Las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF), el Operativo de Prevención y Extinción de Incendios y los Espacios Naturales Protegidos de Aragón, han denunciado este viernes mediante un acto en la puerta del centro de visitantes del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (PNOMP) en Torla, el estrangulamiento del medio ambiente y la falta de retorno social de las inversiones públicas que acaban en los bolsillos de los directivos de TRAGSA y SARGA.

El acto de denuncia se ha llevado a cabo en uno de los Parques más importantes de España, el PNOMP, para evidenciar la contradicción de que empresas públicas a las que la sociedad le encomienda el cuidado del medio ambiente, pongan en entredicho su cometido y razón de ser debido a unas estructuras directivas que suponen costes inasumibles para la propia sociedad.

El acto de denuncia se ha llevado a cabo en uno de los Parques más importantes de España, el PNOMP, para evidenciar la contradicción de que empresas públicas a las que la sociedad le encomienda el cuidado del medio ambiente, pongan en entredicho su cometido y razón de ser debido a unas estructuras directivas que suponen costes inasumibles para la propia sociedad.

Como ejemplo de esto se señala el servicio de autobuses para subir a la pradera de Ordesa que gestiona la empresa TRAGSA. Una medida medioambiental cuyo objetivo es limitar el impacto de las numerosas visitas al PNOMP y regularlas. Este servicio funciona durante los meses de mayor afluencia turística al PNOMP (los meses de julio, agosto y puentes como el del Pilar), cerrando el acceso a la pradera de Ordesa a los vehículos privados, pudiéndose acceder tan sólo mediante este servicio gestionado por TRAGSA.

Desde estos colectivos se señala que en los días de más afluencia de visitantes, el servicio es utilizado por más de 2.500 personas. El problema está en que este servicio de autobuses tiene por objeto limitar el acceso de personas a la Pradera de Ordesa a fin de que no se superen las 1800 personas.

Esta descompensación entre el número de personas que realmente sube y el que debería subir, se encuentra en la necesidad que tienen estas empresas públicas de mantener económicamente a sus élites directivas. Se recuerda así, que en TRAGSA existen 200 cargos directivos que cobran por encima de los 100.000 euros, y en SARGA, poco más de 25 directivos se embolsan un millón y medio de euros (en SARGA hay unos 63 directivos).

Así, TRAGSA genera en un solo día de visitas a la Pradera de Ordesa unos 11.000 euros (contando 2.500 personas y el precio del pasaje habitual que es de 4,5 euros); una gran cantidad de dinero, pero que se queda pequeña para cubrir las necesidades de estos directivos.

Se denuncia que esta realidad no sólo hace que no se destine el dinero en la mejora de un medioambiente patrimonio de todos, sino que la propia empresa pública se “tenga” que saltar las directrices técnicas medioambientales de preservación de todo un Parque Nacional como es el de Ordesa y Monte Perdido. La causa, se remarca, es que estos directivos que deberían de cuidar el medio ambiente, no sólo no lo cuidan, sino que se lo “comen” para poder llevar una vida de lujo con sueldos astronómicos y sin justificación social.

Al final, esta realidad en las empresas públicas TRAGSA y SARGA, da lugar a que colectivos con un claro retorno para los ciudadanos y que representan una necesidad para el conjunto de la población como son la BRIF, el Operativo de Incendios y los Espacios Naturales de Aragón, se encuentren en unas condiciones de precariedad laboral que limita el cuidado del entorno natural y la estructuración socioeconómica del territorio.

Sección Sindical de Tragsa CGT Zaragoza


Fuente: Sección Sindical de Tragsa CGT Zaragoza