El inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, interpuso su veto a un proyecto de ley para ampliar la cobertura del seguro sanitario infantil a más familias desfavorecidas. Los demócratas se frotan las manos tras su fracaso en el dossier iraquí. Los republicanos se inquietan.
El presidente de EEUU, George W. Bush, vetó ayer un proyecto de Ley propuesto por demócratas y republicanos para ampliar significativamente la cobertura del seguro sanitario infantil.
Se trata de la cuarta vez que Bush ejerce el veto presidencial, pero en esta ocasión podría pasar factura a los republicanos en las elecciones del próximo año.
El Senado aprobó este proyecto con los votos suficientes para pasar por encima del veto, sin embargo el margen logrado en la Cámara de Representantes no fue el suficiente.
El veto coloca a Bush en contra de los demócratas que han controlado las dos cámaras del Congreso desde el mes de enero, pero también contra muchos miembros de su propio partido y la opinión pública. De hecho, la Casa Blanca buscó llamar la menor atención posible, con el presidente ejerciendo el veto a puerta cerrada y sin cobertura mediática alguna.
Para los demócratas, el veto es un regalo que puede hacer olvidar su fracaso en forzar una verdadera retirada de Irak. Este fracaso, imputable también a las divisiones internas demócratas, les ha hecho perder la estima de muchos electores que, al votarles en las elecciones de medio mandato, lo hicieron con el encargo de lograr un giro en el pantanal de EEUU en Irak.
El Programa de Seguridad Sanitaria Infantil Estatal es un proyecto que subsidia la atención médica a familias con ingresos superiores a los que permiten acceder al programa de salud Medicaid, pero no los suficientes como para costear su propia cobertura a través de aseguradoras privadas. El proyecto de ley preveía ampliar el subsidio a otros 4 millones de niños vía impuestos.
Fuente: GARA