Miembros de la CGT hemos participado estos días de la campaña Serhilda - revuelta en kurdo- en las montañas de Qandil, en el Kurdistán sur o Basur (zona ocupada por Irak), con la Brigada 19 de Julio, formada por 12 personas de diferentes colectivos y territorios del Estado, que se ha desplazado este verano al Kurdistan para conocer y apoyar el movimiento de liberación kurdo.
La primera acción de la Brigada ha sido apoyar a los militantes y a la población local que resiste en Qandil a los ataques del ejército turco. Desde el mes de marzo, una vez terminada la invasión de Afrin, la política expansionista del gobierno de Erdogan llevó a intensificar los bombardeos en esta zona del norte del Kurdistán iraquí, fronteriza con Turquía, donde resisten desde hace años militantes del PKK, con el argumento de querer acabar con este movimiento.
La primera acción de la Brigada ha sido apoyar a los militantes y a la población local que resiste en Qandil a los ataques del ejército turco. Desde el mes de marzo, una vez terminada la invasión de Afrin, la política expansionista del gobierno de Erdogan llevó a intensificar los bombardeos en esta zona del norte del Kurdistán iraquí, fronteriza con Turquía, donde resisten desde hace años militantes del PKK, con el argumento de querer acabar con este movimiento. Parte de la población de las montañas ha huido, pero otros continúan en sus casas, unidos al movimiento, para defender sus medios de vida y el derecho a vivir en su tierra. Además, a través de la campaña Serhilda, se han hecho diferentes marchas y encuentros a Qandil, en las que han participado jóvenes kurdos e internacionales, con el fin de no dejar solos a la población de la zona y a los militantes en la defensa del Kurdistán, en un contexto en que las fuerzas pesmerga de Basur no están interviniendo y que, incluso, han puesto trabas a las solidarias para llegar a la zona, como ocurrió con la Brigada a la que frenaron el paso.
Uno de los objetivos de ir a Qandil, donde finalmente se pudo llegar, ha sido participar de la acción de escudos humanos – parte la campaña Serhilda- para estar unidas en la resistencia y en la lucha por la libertad, no sólo del pueblo kurdo, sino de todos los pueblos y clases oprimidas del mundo. Uno de los militantes, de Rohilat o Kurdistán de Irán, nos explicaba que «ningún estado nos hará independientes; un Kurdistán independiente en Basur- como pretendía el referéndum del 25 de septiembre, convocado en un mal momento y sin una estrategia detrás-, seguiría siendo dependiente de Turquía y de EEUU. La verdadera independencia es la de una sociedad donde las personas son libres de decidir y de organizar su vida «. Esta forma de convivencia y de organización comunitaria la hemos podido, no sólo ver, sino también compartir estos días, en los momentos de tareas cotidianas, de debates, y de ocio, también, en las que todo el mundo participa y aporta. El tercer día, nos reunieron y preguntaron en qué podemos mejorar. Su idea es siempre avanzar: «está bien saber qué hacemos bien, pero sobre todo queremos las críticas, porque nos ayudan a mejorar». No tienen miedo a la crítica, hecha desde la asertividad y la voluntad transformadora. También vemos su disciplina, con los horarios y las tareas, pero sin dejar de tener momentos para reír y relajarse.
A lo largo de estos días hemos visitado la casa de mujeres de Qandil y hemos hablado con representantes de la coordinadora de mujeres del movimiento, que cuentan con estructuras propias y participan en las estructuras mixtas. La importancia de la mujer es una de las bases del movimiento y esto quiere decir, nos cuentan, no sólo estar al mismo nivel de los hombres, sino encabezar la lucha. Lo podemos ver en la determinación de las guerrilleras que viven en el campamento, en las periodistas que trabajan para la televisión exclusivamente de mujeres que, desde hace unos meses, emite el movimiento desde Bélgica y en todas las mujeres con las que hemos hablado estos días. «Todavía tenemos que hacer mucho más para llegar a cada uno de los hogares del Kurdistan, pero estamos trabajando mucho en formación para mujeres y también para hombres», nos cuentan. Para ello han desarrollado una nueva concepción de las ciencias sociales en la que la transformación de la sociedad y la mujer están en el centro, la jyneology.
Hemos participado, también, de la actividad del 14 de julio que quiere conmemorar el levantamiento de los presos kurdos en la prisión de Amed en 1982 y mantener viva la llama de resistencia que se encendió entonces. Y está claro que el espíritu de resistir y, también de vencer, sigue vivo, porque a pesar del ataque de países tan potentes como la Turquía de la OTAN e Irán tienen claro que pueden vencer, porque tienen la fuerza de las personas y de las ideas. Nos dicen que «Erdogan se irá y nosotros seguiremos. El ataque de Erdogan no es sólo contra el PKK y la población kurda, es contra una revolución que quiere una verdadera sociedad democrática y la liberación de todos los pueblos del mundo, que es lo que da miedo a los estados fascistas «. Dicen que están preparados en todo momento, y no olvidan a sus muertos o mártires, – shehids -, y por eso el 14 de julio, en el marco de la festividad de conmemoración del acto de resistencia de 1982, visitamos el cementerio de shehids y les rendimos homenaje. Y después, de vuelta al campamento, fue el momento para las canciones revolucionarias y danzas kurdas, porque, sin perder la memoria, la lucha continúa.
Pese a la amenaza de los bombardeos que han sido casi diarios los últimos meses – también en los días en que la Brigada ha estado allí se han producido cerca del campamento internacional- y los combates en la zona más cercana a la frontera en Turquía, sorprende ver el tiempo que dedican a la música, a las danzas y a los juegos. «Es una manera de mantener la moral alta, pero también de cómo entendemos la revolución», nos cuentan. Nos dicen que la Brigada les ha dado mucha moral y a nosotros también compartir todos esos momentos para seguir con nuestras luchas en nuestros pueblos, barrios, ciudades, desde la visión internacionalista que nos hace más fuertes. Para los miembros del movimiento es muy importante la solidaridad y la denuncia de las atrocidades del régimen de Erdogan desde Europa: «tenéis mucho que hacer denunciando, haciendo boicots al turismo y a los productos made in Turquía y manifestaciones ante los consulados y embajadas turcas», nos dicen, además de extender la revolución en nuestros territorios.
Gemma P., afiliada al Sindicato de Administración Pública de Barcelona.
Ensorrem Fronteres
Fuente: Gemma P. (Ensorrem Fronteres)