Quince años sin Pedro Álvarez, el joven asesinado por un presunto policía en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) en diciembre de 1992. Nadie hasta hoy ha sido juzgado por el hecho y las investigaciones siguen estando paralizadas como desde el principio, a pesar de que el caso pronto prescribirá. Pero la familia sigue luchando para esclarecer el caso y cada vez cuenta con más apoyo y fuerza para seguir adelante.
Carmen Peso y Juan José Álvarez (Carmen y Juanjo) son los padres más conocidos en las localidades de Hospitalet de Llobregat y La Verneda (Barcelona), desde que el 15 de diciembre de 1992 fuera asesinado su hijo, Pedro, por un presunto policía después de una estúpida discusión de tráfico. Pedro tenía 20 años y una vida por delante. Desde entonces han pasado 5480 días durante los que estos valientes padres no han descansado ni uno sólo para esclarecer el caso de su asesinato, agotando todas las vías legales y movilizando a toda la población para que se concentre, se manifieste, se encierre y patalee todo lo que haga falta para que su verdad sea escuchada. El hecho de que nunca falten flores en el lugar donde Pedro fue asesinado es la prueba más convincente de que el caso no se ha olvidado y nunca se olvidará.
Esa noche fatídica Pedro acompaña a su casa a su novia Yolanda, con quien sale desde hace 5 años. Justo después de despedirse, un coche que circula a gran velocidad por poco atropella a la joven, la cual en una reacción instintiva increpa al conductor. Éste sale del automóvil y comienza a discutir con la joven de forma violenta. Pedro entonces vuelve corriendo para defenderla e inicia una discusión con el agresor, que se convierte en el asesino en el momento en que se dirige al coche, coge su arma y dispara tres tiros al joven. Pedro ingresa cadáver en el Hospital de Bellvitge. Las sospechas caen sobre un policía nacional (José Manuel S.F), y es detenido en seguida. Todas las pruebas apuntan hacia él, además es identificado por la única testigo del crimen, Yolanda. A partir de ese momento la investigación empieza a volverse turbia, lo que Carmen y Juanjo critican reiteradamente, y también varios juristas que apoyan el caso. Una semana después se decreta la exculpación del agente por falta de pruebas fiables, y se intenta criminalizar al joven para culparle de lo sucedido. No ha sido ordenada ninguna investigación más.
“Pedro sigue muerto y el asesino de mi hijo sigue en la calle y protegiendo al pueblo”, explica Juanjo Álvarez de forma concisa y clara, “por eso se creó esta plataforma popular, que aún después de 15 años sigue uniendo a todas estas personas que se identifican con el caso de Pedro porque representa uno más de los abusos de poder a que estamos sometidos. Ése es el mayor éxito”. La Plataforma Pedro Álvarez es una agrupación de personas y asociaciones muy diferentes entre sí que en el momento de la exculpación del presunto asesino de Pedro se pusieron manos a la obra de forma espontánea para reivindicar que se aplicase justicia. De esta plataforma nació también la ACAP (Asociación Contra los Abusos del Poder) que llegó a reunir a más de 20 agrupaciones, artistas y familias afectadas y que llegó a organizar una manifestación de 5000 personas. Diversas presiones de toda índole han intentado siempre disolver la ACAP pero hoy todavía funciona, a pesar de que la familia y los amigos de Pedro están más centrados en defender el propio caso en cuestión.
“No se ha investigado jamás el caso –prosigue Juanjo- porque no hay nada que investigar. El culpable fue detenido y puesto en libertad, y no hay nada más que hablar. Se omitieron muchísimas pruebas que podrían haber sido investigadas y se nos ha realizado y se nos sigue realizando muchísima presión para que nos callemos. Además, he llamado a todas las puertas y siempre he encontrado silencio, ningún organismo legal nos ha apoyado jamás. Por suerte, Juanjo agradece haber encontrado el apoyo anónimo y comprometido del pueblo, de artistas, periodistas e intelectuales que le apoyan e impiden que el caso se desvanezca, como tantos otros, en el olvido. Como Juanjo contestaba indignado al Director General de la Policía de entonces en un programa de TVE presentado por Rosa María Mateo que nunca se llegó a emitir, “el problema no es que haya habido un asesinato y no sepáis quién ha sido, el problema es que ha sido asesinado mi hijo. Si hubiera sido asesinado el tuyo, el culpable, fuera quien fuera, ya estaría en la cárcel”.
El pasado 15 de diciembre se ha realizado una ofrenda floral en el lugar del asesinato de Pedro Álvarez (Avda. Catalunya de L’Hospitalet de Llobregat), bajo las atentas miradas de dos patrullas de la Guardia Urbana y de un edificio en obras cuyo capataz conservó la placa-homenaje que había en ese lugar cuando era una pista de petanca. Esa calle se conoce desde siempre como la “calle Pedro Álvarez”, aunque el ayuntamiento no le haya cambiado el nombre. Los ojos de Carmen, la madre de Pedro, y de sus hermanas, no daban crédito a tanto dolor aumentado por tantos años de injusticia. Ese mismo día, por la tarde, se inició una manifestación -blindada por delante de cuatro patrullas de la Guardia Urbana y por detrás por cuatro más de los Mossos d’Esquadra- que concentró a 500 personas de todas las edades en la plaza Universitat de Barcelona y acabó en la Pl. Sant Jaume (lugar donde se encuentran el Ayuntamiento de la ciudad y la Generalitat) con el doble de personas que fueron uniéndose gracias al efecto-imán que producían las exclamaciones desde “No olvidamos” a “Policía asesina”. Acabó con un breve e improvisado pero perfecto discurso de Juanjo Álvarez donde, una vez más, exigía justicia para su hijo, la misma que merecería un hijo de un padre con dinero. Se jactaba de las veces que le habían pedido la identificación en el último mes, y que había sido denunciado por pegar carteles anunciando la concentración. Y, finalmente, daba las gracias por tanto apoyo popular recibido después de todo este tiempo.
¿Quién tiene el valor para pasar por alto una injusticia tan grave con tanta indiferencia ?¿Cómo se le puede decir a una madre que el asesino de su hijo no ha sido encontrado cuando ni siquiera ha sido buscado ? ¿Cómo se recuerda todavía un caso que después de 15 años da tanto que hablar en el pueblo barcelonés ? Las respuestas se generan inmediatamente en nuestra cabeza, pero la diferencia es que, esta vez, la injusticia ha sido sufrida por dos padres inteligentes con mucho coraje y con muy poco miedo para seguir adelante y lograr aclarar lo que es ya un secreto a gritos.
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Fuente: Aitor Fernández