Si habéis puesto la tele, leído la prensa o escuchado la radio estos días, seguro que os habéis enterado ya de que la película Blancanieves está nominada a los premios Goya en 18 categorías. Un auténtico record. Todos los informativos dedicaron amplia cobertura a la gran noticia del cine español. Y todos olvidaron mencionar un asunto muy desagradable relacionado con esta producción.
Sobre esta película pesa una denuncia interpuesta por la Plataforma La Tortura no es Cultura así como un expediente sancionador abierto recientemente por la Comunidad de Madrid, ambos por el presunto maltrato y posterior muerte de 9 novillos durante una lidia a puerta cerrada en la que se aprovechó para rodar algunas escenas del film, hechos tipificados como infracciónes muy graves en la legislación española.
Sobre esta película pesa una denuncia interpuesta por la Plataforma La Tortura no es Cultura así como un expediente sancionador abierto recientemente por la Comunidad de Madrid, ambos por el presunto maltrato y posterior muerte de 9 novillos durante una lidia a puerta cerrada en la que se aprovechó para rodar algunas escenas del film, hechos tipificados como infracciónes muy graves en la legislación española.
Entendemos que una película que, según sus créditos finales, ha recibido subvenciones de la Generalitat de Catalunya, TV3 y Canal Plus necesita funcionar muy bien en taquilla y hay que echar mano de una campaña frenética de promoción en los medios, re-estrenos, nominaciones, festivales, etc., para llevar a los espectadores a las salas de cine. Y no estamos debatiendo aquí sobre su calidad, que no ponemos en duda, pero sería conveniente, y sobre todo muy ético, que cuando la gente compra su entrada conociera el precio real de lo que va a ver. Sin embargo, tras destinar recursos públicos para financiar una película que presuntamente ha vulnerado la ley, se niega a esos mismos ciudadanos que la han pagado el derecho a recibir toda la información sobre Blancanieves.
No sorprende que director, productor y actores silben y miren para otro lado en esta cuestión, o que incurran en silencios y en contradicciones ante las pruebas aportadas, pero sí es muy extraño que un asunto tan escandaloso y de indudable interés para los espectadores no despierte la más mínima curiosidad entre los reporteros de nuestro País.
El maltrato animal es un tema crítico y delicado para el que afortunadamente cada vez existe menos tolerancia en España. Eso es algo que la industria, en este caso la cinematográfica, y la administración saben bien. Ambas se pueden ver salpicadas en una trama bastante turbia, por lo que parece que tratan de desviar la atención a través del “olvido” informativo.
Pero como estamos seguros de que cualquier espectador con un mínimo de sensibilidad y de criterio estará muy agradecido de conocer estos datos antes de elegir plan para su próxima salida al cine, queremos que sepan que Blancanieves, la película rechazada en los Oscar y nominada a 18 premios Goya, es sospechosa -y presentadas están en el juzgado las pruebas- de haber maltratado y matado a 9 novillos para su rodaje, con lo que a cada animal muerto le corresponderían dos galardones. A titulo póstumo, claro. Hay omisiones vergonzosas e intolerables. Y no, con todas las posibilidades técnicas al alcance hoy en día, no hace falta torturar ni matar a ningún toro para hacer buen cine. Ni hace falta ni es legal.
Lucía Arana Igarza
Julio Ortega Fraile
Fuente: Lucía Arana Igarza- Julio Ortega Fraile