El jueves día 2 de julio, un mes después de la última reunión de la Comisión Negociadora del ERE, CGT fue convocada a una nueva reunión destinada formalizar un acuerdo que había sido previamente negociado por el resto de sindicatos y la empresa.
Después de un mes de movilización de los trabajadores y otro en el que su participación ha sido sustituida por una gira por las diferentes administraciones destinada a que la empresa pudiera “hacer caja” : 9 millones de la Comunidad de Madrid que se añaden a los 15,3 millones del gobierno central. Pero la jugosa “recaudación” no ha impedido que las medidas laborales queden muy lejos de los objetivos que se habían esgrimido públicamente por todos en las asambleas.
Si bien es verdad que la empresa ha dejado, de momento, de plantear los 1024 despidos iniciales para hablar de un “excedente estructural” de 453 (389 en taller y 64 en oficinas), no es menos cierto que no adquiere compromiso alguno, más allá del 31 de diciembre de 2009, ni en materia de plan industrial que garantice la planta de Madrid, ni cerrando la puerta a nuevos despidos en el futuro. Además, hay que añadir los despidos que se puedan producir por el cese de los 149 relevistas temporales y los que se produzcan por prejubilaciones y bajas indemnizadas voluntarias (cuyos afectados y condiciones quedan supeditados a los criterios de la dirección).
De ese “excedente estructural” de 453 personas, 363 serían despidos (328 de taller y 35 de oficinas) que pasarían a engrosar una “bolsa” de trabajadores “en espera de recolocación”, de los que la empresa sólo garantiza la vuelta en 2009 a un máximo de 103 (61 de taller y un máximo de 42 de oficinas) bajo forma de relevistas. A cambio de semejante “promesa”, su indemnización por despido es la mínima legal (20 días), ampliable en algunos euros mas si la empresa no les llama en 24 meses (¡qué generosa !). Es significativo que la empresa ni siquiera se ha querido comprometer en firme a recolocarlos en el plazo de 2 años, ni a “perdonar” los días de flexibilidad que deban. Para colmo, de ese “compromiso light” quedarían excluidos los relevistas temporales a quienes se termine el contrato por alcanzar el jubilado los 65 años.
Si nos atenemos a las condiciones económicas para quienes queden en situación de suspensión temporal, la empresa baja la garantía salarial del tiempo de desempleo del 90% al 70% del salario bruto. Si bien se incluye una cláusula de garantía global (tiempo de trabajo + tiempo de desempleo) del 82% de las percepciones, eso todavía representa 10 puntos menos de lo que se venía cobrando en la actualidad y además está condicionada a asistir a los cursos de formación que convoque la empresa, al absentismo y a no haber sido objeto de medidas disciplinarias. Como puede verse, una merma económica que en absoluto se ve compensada por la garantía de empleo que era el objetivo central que todos teníamos en la lucha contra el ERE.
Debido a todo lo anterior, la asamblea de afiliados de CGT reunida ayer, día 2 de julio, ha decidido no adherirse al acuerdo firmado por Iveco y los sindicatos UGT y CCOO porque, además de implicar despidos, no se dan las garantías mínimas para el futuro industrial y del empleo de los trabajadores por los que hemos estado luchando.
Sección Sindical de IVECO España (Madrid)
Fuente: SS IVECO Madrid