Las actuaciones atléticas hoy en día eclipsan las del pasado en casi todos, si no todos, los deportes. Y eso no ha trascurrido en una evolución gradual que tenga su lógica, sino a pasos agigantados que hacen burla de record tras record u otras estadísticas comparativas. A la mitad de los individuos que baten un record, o atienen resultados prodigiosos, se les encuentra que lo han hecho gracias a “suplementos” o drogas que acrecientan su habilidad… mientras que a la otra mitad no la han podido coger con las manos en la masa. Héroes o fraudes todos parecen mamar de la misma ubre ilícita para obtener riqueza y/o estrellato.

Las actuaciones atléticas hoy en día eclipsan las del pasado en casi todos, si no todos, los deportes. Y eso no ha trascurrido en una evolución gradual que tenga su lógica, sino a pasos agigantados que hacen burla de record tras record u otras estadísticas comparativas. A la mitad de los individuos que baten un record, o atienen resultados prodigiosos, se les encuentra que lo han hecho gracias a “suplementos” o drogas que acrecientan su habilidad… mientras que a la otra mitad no la han podido coger con las manos en la masa. Héroes o fraudes todos parecen mamar de la misma ubre ilícita para obtener riqueza y/o estrellato.

¿Y por que a los que se les determina como fraude mantienen su inocencia con tanto aplomo ? ¿Acaso se resienten de haber sido penalizados por algo de lo cual consideran “casi todos” en su grupo son culpables ? No parece exagerado el considerar que su conciencia probablemente no les diga que están haciendo algo injusto, por lo tanto cuando se defienden lo hacen con plena convicción ; lo que nos dice que o les falta conciencia… o su conciencia es inoperante.

Entre una conciencia tranquila y una conciencia ausente parece que existe un estado donde la moralidad es relegada al limbo, un estado en el que la conciencia parece haber sido anestesiada. Y, desafortunadamente, no es simplemente algo peculiar a los que buscan la fama sino que afecta a la población en general ; un estado predominante en este mundo materialista y ruinoso – conocido como primer mundo – y que aflige en forma especial a los EEUU. El gobierno de Bush aparentemente ha logrado anestesiar la conciencia estadounidense en preparación a las operaciones quirúrgicas que le permitirían una expansión indiscutida de su imperio ; y en el ámbito nacional, un cambio significante en la reestructuración socio-económica del país.

El nueve-once le dio a Bush el anestésico para poder poner a la nación a dormir, prepararla para el cuchillo quirúrgico. Y mientras que este chapuceo de cirugía continua sin pinta de que haya final, la anestesia aparenta ser tan efectiva hoy como lo fue hace cinco años, sin que se note que esté perdiendo fuerza. ¿Y cómo tal ?

Tan solo necesitamos evaluar lo que ha ocurrido durante las últimas cinco semanas en la mutilación infra-estructural del Líbano, al mismo tiempo que libaneses inocentes o eran diana de los soldados israelíes, o eran parte de ese otro término que hemos venido a aceptar como daño colateral. Desde el principio fue obvio que la mayoría de estadounidenses aparecían defensivos sobre cualquier crítica a Israel, tanto como lo fueran los mismo israelíes. Como también fue obvio que los medios estadounidenses eran en parte responsables de ello. Aunque últimamente parecía que la prensa departía de su auto-censura [en cuanto a Bush], no cabe la menor duda que en cuanto a la Estrella de David, brilla a la par con las cincuenta en nuestra bandera. No importa que estuvieses escuchando a los vomita-odio de Fox, o tuvieses a Wolf Blitzer en la pantalla de CNN, o sintonizases la “radio progresista” (Air America), donde uno de sus principales comentaristas, Al Franken, declaraba que él era pro-Israel. ¿No crees, Al, que en este caso el ser neutral aparentaría como una postura mas progresista ?

A los estadounidenses se les ha dicho que las acciones de Israel fueron planeadas y ejecutadas con el consentimiento inequívoco del gobierno de Bush… quizás hasta un paso más allá del consentimiento. Sin embargo, eso al estadounidense le parece importar poco. Parece aceptar sin recato que el Líbano debe de pagar precio fuerte por no haber neutralizado a Hezbollah y su arsenal de cohetes katyusha. Esto de un pueblo que en la mayoría de los casos carece de noción alguna sobre la región y sus problemas, o que tan siquiera pueda identificar geográficamente a las naciones que son parte de este conflicto.

El Líbano ha sido devastado… pero no así Hezbollah, o su confianza en si mismo. Israel no continuara como el temido adversario que antes fuera. No para Hamas, no para Hezbollah, no para las naciones árabes de la región, amigas o enemigas, inclusive Siria. Y, definitivamente, no para Nasrallah… dado que el Mago de Oz del Medio Oriente no parece tener mucho más que un megáfono, a pesar de las llamadas bombas inteligentes y lo último en material bélico proporcionado por EEUU. [Reservo comentario sobre el arsenal nuclear de Israel.]

