Los trabajadores de Telemadrid exigimos el derecho de los ciudadanos a contar con una televisión pública de calidad, objetiva y plural. No nos resignamos a que la dirección empresarial de la cadena sea una mera correa de transmisión del poder político, mas interesada en propagar un discurso ideológico que en prestar un servicio de interés para toda la ciudadanía. Venimos reclamando desde hace varios años que nuestra Televisión reconsidere el actual modelo de gestión que, además del desprestigio y la pérdida de audiencia, ha ocasionado un grave perjuicio a su estabilidad financiera.

Los trabajadores de Telemadrid exigimos el derecho de los ciudadanos a contar con una televisión pública de calidad, objetiva y plural. No nos resignamos a que la dirección empresarial de la cadena sea una mera correa de transmisión del poder político, mas interesada en propagar un discurso ideológico que en prestar un servicio de interés para toda la ciudadanía. Venimos reclamando desde hace varios años que nuestra Televisión reconsidere el actual modelo de gestión que, además del desprestigio y la pérdida de audiencia, ha ocasionado un grave perjuicio a su estabilidad financiera.

En los últimos cinco años Telemadrid ha perdido un tercio de su cuota de audiencia y ha multiplicado su deuda. Ha propiciado que se identifique al canal con un medio de propaganda y ha relegado a los profesionales que tradicionalmente habían convertido Telemadrid en una televisión de referencia en nuestra Comunidad,

Este modelo de gestión ha generado, a su vez, un clima insostenible de relaciones laborales y conflictividad. Desde el nombramiento de Manuel Soriano, anterior jefe de prensa de Esperanza Aguirre, como director general, posteriormente sustituído por la actual directora general Isabel Linares, el objetivo ha sido reducir la producción interna, subcontratar la mayor parte de los contenidos con productoras externas y adelgazar en su conjunto la estructura de la empresa.

El reflejo en la política laboral ha sido inmediato : reducción de la plantilla, merma de los derechos adquiridos, pérdida de poder adquisitivo y una mayor inestabilidad y temporalidad en las contrataciones. En los últimos meses 180 compañeros contratados han sido despedidos. Sin embargo, la dirección ha continuado inflando departamentos «sensibles» como informativos, donde no ha dejado de incorporar nuevos trabajadores, cuyo criterio de selección ha sido en muchos casos el amiguismo, el servilismo político o el pago de favores prestados. El detonante del actual calendario de huelgas y movilizaciones ha sido el despido de tres trabajadores fijos, con plaza obtenida mediante oposición pública, sin respetar la ley e incluso asumiendo que se trataba de despidos improcedentes. No podemos permanecer pasivos ante una provocación de esa naturaleza que culmina una política de agresiones laborales y sienta un precedente que amenaza a la continuidad de toda la plantilla.

Somos los trabajadores quienes exigimos mayor responsabilidad y sentido común, sentido de empresa, en la gestión de Telemadrid : basta de despilfarro en gastos superfluos, basta de enchufes y favores políticos en las contrataciones, que no se excuse la incompetencia del equipo gestor con alusiones a la crisis económica general, que se respeten los acuerdos, que se aplique una línea informativa objetiva y que se garantice la estabilidad de la plantilla. Hacerlo representaría el primer paso para devolver Telemadrid a los madrileños y rescatarlo de los intereses particulares a los que está sometida su gestión y línea informativa. No sólo tienen derecho a ello como ciudadanos y contribuyentes, sino porque todos somos victimas de la erosión democrática que supone la utilización perversa de un medio de comunicación público.

CGT, CCOO y UGT


Fuente: CGT Telemadrid