Toño del Barrio
Barcelona acogió en septiembre de 1909 el Congreso Mundial de Esperanto, el quinto que tuvo lugar siguiendo la tradición recién estrenada, y que tanto éxito había tenido en el afianzamiento de esta lengua, entonces todavía casi en sus inicios. Cataluña era entonces sede de un movimiento esperantista potente y activo, que combinaba una vocación internacionalista con una preocupación por el resurgimiento y la proyección internacional del idioma catalán.
Toño del Barrio

Barcelona acogió en septiembre de 1909 el Congreso Mundial de Esperanto, el quinto que tuvo lugar siguiendo la tradición recién estrenada, y que tanto éxito había tenido en el afianzamiento de esta lengua, entonces todavía casi en sus inicios. Cataluña era entonces sede de un movimiento esperantista potente y activo, que combinaba una vocación internacionalista con una preocupación por el resurgimiento y la proyección internacional del idioma catalán.

El 8 de septiembre de 1909 se anunciaba en Barcelona el resultado de los primeros Juegos Florales Internacionales. Fueron unos Juegos especiales, por su lengua (el esperanto), y por su resultado : el vencedor fue una mujer.

Barcelona acogió en septiembre de 1909 el Congreso Mundial de Esperanto, el quinto que tuvo lugar siguiendo la tradición recién estrenada, y que tanto éxito había tenido en el afianzamiento de esta lengua, entonces todavía casi en sus inicios. Cataluña era entonces sede de un movimiento esperantista potente y activo, que combinaba una vocación internacionalista con una preocupación por el resurgimiento y la proyección internacional del idioma catalán.

La candidatura para celebrar una reunión internacional de esperantistas fue apoyada además por los esperantistas del resto de España, a pesar de las desavenencias que se habían producido en algunos momentos, lo que se tradujo en un importante compromiso de las autoridades oficiales, tanto estatales como locales. Ello incluyó la concesión del Gran Collar de Isabel la Católica por parte del rey Alfonso XIII, que había aceptado la presidencia de honor, al creador del idioma, el Dr. Zamenhof, que participó en el congreso.

La reunión se vio marcada en un comienzo por los acontecimientos de la Semana Trágica, ocurridos unas semanas antes. Los desórdenes habían finalizado ya, pero la situación era tensa aún, y el gobierno se volcó en dar seguridades a los visitantes extranjeros sobre la ausencia de peligros. Lo que en aquel momento no se sabía era el tratamiento que terminarían recibiendo algunos de los participantes en la rebelión, incluyendo Francisco Ferrer i Guardia, el cual, según algunos testimonios, se dirigía precisamente al congreso esperantista cuando fue detenido.

Los organizadores, presididos por el escritor Frederic Pujulà i Vallés, prepararon un ambicioso programa cultural. El apartado más destacado fue la celebración de unos Juegos Florales Internacionales, a semejanza de los Jocs Florals que tanto habían colaborado al renacimiento literario del catalán. En este caso se invitó a los autores de todo el mundo a presentar obras en esperanto, una lengua que en aquellos momentos empezaba a consolidar su producción literaria, todavía modesta.

La presentación de los premiados tuvo lugar en el Salón Gótico del Palacio de la Llotja, bajo la presidencia del alcalde en funciones Francesc Layret y del Dr. Zamenhof. El esquema era tan similar al de los Jocs Florals que también en este caso estaba previsto que el ganador de la categoría de poesía recibiera una Flor Natural, con el derecho a elegir una Reina de la fiesta. La sorpresa fue que tal ganador fue una mujer, la alemana Marie Hankel, lo que, en palabras del historiador Francesc Poblet «venía a evidenciar el carácter abierto de los esperantistas».

Se repartieron un total de 42 premios, en distintas categorías. Uno de los galardonados fue un joven Carles Riba, que posteriormente se convertiría en uno de los más importantes poetas en catalán.

El éxito de la convocatoria fue tal que la experiencia se repitió en años sucesivos, en el seno de los congresos catalanes de esperanto, hasta el estallido de la guerra civil. Aunque con la llegada de la democracia hubo un intento de hacerlos renacer en su versión tradicional, la experiencia tuvo un éxito más limitado. No obstante, los concursos literarios que en los años 50 se instituyeron por parte de la Asociación Universal de Esperanto, y que tienen lugar desde entonces en el seno de los congresos universales del esperanto suelen ser considerados como continuadores de la tradición que los Juegos Florales Internacionales de Barcelona instituyeron.


Cartel de los Juegos Florales Internacionales de 1925


Fuente: Tonjo