Los hechos vienen demostrando la falacia de la necesidad del orden establecido. Ese orden jerárquico del ordeno y mando sólo produce miedo y sumisión y en caso extremo muerte y destrucción.

Miles de egipcios acamparon durante semanas para derrocar al dictador Mubarak

Miles de egipcios acamparon para derrocar el presidente Mursi

Miles de egipcios acamparon para devolver al poder a Mursi

Hablamos de la oposición de dos fuerzas.

Miles de egipcios acamparon durante semanas para derrocar al dictador Mubarak

Miles de egipcios acamparon para derrocar el presidente Mursi

Miles de egipcios acamparon para devolver al poder a Mursi

Hablamos de la oposición de dos fuerzas.

La civil, cuando se une es capaz de compartirlo todo y de organizarse sin necesidad de estructuras impuestas desde fuera. Esta autogestión la han llevado a cabo en distintas fases de la denominada «primavera árabe» en Egipto, desde salafistas hasta anarquistas, pasando por la hermandad musulmana, liberales y militantes de todos los partidos de izquierdas.

Todos se han organizado en las plazas, al igual que en Madrid con la acampada Sol o en Estambul. Han convivido durante semanas, han sido capaces de instalar su hogar, de alimentarse, de satisfacer sus necesidades físicas, culturales y espirituales, en definitiva, de autogestionarse.

La otra fuerza es la jerárquica, representada por el ejército, estrutura del ordeno y mando al servicio de los intereses antipatrióticos del capitalismo. Es la herramienta que ha provocado cientos de muertos, en busca de una guerra civil.

Recuerdo la lectura de una entrevista a un grupo de activistas libertarios de El Cairo acampados contra Mursi, antes de ser depuesto, este grupo tenía como principal preocupación que pudiera haber enfrentamientos entre el pueblo y su principal objetivo era evitarlos. Los anarquistas acampados no hablaban de la necesidad de autogestionarse,porque no era necesario, todos los grupos lo estaban haciendo de forma natural.

Porque cuando el objetivo es claro y urgente el ser humano no necesita órdenes de ningún superior, ni en la plazas ni en Angrois, cuando todo un barrio olvidado por las autoridades, se organizó para el rescate de los accidentados del tren. Y es que no necesitamos que nos organice nadie, autogestionémonos.

ORUART


Fuente: ORUART