Desde sus orígenes, año 1957, la CEE tiene como ideal “un mercado común”, para garantizar la libre circulación de personas, servicios y capitales, donde la libertad absoluta del mercado en ese juego de la oferta y la demanda, sea una “libertad fundamental”, donde la “cuestión social”, no interfiera en ese mercado común y, sean los propios estados quienes resuelvan esta cuestión social.
Fuente: SP CC CGT