Salvador Escrivà tiene 47 años y lleva 25 trabajando para el matadero del Grupo SADA en Sueca, Valencia. El compañero llevó a la empresa a juicio por vulneración de derechos fundamentales porque había sido sometido a acoso laboral. La sentencia aún no ha salido pero la empresa sigue con su empeño y el pasado viernes 6 de febrero este compañero, miembro de la sección sindical de CGT, fue sancionado por falta muy grave. La dirección alega una mentira, le acusa de haber telefoneado a la India desde el teléfono de la empresa. Salvador no ha podido ni defenderse y antes de que presentara el pliego de descargo, la empresa ya había hecho efectivo el despido.

Salvador Escrivà tiene 47 años y lleva 25 trabajando para el matadero del Grupo SADA en Sueca, Valencia. El compañero llevó a la empresa a juicio por vulneración de derechos fundamentales porque había sido sometido a acoso laboral. La sentencia aún no ha salido pero la empresa sigue con su empeño y el pasado viernes 6 de febrero este compañero, miembro de la sección sindical de CGT, fue sancionado por falta muy grave. La dirección alega una mentira, le acusa de haber telefoneado a la India desde el teléfono de la empresa. Salvador no ha podido ni defenderse y antes de que presentara el pliego de descargo, la empresa ya había hecho efectivo el despido.

Por supuesto, despido y falta han sido recurridos.

Desde la CGT de Valencia pedimos solidaridad con el compañero. Queremos darle fuerza y demostrar a la empresa que con los derechos de los trabajadores no se juega.


Fuente: Sindicato de Alimentación, Hosteleria y Comercio CGT Valencia.

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