Fernando Jesús Plaza del Pino
Con 12 horas de retraso a causa del temporal, la madrugada del 28 al 29 de febrero llegamos al puerto de Nador dos compañeros de Málaga y yo con una furgoneta cargada de ropa, mantas y medicamentos. Las autoridades marroquíes nos retuvieron en el puerto toda la noche con la excusa de velar por nuestra seguridad y necesitar de escolta policial para evitar el asalto de ladrones en el trayecto Nador-Alhucema.

Fernando Jesús Plaza del Pino

Con 12 horas de retraso a causa del temporal, la madrugada del 28 al 29 de febrero llegamos al puerto de Nador dos compañeros de Málaga y yo con una furgoneta cargada de ropa, mantas y medicamentos. Las autoridades marroquíes nos retuvieron en el puerto toda la noche con la excusa de velar por nuestra seguridad y necesitar de escolta policial para evitar el asalto de ladrones en el trayecto Nador-Alhucema.

Por fin a las 9 de la mañana salimos del puerto con un coche policial y una especie de salvoconducto en el que se decía que nuestra carga iba destinada a la Fundación gubernamental Mohamed V, nos escoltaron hasta el aeropuerto de Alhucema, allí conseguimos convencer a la policía que nuestra carga no era de interés para la Fundación y nos dejaron marchar. En el trayecto a Alhucema nos sorprendió la fuerte presencia militar y policial desde unos 30 kilómetros antes de llegar a nuestro destino, en los últimos 15 kms. había un policía en la carretera cada 30 metros.

En Alhucemas nos dirigimos directamente a la sede de la Asociación de Derechos Humanos donde nos indicaron el pueblo al que iba destinada la ayuda que portábamos.

Yo, como enfermero, me puse a disposición de las compañeras de Forum de Femmes, que enseguida me ofrecieron ir a una zona muy afectada por el terremoto y en la que no existía asistencia sanitaria ; Daour Ait Hicham, situado en la montaña a unos 20 kms. de la ciudad.

Asistencia en Daour Ait Hicham :

Cada día visitaba, junto con un compañero del lugar que me hacía de traductor, Ibrahim Koubia, una zona de los alrededores para atender las necesidades sanitarias que tuvieran.
Principales problemas de salud con los que me encontré :

  •  Problemas de salud derivados directamente del seismo ;
    * Policontisionados, golpes, dolores osteo-musculares.
    * Heridas, generalmente infectadas por la falta de asistencia, agua y desinfectantes.
    * Problemas psicológicos como ansiedad, nerviosismo, somatizaciones como cefaleas o dolores de estómago, depresión, insomnio ; consecuencia de la pérdida de seres queridos, de sus pocas pertenencias y por miedo a nuevos terremotos.
    * Catarros y procesos infecciosos respiratorios consecuencia de estar durmiendo en el campo con frío, lluvia y en muchos casos sin mantas ni tiendas de campaña.
    * Conjuntivitis en adultos y niños/as producidas por el derrumbe de viviendas y la falta de agua e higiene.

    Según me contaban los habitantes de la zona los ingresos hospitalarios por causa del terremoto han estado muy limitados en el Hospital de Alhucemas y en el caso de haberse dado se ha precipitado el alta hospitalaria. En todos los casos con recetas médicas para que los propios pacientes compraran las medicinas que necesitaban, algo imposible conociendo la situación de pobreza extrema en la que vive la mayor parte de la población de esta zona y después de haberlo perdido todo.

    Problemas de salud derivados de la miseria y la falta de asistencia sanitaria ;
    * Numerosas gingivitis consecuencia de falta de vitaminas y desnutrición.
    * Niños y niñas con signos de desnutrición (bajo peso, retraso en el crecimiento, etc).
    * Enfermos crónicos como diabéticos, hipertensos o ancianos polipatológicos sin ningún tipo de control médico ni tratamiento.

    En el ámbito sanitario lo más destacable sin duda es el abandono al que está sometida esta población, sin recursos suficientes ni medios para desplazarse a Alhucemas para acudir al médico o dinero para comprar medicinas. Incluso ante esta catástrofe, en una zona donde han muerto unas 100 personas, no han recibido la visita de ningún representante del Gobierno, ni organismo sanitario público, ni asistencia sanitaria, ni medicación para tratarles. Dolores intensos, crisis de ansiedad, conjuntivitis, fiebre e infecciones respiratoria han estado sin tratamiento hasta que llegamos a la zona.

    La medicación que pudimos llevar desde Andalucía se acabó en los primeros días, aunque mi intención era la de contactar con el personal del Servicio Andaluz de Salud que estaba en Alhucema para disponer de más medicación al final fue la ONG Farmacéuticos Sin Fronteras la que me facilitó el material para poder seguir trabajando.

    ¿Y ahora qué ?

    La preocupación principal que tienen las gentes con las que tuve contacto es la de cómo van a vivir de ahora en adelante. La falta de recursos y de apoyo gubernamental hace imposible que puedan disponer de los materiales necesarios para reconstruir sus viviendas. Habrá que ir pensando cómo podemos colaborar con esta población que ha sufrido tal catástrofe sobre una ya dura situación de pobreza y abandono del gobierno del Reino de Marruecos.