Entre 100 y 140 millones de niñas han sufrido una mutilación de sus genitales. La mayoría de ellas en países africanos, donde la ablación es un requisito imprescindible para poder casarse. Este lunes se conmemora el Día Mundial de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital con el objetivo de denunciar esta practica discriminatoria.
A pesar de que la ablación está penada por la comunidad internacional, aún tres millones de niñas en 28 países africanos son sometidas a esta cruel práctica por su propias familias. Miles de niñas inmigrantes en España, América del Norte y Australia también sufren esta mutilación.
La mayoría de las niñas son sometidas a esta práctica entre la infancia y los 14 años debido a que, en muchas comunidades donde la tradición ancestral está muy presente, se puede considerar como un requisito para el matrimonio.
El Comité Español de UNICEF trabaja desde hace años para hacer frente a esta práctica, que vulnera los derechos humanos y que está condenada por la Convención de los Derechos del Niño y la Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación hacia la mujer.
Según la presidenta de dicho comité nacional, Consuelo Crespo, su trabajo se centra en la sensibilización dentro del propio país y en la financiación de proyectos que la organización lleva a cabo en los Estados donde se producen estos hechos.
Desde 2003, la delegación española de Unicef apoya sendos proyectos en Níger y en Etiopía.
Movilización internacional
El presidente de la organización Unión Interparlamentaria (UIP), Pier Ferdinando Casini, declaró que parlamentarios del mundo entero «están determinados a movilizarse junto a los líderes tradicionales y religiosos, las agencias gubernamentales y las organizaciones de la sociedad civil para que está práctica sea abandonada lo más pronto posible».
«Nos encontramos en un momento crucial para lograr un cambio colectivo verdaderamente positivo», dijo al respecto la directora ejecutiva del UNICEF, Ann Veneman, tras comentar algunos avances en el movimiento internacional para poner fin a lo que la ONU considera como «una de la violaciones más persistentes, extendidas y silenciosa contra los derechos humanos».
Explicó que ese movimiento cobra cada vez más fuerza en varios países del África subsahariana, así como en Egipto y Sudán. Así, miles de aldeas africanas se reúnen periódicamente en ceremonias en las que se comprometen públicamente a abandonar la mutilación genital de las niñas, agregó.
Un práctica ancestral
Como ejemplos concretos, Veneman se refirió al caso de Egipto, donde UNICEF apoya un proyecto «de aldea modelo libre de la mutilación genital femenina» y se alienta a los individuos que han renunciado a esa práctica a hablar públicamente sobre ello como una manera de persuadir a otros a actuar del mismo modo.
Asimismo, en Sudán los líderes religiosos se valen de su autoridad para afirmar que la mutilación genital femenina es una violación de principios espirituales y teológicos.
Veneman recordó que el Protocolo de Maputo, un instrumento jurídico aplicable en África y que prohíbe expresamente la mutilación genital femenina, entró en vigor el pasado noviembre tras ser ratificado por 15 países.
Fuente: Informativos Telecinco