Actualmente el conflicto de la CGT con la empresa El Pastoret de la Segarra ya se ha esparcido como una gota de aceite en toda Cataluña y es presente en los medios de comunicación. La prepotencia y el abuso empresarial han encontrado una piedra en el zapato y la empresa ha intentado cortar de raíz el problema generando, todavía, uno más grande.
La campaña de solidaridad y denuncia iniciada por la CGT pidiendo la readmisión de la compañera Paz tuvo una rápida respuesta por parte de los sindicatos presentes en el comité de empresa, CCOO y UGT. Y no precisamente en el sentido que se espera de quien tiene que velar por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
A raíz de la repercusión de la campaña, los representantes de CCOO y UGT convocaron a los trabajadores y las trabajadoras a una reunión donde se dedicaron a criticar y demonizar las acciones de solidaridad con la compañera Paz, intentando atemorizar a los trabajadores y trabajadoras con chantajes emocionales y algunas coacciones alrededor de los despidos, llegando a aspectos que ni la misma empresa había llegado. No contentos con esto, intentaron pasar una carta para que la firmara la propia plantilla y en la cual los y las trabajadoras se desmarcaban de la campaña de solidaridad. Afortunadamente, al final, y gracias a la dignidad de algunas personas que estaban totalmente en contra, no se pusieron de acuerdo ni entre ellos mismos, y la iniciativa se descartó.
Hay que recordar que la compañera Paz, trabajadora de la empresa, fue despedida después de repartir información sindical. Después la empresa le ofreció un despido improcedente y cuando ella se negó a firmarlo fue cuando la empresa la despidió por motivos disciplinarios, acusándola de hechos ocurridos meses antes, que como mucho podían ser una sanción por falta leve, y sobre los cuales Paz nunca tuvo constancia por parte de la empresa. Es un claro ejemplo de vulneración de los derechos básicos y jurídicamente es un despido nulo en toda regla. Por cierto, ambos documentos, el improcedente y el disciplinario, están en manos del gabinete jurídico de la CGT.
Si ya es duro tener que enfrentarse a jefes, directivos y patronal para defender derechos laborales y sociales, que aparentemente son básicos y conquistados desde hace años, todavía duele más que aquellos que tienen que velar por su cumplimiento se alineen de manera infame con quien los pisa. Lamentablemente no es el primer caso en que la CGT nos encontramos con comités de empresa que hacen caso omiso de las denuncias de trabajadores y trabajadoras, o que incluso defiendan posturas patronales ante las demandas de la plantilla. Esperamos que denunciarlo públicamente haga que este tipo de actitudes desaparezcan de cualquier organización que se declare sindical.
Finalmente recordamos que el próximo 17 de marzo hay el acto de conciliación con la empresa y que desde CGT seguimos pensando que el acuerdo pasa SÍ o SÍ por la readmisión de la compañera. #PazReadmissio
LLEIDA 11 MARZO 2022
Fuente: Federació Intercomarcal CGT Lleida