Ya lo decía mi abuela que en la cárcel sólo hay pobres y los ricos, cuando roban, que es a menudo, nunca hacen ninguna. Es decir que si nunca robais, robad mucho, conviertanse en unos grandes ladrones y se ahorrarán la privación de libertad, otros inconvenientes diversos y que os llamen "ladrones", aunque lo sean.

Tan ladrones, al menos, como lo es este empresario andorrano que se llama Fidel Pallerols, su grupo de amigos (Vicenç Gavaldà, Lluís Gavaldà, Santiago Vallbé) y el partido Unión Democrática de Catalunya (UDC), miembro del Gobierno de Cataluña en coalición con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

Tan ladrones, al menos, como lo es este empresario andorrano que se llama Fidel Pallerols, su grupo de amigos (Vicenç Gavaldà, Lluís Gavaldà, Santiago Vallbé) y el partido Unión Democrática de Catalunya (UDC), miembro del Gobierno de Cataluña en coalición con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

Unos ladrones que, para no ir a la cárcel han admitido haber robado millones de euros a través de subvenciones del Departamento de Trabajo entre los años 1994 y 1999, cuando además destinaron una parte del botín a financiar irregularmente, claro, el chiringuito UDC. Extrañamente, la prensa no se refiere como ladrones con todas las letras, aunque en este caso ellos mismos han admitido que lo son, ni tampoco salen en las páginas de sucesos sino en las de política, extraño, realmente extraño. ..

No irán a la cárcel porque han hecho un pacto con la Fiscalía en la que han admitido todo esto y muchas otras cosas. El pacto libra a los ladrones de la cárcel a cambio de 388.000 euros en concepto de indemnización y, además, una multa de 250.000 euros que tendrán que pagar Fidel Pallerols, Vicenç Gavaldà y Lluís Gavaldà.

Hablamos, sin embargo, de cómo robaban y a quien robaban esta pandilla. Y tenemos que hablar porque las víctimas somos todas y todos los trabajadores, todas y todos los parados. Pallerols y su mujer eran propietarios del grupo andorrano CEIS, que a través de las «empresas» filiales ands, Ceifsa y Teos recibió nueve millones de euros en seis años, un dinero que en principio iban destinados a formación ocupacional, es decir a la formación de trabajadoras y trabajadores. Resumiendo, cobraban dinero, millones de euros, para cursos que no hacían durante unos de los años en que la Consejería de Trabajo la llevaban los democristianos.

Estas «empresas» facturaban dinero que otorgaban Lluís Gavaldà y Dolors Llorens, mientras que el consejero Ignasi Farreras (de UDC) dice que sólo firmaba papeles pero, como siempre ocurre, no sabía nada. Digo «empresas» entre comillas porque a pesar tocar tantos euros a lo único que se dedicaban era a cobrar por cursos que no hacían, por lo tanto de empresas no tenían nada. Las tres «empresas» importaban material andorrano de la matriz CEIS. Según los datos hechos públicos por la prensa sobre el caso, mientras que en negocios similares el coste del material didáctico supone el 4,48% del total, en estos llegaba hasta el 50,08%. Y de ese dinero, cerca de 200.000 euros sirvieron para comprar muebles y material de oficinas para sedes de UDC en Girona, Vilanova y la Geltrú y Santos, o el Centro Cultural Gitano de la Mina, gestionado por Lluís Gavaldà. Así, entre una cosa y otra, el dinero ibantanto a sus bolsillos privados de los ladrones como a financiar ilegalmente uno de los dos partidos en el Gobierno.

El dirigente democristiano Duran aseguró en el año 2000, concretamente el 21 de noviembre, que dimitiría si se demostraba la financiación irregular del partido, pero ya sabemos que no lo ha hecho ni lo hará ya que no le sale de donde le debería salir. Los ladrones siempre suelen tener amigos de baja estopa que se comportan como matones de barrio o directamente lo son, y Duran se comportaba o quizás lo era. Lo era cuando decía que recogería y no recoge y lo era cuando al mismo tiempo que su partido recibía dinero desviado de su objetivo principal que era combatir el paro a través de la formación, él mismo acusaba a los trabajadores extremeños de ser un grupo de vagos subvencionados .

Parece una mala película americana de policías y ladrones pero no lo es. Es Cataluña cuatroprovincias en la contemporaneidad, real. Tenemos de todo: los ladrones, los pinchos, los misas, los jueces y el resto. Siempre robando a los que más sufren, despotricando de los que no pueden votar y todo con impunidad total. Sí, un día el miedo cambiará de bando, que dicen algunos, pero mientras tanto nos conformaríamos con que no nos robaran con esta total impunidad de ahora o, al menos, que tuvieran la mínima vergüenza de ser tan ladrones y tener la cara tan dura , que lo hicieran de noche como mínimo, que disimula un poco …, aunque no es el caso.

* Jordi Martí Font es periodista, escritor, activista social, trabajador de la enseñanza y afiliado a CGT Tarragona

http://cgtcatalunya.cat/spip.php?article8537


Fuente: Jordi Martí Font