Casi treinta años después de la llamada transición «democrática», parece que ya hay luz verde para lo que se llama «recuperación de la memoria histórica». Es decir, se puede hablar de aquella parte de nuestro pueblo que luchó por su libertad y que sufrió el asesinato, la cárcel, la esclavitud de los trabajos forzados, la exclusión, el exilio por parte de la cruel dictadura franquista. Hoy ya se puede hablar de esto, aunque se suele hacer en un tono más suave y conciliador, y , sobre todo, utilizando el tema con un «OLOR CLARAMENTE INSTRUMENTAL», recordando que la derecha procede de esa dictadura y la izquierda de es@s luchador@s por la libertad. Pero esa pretendida política de izquierda no es más que una servidora fiel del mercado, de las inmobiliarias, del capital trasnacional y no duda en poner en venta la propia memoria histórica de quienes lucharon por un sueño de libertad.
Negocio turístico utilizando el reclamo de la vida y, lo que es más grave, de los sueños de un grupo de trabajadores y trabajadoras de Casas Viejas.
En 1983, se realizó el primer acto de recuerdo de lo que allí ocurrió. Casas Viejas, un pueblo que, en 1933, quiso hacer realidad su sueño de comunismo libertario, de ser libres, de no trabajar para otro, para el amo, de trabajar en colectividad y siendo dueños de su propia vida y que recibió de la República, y digo bien, de la República, la represión más brutal con la muerte de 22 personas, quemadas en su choza. Se quería matar el sueño, no sólo a las personas. Pero 50 años después, estábamos allí con ese mismo sueño, colocando un modesto azulejo en la plaza de Casas Viejas en un acto emotivo en el que intervinieron distintas personalidades, entre ellas, Andrés Sorel, actual presidente de la asociación de escritores de España, con un festival público en el que intervino el Cabrero, José el de la Tomasa y otros, con una reivindicación clara : recuperar el nombre de Casas Viejas que sólo encontrabas en la guía Michelín -edición francesa- y que en nuestra tierra había sido borrado de cualquier mapa. Y detrás de esa recuperación, arrojar luz sobre lo que pasó, preservar ese sueño de libertad que nada tiene que ver con el consumo, con el tener, con el poseer, sino con ser dueño de tu trabajo, de tu persona, de tu propia vida. Entre los apoyos políticos que tuvo este acto, está el del entonces concejal del Ayuntamiento, González Cabañas, actual Alcalde y Presidente de la Diputación. Han pasado más de 20 años.
Y efectivamente, el pueblo se rebautiza y en un Pleno municipal se recupera parte de su nombre, compartiendo Casa Viejas con Benalup. En ese mismo Pleno, se reivindica por nuestra parte que, en la zona de la casa de la familia Seisdedos, se cree un espacio dedicado a esa lucha, a ese hecho, que sirva como historia viva. Ese espacio podía ser un archivo, un centro de interpretación…., algo que atrajera a viajeros y viajeras hacia Casas Viejas, respetando y manteniendo viva esa memoria. Esta propuesta no ha recibido respuesta hasta hoy. Y esa respuesta es el proyecto de un hotel de cuatro estrellas que se pretende llamar «La Libertaria». Hierve la sangre.
Aparte de consideraciones, que creo muy importantes pero para las que no hay espacio, sobre el modelo de desarrollo basado en el sector servicios, de grandes complejos hoteleros, con campos de golf, etc., modelo destructivo del medio ambiente y generador de desequilibrios y dependencia económica, es preciso denunciar con total rotundidad la falta de ética y de respeto de los promotores de esta idea.»La Libertaria», en Casas Viejas, en toda la comarca y la provincia, no es un nombre genérico, es María Silva, ejemplo de mujer entregada a sus ideas, a sus sueños, mujer del pueblo, autodidacta, amiga de lo humano y enemiga de todo lo que significa capital, esclavitud, poder. ¿Cómo tener tanta falta de escrúpulos para utilizar su nombre en un hotel de 4 estrellas ?.
Los sueños de María Silva «La Libertaria» siguen vivos. Lo más humano, el roce de un labio, del viento, un atardecer en La Caleta, la satisfacción inmensa de sentir colectivamente algo hecho en común, construido libre e igualitariamente entre tod@s son realidades construidas al margen del mercado, del dinero, del consumo. Pero hasta los sueños intentan comprar. Y lo que más duele es que el intento de poner el nombre de «La Libertaria» a ese negocio turístico, venga de mercaderes de la izquierda que trafican con la historia de su propia lucha.
Nuestra repulsa y oposición más frontal a este proyecto.
Seguimos esperando, después de más de 20 años, una respuesta coherente con respecto a la propuesta realizada donde la Recuperación de la Memoria Histórica sea el objetivo final, sin más.
Par : cecilio
Fuente: Agustín Gómez Acosta- Secretario General de la Confederación General del Trabajo de Andalucía