Hace pocos días el ministro de Economía de la Nación, Alfonso Prat Gay, afirmaba que las paritarias tienen que ser “equilibradas” y que “excesivos” aumentos salariales podrían incidir negativamente sobre el nivel de ocupación. Toda una extorsión.
Nada nuevo. Los sucesivos gobiernos siempre han apelado a la “prudencia” de los sindicatos para evitar efectos inflacionarios que pudieran tener los aumentos salariales fijando a su vez techos por debajo de la inflación para los estatales.
Paralelamente el Gobierno nacional deja sin empleo a miles de trabajadoras/res estatales. La operatoria se repite en varias provincias y municipios. La explicación es que son “ñoquis” y la única respuesta concreta es la represión además de vagas promesas de revisar caso por caso.
El Estado que debiera ser el paradigma del “Buen empleador” es el ejemplo más acabado del Pésimo empleador. Miles y miles de trabajadoras y trabajadores son precarizados bajo distintas modalidades contractuales reproducidas durante años configurando, como mínimo, fraude laboral. Ni más ni menos. El Ministerio de Trabajo de la Nación es un claro ejemplo. Municipales cobrando por debajo del Salario mínimo, vital y móvil son otro ejemplo.
Algunas provincias como Tierra del Fuego y Córdoba pretenden modificar los regímenes jubilatorios vigentes “a la baja”.
Algunas provincias como Tierra del Fuego y Córdoba pretenden modificar los regímenes jubilatorios vigentes “a la baja”. Hace poco tiempo atrás el gobierno neuquino comenzó a impulsar una reforma previsional contraria a los trabajadores al igual que la Provincia de Santa Cruz.
A todo lo anterior podemos sumarle devaluación, inflación, intentos más o menos explícitos de negar o eliminar derechos.
Una pregunta espontánea: ¿Puede llamar la atención este comportamiento del PRO? Obviamente que no.
Al partido “amarillo” de Mauricio Macri siempre se lo identificó con la derecha y desde ese sector jamás se desmintió tal afirmación.
Por lo tanto toda la batería de acciones que vienen desplegando en todos los órdenes del Estado es su natural “modus operandi” contando para ello con funcionarios que representan a las principales empresas multinacionales que operan en nuestro País.
Prat Gay es un reconocido ex directivo de la banca imperialista como el JP Morgan habiendo desarrollado actividades en Londres, Nueva York y Buenos Aires. Lo llamativo no es que se desempeñe como lo hace sino que desde algún sector “progresista” se lo haya elegido como principal candidato propio en las elecciones del 2013 además de haber sido presidente del Banco Central durante la gestión de Néstor Kirchner como Presidente de la Nación.
El Gobierno está desplegando una fuerte campaña en contra de los trabajadores en general apelando a la supuesta irresponsabilidad de los sindicatos en sus justos reclamos de aumentos salariales y calificando de ñoquis a los miles de trabajadores que se desempeñan en el Estado como una forma de ganar consenso social que les permita legitimar sus arbitrariedades.
No son originales. Ya en la década del 90 se llevaron adelante las privatizaciones de las empresas públicas y el desguace del Estado apelando al argumento de los gastos improductivos, la excesiva cantidad de trabajadores estatales y a la mala calidad de los servicios que este brindaba.
La ingenuidad de muchos duró hasta que la crisis económica y social dejó al descubierto la falacia de tales argumentaciones.
Tanto en aquel entonces como ahora de lo que se trata es de garantizarle al Poder económico la mayor tasa de rentabilidad posible.
Entonces aparecen los discursos de paz y amor pero si te oponés recibirás palos.
Lo demostraron en Cresta Roja, lo están aplicando en la Municipalidad de La Plata y seguramente así seguirán.
Nuestra responsabilidad como trabajadores es mayúscula. En tal sentido debemos apostar a la UNIDAD de la clase trabajadora, aún con aquellos que callaron y consintieron las arbitrariedades inmediato-anteriores a este Gobierno. En muchas oportunidades esos mismos compañeros respondiendo a estrategias partidarias nos tildaron de desestabilizadores, destituyentes, sojeros, etc.
El tiempo nos dio la razón. Los gobiernos pasan pero los trabajadores somos los condenados a pagar las crisis causadas por ellos.
Hay gobernantes y ex gobernantes millonarios y millones de trabajadores que viven con lo justo y menos.
La suerte de la Clase trabajadora depende de nosotros mismos y en tal sentido debemos luchar con conciencia de clase, organizadamente y en Unidad.
CABA, 8 de enero de 2016.-
FIRMAN: José Rigane, Víctor Mendibil, Carlos Chile, Hugo Blasco, Guillermo Díaz, Marcos Wolman, Pola Monti, José Luis Ronconi, Carlos Ordoñez, Julio Gambina, Beatriz Rajland, Daniel Campione, Carla Rodríguez, Néstor Jeifetz, Homero Ramírez, Daniela Rodríguez, Maria Eugenia Kena Reyes Araya, Gustavo Tere, Gabriel Martínez, Angel D´Amico, Rubén Chirizola, Oscar Quinteros, María Elena Saludas, Eduardo Smidt, Manuel Gutiérrez, Carlos Oroz, Susana Colli, Néstor Dimilia, Julio Acosta, Cristian Rosso, Luciano Vuillerin, José Cisneros, Mauro Perrone, Fernando Pita, Leandro del Grecco, Osvaldo Boulán, Sergio Pellegrini, Rodolfo Rodríguez, Olga Bastio, Marisa López, Mariano Randazzo, José Lualdi, Edgardo Fernández Stacco, Gabriel Cena, Hilda Abad, Emiliano Randazzo, Carlos Perusini, Marcos Perusini, Héctor Manfredo, Rubén Giménez, Toribio Navarro, Ricardo Morel, Mario Ramirez, Sixto Aguirre, José Luis Bournasell, Enrique Elorza, Ester Kandel, Jorge Luna, Marcelo C. Bagnati, Jorge Luna, Martín Torres…
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