La entrada al parque del tío Jorge abre el espacio de las reivindicaciones. Bajo agresivas pancartas con mensajes como Zaragoza bate récord de impuestos , No al recorte de gasto social y Ni un palmo de terreno para la especulación de viviendas sociales y un frío considerable, las principales asociaciones y colectivos sociales buscan nuevos apoyos.

La entrada al parque del tío Jorge abre el espacio de las reivindicaciones. Bajo agresivas pancartas con mensajes como Zaragoza bate récord de impuestos , No al recorte de gasto social y Ni un palmo de terreno para la especulación de viviendas sociales y un frío considerable, las principales asociaciones y colectivos sociales buscan nuevos apoyos.

Algunos como Jesús Vallés, de Los Verdes, exigen la reintroducción del oso en el Pirineo, aunque admite sonriente que los visitantes prefieren la comida y el vino. «Lo mejor es el olorcillo», reconoce junto al puesto de los Pastores, cuyos cocineros preparan una caldereta solidaria con las víctimas del tsunami para la friolera de más de mil personas al grito de «¡señores, hay que colaborar».

Poco a poco, el olor a carne se esfuma en favor del aroma a los buñuelos con queso que preparan Luz y Carmen, dos mujeres de la Asociación Colombia Unidad. Ecuatorianos, africanos y bolivianos también tienen su espacio. «Es una buena forma de integrarse», afirman.

El «buen rollo general» agrada «mucho» a Eva, una disminuida que disfruta del almuerzo en la zona de Disminuidos Físicos de Aragón sin más pretensiones que no perder la sonrisa. Su comida no tiene nada que ver con el banquete de David, Pepe, Goyo y Enrique, de la peña Los Chachos y voraces consumidores de salchichas, chorizo, sangría y paella. Pero su alegría no esconde el rechazo al traslado del pabellón Interpeñas a la Feria de Muestras : «¿Quieren que a las siete de la mañana la gente conduzca borracha ?».

A su lado, la Asociación Mixta se Separados y Divorciados aprovecha para «compartir unas horas que suelen ser de soledad», mientras desde el Ballet de Zaragoza intentan incrementar las 50.000 firmas recogidas contra su extinción. Sus miembros han creado una plataforma con veinte entidades. «No somos unos pocos», critica Julio López.

Esa voz discrepante también la comparte Eduardo Izquierdo, de la Asociación Independiente para Defender la Salud y que demanda la retirada de las antenas de telefonía móvil. Según él, el concejal de Ciencia y Tecnología, Ricardo Cavero, le ha trasladado su intención de » legalizar los aparatos».

Más novedoso es el gesto de los trabajadores de Panrico de la CGT, que han regalado a gran velocidad unos 3.000 donuts para luchar contra la «centralización» de los servicios de distribución. A su lado, Ecologistas en Acción anuncia una marcha para el día 20 en defensa del valle de Espelunciecha.

El mundo de los colectivos se transforma en una larga hilera de barras, donde la finura de los políticos se convierte en delirio al llegar a la zona de las peñas. Pasadas las dos de la tarde, las calderetas atraen a cientos de personas a puestos como el de Los Chachos , donde 300 comensales devoran una macropaella. «Y aún queda la cena de luego», cuenta su presidente, Vicente Casanova.

Y alejados de la arboleda, los más jóvenes organizan fiestas alternativas con mantas y alcohol, que a más de uno pasa factura. No así a los chavales de la peña El trago , que no se irán hasta acabar con 180 litros de sangría. Nacho, Alberto, Jano y Sergio comparten bebida con fútbol. «Oliver y Benji entrenaban en la nieve y nosotros, con sangría», bromean. Y tras recordar el origen de la fiesta, lanzan un mensaje a la ciudad. «Hay que valorar más este día», critican.


Fuente :El periódico de Aragón