Ya ha pasado el 29s, y ahora toca hacer balance. El seguimiento en la Universidad fue más alto que en el resto de administraciones, y en los tres campus se percibió una disminución considerable de la actividad docente y administrativa.

Ya ha pasado el 29s, y ahora toca hacer balance. El seguimiento en la Universidad fue más alto que en el resto de administraciones, y en los tres campus se percibió una disminución considerable de la actividad docente y administrativa.

A pesar de que la jornada se desarrolló con normalidad y pacíficamente, si que hubo algunos incidentes.

Un grupo de unas 200 personas (estudiantes, PAS, PDI, y personas de otros colectivos) fue caminando del campus de Tarongers al de Blasco Ibáñez, cortando el tráfico. Al llegar a Blasco Ibáñez había unos doce furgones policiales esperándolos. La policía cargó en la Facultad de Filosofía, disolviendo así el grupo, que salió en estampida a refugiarse en diferentes instalaciones universitarias.

Mientras el grupo volvía a concentrarse cerca de la Facultad de Medicina, fue rodeado por furgonetas y agentes provistos cascos y porras. Retuvieron a dos chavales aleatoriamente, reteniendo así al resto del grupo. Mientras, en el centro transcurría la concentración frente a la delegación de gobierno. Hacia allí se dirigió el grupo, escoltado por doce furgones y una fila de agentes en cada lado. Algunos profesores pidieron a los agentes que se identificaron, para tomar los datos y realizar una denuncia, a lo que ellos respondieron tapándose las placas.

Al llegar a la Delegación del Gobierno, el grupo se sumó a las personas allí concentradas. La policía estableció un cordón que fue estrechando hasta que el choque fue inevitable. La gente se dispersó, y al intentar reagruparse unos pocos en la Plaza del Ayuntamiento. La policía les impidió permanecer en la calle, rodeándolos rápidamente y recluyéndose los en la zona central de la plaza.

Mientras todo esto ocurría, un pequeño piquete formado por cinco personas de CGT se dirigió a la Nave. Al llegar a la puerta, el guardia de seguridad les instó de malas maneras a que bajaron las banderas para que la gente «podía apuntarse a mirar». También prohibió hacer ruido y molestar, porque tenían esas instrucciones. Ante esta eventualidad el piquete subió a hablar con el Vicerrector de Cultura. Otro guardia de seguridad intentó impedirles la entrada al despacho, aunque al intentar hacerle una foto se apartó. El vicerrector de Cultura desmintió que el servicio de seguridad hubiera recibido instrucciones al respecto, y finalmente el piquete pudo realizar su labor informativa con el poco personal que se encontraba trabajando.

Sección Sindical CGT-Universidad de Valencia

En CGT-PV : Fotos i crònica – Valoració de la Vaga General en la Universitat de València


Fuente: CGT-PV