Los concejales de CHA, con Gaspar a la cabeza, se desmarcan del apoyo municipal. A la marcha se sumaron IU, Los Verdes, CGT, CCOO y colectivos vecinales.
Alrededor de dos mil ciudadanos se manifestaron ayer tarde, a pesar de la lluvia, en contra de la posible instalación en Zaragoza de la sede del Sistema de Vigilancia Aérea de Superficie (AGS) de la OTAN. La marcha, que recordaba protestas de hace décadas, estaba organizada por la plataforma en contra de esta instalación y contó con el apoyo de CHA, IU y Los Verdes, los sindicatos CCOO y CGT, la Federación Aragonesa de Barrios (FABZ) y asociaciones y colectivos sociales y ecologistas.
Los concejales de CHA, con Gaspar a la cabeza, se desmarcan del apoyo municipal. A la marcha se sumaron IU, Los Verdes, CGT, CCOO y colectivos vecinales.

Alrededor de dos mil ciudadanos se manifestaron ayer tarde, a pesar de la lluvia, en contra de la posible instalación en Zaragoza de la sede del Sistema de Vigilancia Aérea de Superficie (AGS) de la OTAN. La marcha, que recordaba protestas de hace décadas, estaba organizada por la plataforma en contra de esta instalación y contó con el apoyo de CHA, IU y Los Verdes, los sindicatos CCOO y CGT, la Federación Aragonesa de Barrios (FABZ) y asociaciones y colectivos sociales y ecologistas.

«Zaragoza es una ciudad estupenda para que se nos conozca por muchas cosas, como la Expo, su carácter de ciudad tolerante y a favor de la paz, por lo que sería malo ponernos como objetivo militar», afirmó el segundo teniente de alcalde y portavoz de CHA, Antonio Gaspar.

Junto al resto de concejales y diputados de CHA, Gaspar dejó claro ayer con su presencia la oposición a un proyecto que, sin embargo, tiene el beneplácito del alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch. De hecho, el también concejal de Urbanismo insistió en que el consistorio, del que CHA forma parte como equipo de Gobierno, no se ha pronunciado oficialmente al respecto.

«La Base Aérea de Zaragoza sigue planeando. Y no queremos más servidumbres ni que se traiga aquí esta base porque supone entrar en la dinámica de política de guerra que lleva actualmente la OTAN y Estados Unidos», explicó José Ramón López, portavoz de la plataforma.

José Ramón López se quejó de la falta de información y de un debate público sobre la ubicación, en Europa, de una instalación de este tipo. «Se nos ha presentado como algo impuesto desde el Gobierno de Aragón y el ayuntamiento, cuando los ciudadanos desconocen de qué se trata y los peligros o limitaciones que pueden traer a la ciudad», lamentó.

La instalación prevé la creación de unos 4.000 puestos de trabajo, la mayoría para personal civil, y la generación de una riqueza de unos 400 millones de euros anuales. Zaragoza compite en el proyecto con otras tres ciudades de Alemania, Polonia e Italia.

Diferentes responsables de asociaciones vecinales criticaron ayer los perjuicios directos del complejo. «Tenemos muchas más razones para no querer esta base por sus afecciones directas. Los barrios de la periferia ya soportan bastantes ruidos como para aumentarlos», añadió Miguel Ángel Mallén, presidente de la FABZ.


Fuente: El periodico de aragón