- El profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid aporta 15 claves, desde la visión "hipercrítica" de la propuesta libertaria, sobre el "colapso" capitalista y la postulación del anarquismo como "ideología del futuro".
- Percibe, el escritor y politólogo, "un momento glorioso de lucha de clases articulada desde arriba", con el retrato al fondo de la Gran Depresión de 1929 y el primer auge del fascismo, que a modo de bisagra histórica chirría sin invocar aún su golpe final.
12/05/2014 – 00:58h
12/05/2014 – 00:58h
«Un mundo entero se quema a sí mismo». Arrancaba el tema Sí hay futuro del grupo punk La Polla Records, en 1987, con una metáfora axiomática. Desde entonces la bonanza funcionó como agradecida corriente, piensa el profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Taibo. Dejarse arrastrar hacia la ‘tierra prometida’ era un sueño cómodo, gratificante incluso. ¿Qué había al final de ese trayecto? En su opinión, un descomunal vertedero de osadas similitudes con la Gran Depresión de 1929 y el primer auge del fascismo. Esto es: el «colapso» actual del sistema capitalista.
¿Es reversible esta situación terminal que dibuja? Sí, dice Taibo, inoculando propuestas libertarias y anarquismo. Teoría del Decrecimiento, insiste, y un brote, algún tipo de respuesta ciudadana, que corte la atadura inmovilizadora de esas «tecnologías aparentemente emancipadoras». Que abandone, por tanto, las redes sociales como paradigma de «estafa óptica», de falsa «ebullición revolucionaria». «Políticos locos guían a las masas que les dan sus ojos pa’ no ver qué pasa», decía la referida copla de La Polla, a la que Taibo hace referencia.
«Vivimos un momento glorioso de lucha de clases articulado desde arriba», explica Carlos Taibo (Madrid, 1956). También en su último libro, Repensar la anarquía. Acción directa, autogestión y autonomía. En 15 claves, el escritor y politólogo desentraña para eldiario.es/andalucia esa bisagra histórica que chirría sin invocar aún su posible golpe final. «No hay que buscar una salida a la crisis, hay que buscar una salida al capitalismo», reta.
«Transformación radical» en cuatro respuestas
1, decrecer: «El norte opulento debe reducir inexorablemente los niveles de producción y consumo», esto es, Teoría del Decrecimiento. «En un planeta con recursos limitados no tiene sentido aspirar a crecer ilimitadamente» y la «huella ecológica» (España necesitaría 3,5 veces su territorio para mantener la actividad económica actual en el próximo siglo) ejerce «una presión inaudita sobre generaciones venideras y países del sur».
2, desurbanizar: «Las ciudades son recintos cada vez más difícilmente habitables». Eludir así «el riesgo del colapso» pasa por «recuperar el medio rural».
3, destecnologizar: «Facebook es la gigantesca estafa óptica de la ebullición revolucionaria». La sociedad debe meditar «si no somos víctimas ingenuas de muchas tecnologías aparentemente emancipadoras». Como dice John Zerzan, estampa del anarcoprimitivismo, todas las tecnologías creadas por el capitalismo llevan la impronta de la jerarquía.
4, descomplejizar: «Sociedades cada vez más complejas» traen como tributo ciudadanos «cada vez más dependientes». Los «desheredados del planeta» -menos dependientes del desarrollo tecnológico- evidencian la paradoja de un mejor posicionamiento para enfrentar «el colapso que se avecina».
5, anarquismo: «Es una ideología política del futuro», afirma Taibo. «Las ideas libertarias están en un momento de franca ebullición», caso del 15M y la aplicación de conceptos como «democracia de base, autogestión y acción directa».
6, capitalismo: Sistema «injusto, explotador y excluyente» en «etapa de corrosión terminal» que ha perdido «los mecanismos de freno que en el pasado le permitieron salvar la cara». Cava «su propia tumba» por el «afán incontenible de acumular beneficios». Con un agravante: «dentro de la tumba estamos nosotros».
7, fascismo: Es un error concluir que el ‘crac del 29’, «origen del asentamiento de los fascismos en el decenio siguiente», fue un momento histórico coyuntural e irrepetible. La «escasez general que se avecina» puede revitalizarlo en proyectos de «ecofascismo o darwinismo social militarizado», en «políticas postuladas por los principales centros de poder».
8, república: «Un proyecto moderadamente interesante vinculado con el propósito de deshacernos de una institución putrefacta como es la monarquía». Más allá –de lo que califica como «trampa saducea»– no aprecia «otras propuestas». «En España esta discusión tiene unos ribetes emocionales de los que es difícil prescindir», añade.
9, democracia: «La democracia liberal se levanta sobre lacerantes desigualdades y en mayorías artificiales producto de operaciones urdidas con el propósito de germinar sociedades cada vez más jerarquizadas». ¿Segunda Transición? «La primera fue tan mala que si queremos organizar algo distinto lo primero es prescindir del término».
La clase obrera, reducida al salario
10, Estado: «Aparato al servicio de la clase dominante que utiliza diferentes mecanismos para ratificar su posición de privilegio». La visión «hipercrítica» de la propuesta libertaria debe asumir que forma parte del sistema y enfrentar así el riesgo de las «muchas formas de alienación contemporánea».
11, defensa de lo público: «Sí, etiquetado con los adjetivos autogestionado y socializado». Por ejemplo, «enseñanza pública, universal, gratuita, laica y de calidad» y que no sirva de «mecanismo central de reproducción de la lógica capitalista».
12, estado del bienestar: «Un término que embellece gratuitamente la realidad, exclusivo del sistema capitalista». Dificulta «el despliegue de fórmulas autogestionarias».
13, lucha de clases: La clase obrera ha reducido su enfoque «al salario y la intuición de que aumentándolo resolvemos todos nuestros problemas». Preguntas obligatorias: «cómo trabajamos, para quién y qué producimos».
14, crisis: «Nos hemos acostumbrado a hablar en singular de la crisis financiera pero en la trastienda hay otras, en plural: cambio climático, encarecimiento inevitable de precios de materias primas energéticas, problemas demográficos, el expolio de recursos materiales…». La conjunción «resulta explosiva».
15, colapso: «Se traducirá en una multiplicación extraordinaria de los problemas y en una reducción paralela de la posibilidad de resolverlos». Opciones: esperar su implosión y la reacción ciudadana, elaborar respuestas como planteamientos a los gobernantes o abrir espacios de autonomía para «aplicar reglas del juego diferentes a las impuestas».
eldiario.es
http://www.eldiario.es/andalucia/Carlos-Taibo-Facebook-ebullicion-revolucionaria_0_236926413.html
Fuente: eldiario.es