un problema
cuya raíz está en marcos económicos, sociales y culturales que
trascienden el mero ámbito escolar.
Rechazamos las actitudes de aquellos profesores que ven a alumnos y
padres como enemigos, y que conciben la práctica educativa como una
«guerra» en la que hay que contar con armamento de defensa. Estas
actitudes solo incrementan los niveles de enfrentamiento y fomentan la
conflictividad, evidenciando aún más el fracaso educativo del sistema.
Rechazamos los procedimientos burocráticos y políticos que cierran en
falso el problema con Planes, Acuerdos, Programas, Diseños,
Observatorios y Movilizaciones que nacen en despachos alejados de la
práctica docente y que solo son respuestas mediáticas, espectaculares
y vacías de contenido real.
No existen soluciones mágicas, pero optamos por asumir compromisos
personales y colectivos positivos por parte de los profesores para
actuar en el ámbito local, en centros, aulas y clases, implicando a
todos los sectores de la comunidad educativa, en base a estrategias
educativas transformadoras, creativas y prácticas, conscientes de que
las respuestas han de producirse en la base y no en las alturas. CGT
apuesta por profundizar en el conocimiento y en la formación de toda
la comunidad educativa en estrategias para el afrontamiento y gestión
de la conflictividad, especialmente las herramientas de mediación,
intervención social y gestión de las emociones. Precisamente por ser
un problema que no puede ser objeto de banalización ni de comercio
político o electoral, exigimos un debate social profundo real y serio
donde participen todos los sectores implicados en la búsqueda de
alternativas imaginativas desde una concepción liberadora y social de
la educación.
Fuente: Sección Sindical de Enseñanza CGT-Cáceres