No hay duda de que el Líbano fue quien más perdió ; y también perdió Osmert y su jefe de guerra Halutz por no haber conseguido sus objetivos, a los que debemos añadir el Partido Kadima de Israel. Pero quizás quien haya perdido mas sea EEUU… gracias a Bush y su grupo de incompetentes ; y a un Congreso que, al igual, ha demostrado ser una colección de cretinos.

Otro que sale perdiendo : el partido Republicano. La mayoría de los líbano-americanos que he conocido, en buena parte de tipo empresarial, son casi todos conservadores y, en política se registran como Republicanos. Aquellos con quien he estado en contacto durante este último mes no votarían un candidato Republicano ahora ni para alcalde de barrio. Así están de resentidos.

Pero las cosas no han cambiado. EEUU continúa siendo una nación con la conciencia anestesiada. Y la próxima cirugía chapucera que Bush nos haga probablemente sea otro espectáculo de “shock-and-awe” y la destrucción masiva de otro país soberano… esta vez Irán.

© 2006 Ben Tanosborn

www.tanosborn.com

A nation with an anesthetized conscience

Athletes’ performances today are outshining those of yesterday in just about every sport. Not in a gradual evolutionary way that could be logically explained, but in major leaps that make a mockery of past records, or statistical comparisons. Half of those people breaking records, or achieving prodigious results, are found to have done so thanks to performance enhancing “supplements” or drugs… while the other half simply managed not to get caught. Sport heroes and sport goats all sucking from the same illicit udder to achieve wealth and/or stardom.

And why are athletes caught “cheating” so adamant in declaring their innocence ? Could it be that they resent being penalized for something “most everyone” is guilty of ? It’s not far-fetched to say their conscience is not telling them they’re doing something wrong, so when they defend themselves they appear to do it with true conviction ; which tells us they either lack a conscience… or their conscience is inoperative.

Somewhere between having a clear conscience and no conscience at all there seems to be a status that places morality in limbo, one that either freezes or anesthetizes our conscience. And, unfortunately, this status is not just one peculiar to fame seekers but the population at large ; one that’s prevalent in much of the materialistic and wasteful world – otherwise known as the “developed world” – one which particularly afflicts the United States. The Bush administration has apparently done a creditable job in anesthetizing the American conscience in preparation for surgical procedures that permit unchallenged expansion of the empire, internationally ; and major socio-economic restructuring, nationally.

Nine-eleven gave Bush the anesthetics to put the nation to sleep, to get the population ready to go under the knife. And while the long protracted botched-surgery seems to keep going on with no end in sight, the anesthesia seems as effective today as it was five years ago, without any indication that it’s loosing any strength. How can we tell ?

All we need to do is evaluate what has happened during the last five weeks as the infra-structural mutilation of Lebanon was taking place, and innocent Lebanese were either becoming direct Israeli targets, or the now acceptable “collateral damage” in human terms. It was obvious from the start that most Americans were just as defensive of any criticism on Israel as the Israelis themselves. Of course, it was also obvious that the electronic media assumed much responsibility for that. For all the talked-about recent improvement in walking away from being a self-censored media, when it comes to the Star of David, it shines equally as bright as the fifty stars over the field of blue in our flag. It made little difference whether one was listening to hate-spewers at Fox, or was tuned-in to Wolf Blitzer and his comical “situation room” at CNN, or “progressive radio” with one of its principal commentators, Al Franken, stating in Air America that he is pro-Israel. Al, please… shouldn’t neutrality render a far more progressive stand ?

Americans have been told that Israel’s actions were planned and executed with the unequivocal consent of the Bush administration… perhaps even a step beyond consent.

Yet, Americans could care less. It seemed ok to most that Lebanon would have to pay a price for not having neutralized Hezbollah and its stockpiles of katyusha rockets. This from people whose knowledge of the region and its problems is in most cases nil, or that could even identify the geographical location of the player-nations.

Lebanon has been devastated… but not Hezbollah, or its self-confidence. Israel will no longer be the feared adversary it once was. Not to Hamas, not to Hezbollah, not to all the Arab nations in the region, friend or foe, including Syria. And, definitely, not to Nasrallah… for the Wizard of Middle East Oz has been found out to have little more than a megaphone, notwithstanding the smart bombs and state-of-the-art weaponry provided by the United States. [Comment reserved as to Israel’s nuclear arsenal.]

Lebanon was definitely a loser ; as were Osmert and his war chief Halutz for not achieving their prewar objectives, and by default the Kadima Party in Israel. But perhaps the biggest loser of all was the United States… through Bush and his Motley crew ; and an American Congress that has proven to be a collection of dolts.

There is another loser here : the Republican Party. The majority of Lebanese Americans I have known, the entrepreneurial type, have been for the most part conservative and, politically, Republican. Those that I have contacted during the past month would not vote for a GOP candidate today – even for dog catcher. That’s how embittered they are.

But rest assured that things haven’t changed at all. America remains a nation with an anesthetized conscience. And the next botched surgery that Bush is likely to perform on us is a shock-and-awe spectacle on another sovereign nation : Iran.

© 2006 Ben Tanosborn

www.tanosborn.com


Fuente: Ben Tanosborn