El conservatismo político subió al escenario la semana pasada (18 a 20 de febrero) en la capital de la nación con nuevos protagonistas, mientras que los viejos actores de esa ideología recurrían a su maquillaje Odio-Obama para acentuar su presencia en escena.
Fue la mayor concurrencia que CPAC (Conferencia Conservadora de Acción Política) haya tenido en sus reuniones anuales, y el primer mitin de envergadura antes de su asalto electoral a las mayorías Demócratas en el Congreso que ocurrirá este año.
No cabe duda que los viejos conservadores han perdido en gran parte su influencia dentro del nuevo “movimiento conservador”. Y esto ha ocurrido a lo largo del sistema, desde comités de expertos como el Heritage Foundation, a grupos poderosos como el American Conservative Union, la NRA (Asociación Nacional del Rifle), y organizaciones que propugnan activismo religioso y social ; o aun grupos que enfocan la seguridad de la nación. Aquellos que fueron parte del establecimiento durante la era Republicana de Bush, tanto sus acolitas como los defensores de sus fechorías, todos parecen haber perdido pie, y definitivamente la confianza, con la venida de este movimiento popular derechista, a cuya membresía cacofónica se le refiere como “partidistas de té” que asumimos hace honor a esos eventos prerrevolucionarios del Boston Tea Party (1773).
Pero a estos partidistas de té (teístas) no les va a ser necesario convertirse en partido político, optando ser tan solo la vanguardia fresca de un Republicanismo cansado y decadente, y reclamando la responsabilidad fiscal que hace más de cuatro décadas promulgara Barry Goldwater. Esto, al mismo tiempo que mantienen los atributos seudo-patrióticos que dejasen en su legado Ronald Reagan y George W. Bush.
Algo que debiera resultarnos obvio, tanto a los progresistas como a los que no lo son, es que existe la posibilidad de que “cambio” ocurra en EEUU, pero no por medio del gobierno de Obama, sino por vías de la derecha popular. El liderazgo que resulte probablemente provenga de personajes como el republicano-libertario Ron Paul, o el ex líder mayoritario de la Cámara de Diputados y principal azuzador de la revolución teísta, así como una nueva clase emergente de patrioteros fiscalmente conservadores, como el gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty ; dejando a un lado a carrozas del partido republicano como Mitt Romney y Newt “Contrato con America” Gingrich, y hasta a la celebrada Dama del Norte (Alaska), Sarah Palin, que poco a poco se irá ahogando en su propia ignorancia antes de que lleguen las elecciones presidenciales del 2012.
¿Cómo es que no se le ha ocurrido a Obama que esas tres elecciones especiales que su partido ha perdido recientemente (en Virginia, Nueva Cork y Massachussets) no han sido contra grandes figuras Republicanas, mas bien frente a calladitos-Republicanos luciendo mascaras populistas y propugnando conservatismo fiscal ?
¡Y todo este tiempo Obama llamando a puerta equivocada, puerilmente buscando bipartidismo con el grupo derechista que ya no pita ! La madrugada después de su discurso sobre el Estado del País, todavía sufriendo por esos golpes electorales recibidos, y un liderazgo Republicano intransigente y contradictorio a todo lo que tuviera que decir, bueno o malo, este presidente con buena cara y seguro de sí mismo, acudió a su reunión, que no era otra cosa sino un nido de avispas, listo para ser picado por la gendarmería política de la plutocracia norteamericana.
Fue una perogrullada el que Obama dijese a los líderes Republicanos en Baltimore, Maryland, hace menos de un mes, que no es un ideólogo. Solo un idiota, o un acerbo demagogo le acusarían de tal. Este Obama no es un idealista impractico, algo obvio a cualquiera que haya seguido su carrera… primero como organizador comunitario, y más tarde en su política como senador del estado de Illinois y después en Washington. Tan solo un individuo falso o confuso le acusaría de apoyo ciego a una ideología o causa. No, Obama no tiene por que recitar lo obvio tratando de ganarse a un auditorio Republicano comprometido e inalterable diciéndoles que no es un ideólogo.
Pero Obama tampoco es un idealista, soñador o visionario. Quizás muchos de los que le ayudaron llegar a la Casa Blanca, particularmente la juventud menos cínica, hubieran querido un presidente mas romántico y quijotesco… alguien que les hubiera traído una revolución sin sangre, un verdadero cambio ; en su lugar, deben contentarse con un “evolucionario” pragmático que no traerá cambios de gran consecuencia, ni que tampoco será un profeta o precursor a los cambios fundamentales que necesita el país. Admitámoslo o no, Barack Obama es simplemente un político más, confeccionado con encaje-norteamericano.
¿Y que es el encaje-norteamericano ? En esta era de dominio-forzado por EEUU, es una vestimenta de rigor que los políticos norteamericanos deben lucir, hecha a la medida y con las especificaciones mas estrictas tanto en lo referente a la política interior – acatando todas las demandas corporativas – como a la política exterior – acatando los preceptos del complejo industrial-militar para el funcionamiento del Santo Imperio Judío-Cristiano-Americano.
Obama tuvo una oportunidad clara y marcada para liderar a los progresistas en la toma del partido Demócrata simplemente permitiendo que el capitalismo-en-albedrío continuase de rodillas y a vista de la ciudadanía, así como lo heredó de los gobiernos irresponsables de Reagan, Bush I, Clinton y Bush II. En su lugar, se rindió a sus instintos de verdadero corporativista, y a la noción absurda de que podría traer bipartidismo a una nación escindida ideológica y económicamente.
Ahora son los teístas quienes se llevan la palma con su movimiento popular, esta vez secuestrando una buena parte del voto independiente, dejando a Obama y esa ultima esperanza de cambio atrás.
¿Por qué tantos progresistas norteamericanos siguen sin darse cuenta… que Obama ni es un idealista ni tampoco un ideólogo… más bien otro corporativista mas siguiendo los pasos de todos los demás políticos que se mantienen en el poder ?
© 2010 Ben Tanosborn – www.tanosborn.com