El 24 de octubre, la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, afirmaba que la línea de alta velocidad Madrid – Toledo, cuya puesta en servicio está prevista para el 15 de noviembre, funcionará “en las mejores condiciones, con el mejor material móvil y con unas tarifas que sean adecuadas para el uso de los ciudadanos”.
Sin embargo, en reunión mantenida con el Comité General de Empresa ayer, 3 de noviembre, la Dirección de RENFE-Operadora planteó su intención de que los trenes circulen en esta línea sin Supervisor de Servicios a Bordo (Interventor).
Las funciones del Supervisor no se limitan a las comerciales y de atención al viajero, lo que ya de por sí supone una rebaja de las prestaciones en un servicio cuyas tarifas van a seguir los mismos criterios que el AVE Madrid-Ciudad Real, y por tanto poco asequibles.
Las Normas Específicas de Circulación, documento fundamental de seguridad para las líneas de alta velocidad, establece las obligaciones del Supervisor en esta materia, entre ellas la atención a la marcha del tren y la comunicación de anormalidades, utilización del aparato de alarma, accionamiento de los mecanismos de cierre centralizado de puertas y garantizar que no queden abiertas durante marcha, servicio de los frenos de estacionamiento en caso de fraccionamiento del tren y actuaciones en caso de detención accidental del tren.
La eliminación de la figura del Supervisor a bordo de los trenes en el AVE Madrid-Toledo, supone la reducción de la calidad ofertada a los usuarios y la supresión de una figura clave en la seguridad.
Madrid, 4 de noviembre de 2005
Fuente: SFF-CGT
