El Forum por la Memoria de Ibiza y Formentera nos invita a sumarnos a la campaña de protesta por el impresentable discurso del Presidente del Congreso, José Bono, en el 75 aniversario del golpe de Estado fascista en España.
Hay que mandarle la carta adjunta al Sr. Bono, a esta dirección de correo electrónico: jose.bono@presidente.congreso.es
A
la atención de D. José Bono Martínez, Presidente del Congreso de los Diputados:
A
la atención de D. José Bono Martínez, Presidente del Congreso de los Diputados:
Su personal discurso del 75 aniversario del golpe de
estado ha sido una nueva oportunidad perdida para que, en calidad de presidente
del Parlamento Español y depositario de la soberanía nacional, condenase usted y
rompiese lazos con el régimen franquista, una dictadura fascista que se alzó
contra el gobierno legítimo y contra la República, a la cual tanto Franco como
el resto de militares golpistas habían jurado fidelidad. Su discurso volvió a
colocar al mismo nivel moral y político a aquellos que permanecieron fieles a
la legalidad y a la voluntad popular expresada en las urnas y a aquellos que fueron
autores de crímenes de rebelión militar, genocidio, tortura, desapariciones forzadas
o crímenes contra la humanidad.
Justifica usted su posición con un fragmento de un
discurso del presidente Azaña, totalmente fuera de contexto. Azaña era muy
pesimista respecto de la evolución de la guerra y en julio de 1938 intervino en
el Ayuntamiento de Barcelona, donde pronunció su famosa frase: “paz, piedad,
perdón”, invocando la generosidad del bando franquista ante un eventual desenlace
fatal. Pero usted instrumentaliza este fragmento para justificar nuevamente el
abandono de las víctimas republicanas. A su condena a muerte les añade usted la
condena al olvido, Sr. Bono.
Cuando acabó la guerra los vencedores utilizaron
todos los recursos del Estado para localizar, identificar y reparar las víctimas
de la parte vencedora. Contra los vencidos hubo la Ley de Responsabilidades
Políticas, la Causa General, el Tribunal para la Represión de la Masonería y el
Comunismo, los campos de concentración, las prisiones, el exilio, etc. Hoy, 36
años después de la muerte del dictador, todavía quedan más de cien mil víctimas
de la barbarie franquista enterradas en fosas comunes sin identificar; el único
juez que se atrevió a admitir denuncias por los crímenes del franquismo se
sentará en el banquillo, acusado por Falange Española; quedan todavía calles y
plazas que ensalzan a los autores del golpe de estado, Franco todavía es hijo ilustre
o alcalde honorario de varias ciudades, la ley de la Memoria Histórica ha
tenido un desarrollo tan pobre que ha quedado reducida a unas indemnizaciones
puntuales, el gobierno continua sufragando el Valle de los Caídos y financiaba un Diccionario
Historiográfico que decía que el dictador era Negrín y no Franco. Conviene
recordar las palabras de Eduardo Galeano: “la dictadura nos hacía sordos y mudos
y la democracia nos condena a la amnesia, pero no hay un lugar suficientemente
grande para esconder toda la basura de la memoria”.
Su discurso, Sr. Bono, atenta gravemente contra el
honor de las víctimas del terror fascista y contra sus familiares. Únicamente
aquellos sectores políticos que no quieren romper sus lazos con la dictadura
pueden sentirse satisfechos. Pero sobretodo vuelve usted a decir a los familiares
de las víctimas republicanas que han de renunciar a su recuperación y
rehabilitación y olvidarlas, que han de asumir las sentencias de los tribunales
franquistas, que han de renunciar a la justicia y continuar disimulando su dolor.
No entiende usted que la reivindicación de su memoria no se agotará hasta que sean
reconocidas, hasta que realmente se practique una política de verdad, justicia
y reparación. Solo entonces se podrán cerrar las heridas y pasar página.
Atentamente:
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