Tengo un curro de mierda. Me levanto demasiado pronto y salvo en verano, rara es la vez que llego a casa sin echar las luces del coche. Más de una vez se me pasa por la cabeza dejarlo, pero llegados a este punto, siempre acaban mandando más las deudas y mis responsabilidades que mis deseos de vivir de otra forma. ¡Son muchos pajaricos en la cabeza para la edad que tengo!.
Soy feliz, o al menos, no las paso
estrechas para pagar el agua, el gas, la luz, la comunidad, la
hipoteca, la piscina, el yoga, el wifi, los 20 euros mensuales de
móvil, la «sopa» para el coche, el abono del fútbol, el
seguro del coche, las tardes de invierno en el Itaroa, algún cine
que otro, los «crianzas» de los sábados (en realidad el
único rato libre junto al partido del domingo…), la semana del
pintxo, el martpintxo y jue
Soy feliz, o al menos, no las paso
estrechas para pagar el agua, el gas, la luz, la comunidad, la
hipoteca, la piscina, el yoga, el wifi, los 20 euros mensuales de
móvil, la «sopa» para el coche, el abono del fútbol, el
seguro del coche, las tardes de invierno en el Itaroa, algún cine
que otro, los «crianzas» de los sábados (en realidad el
único rato libre junto al partido del domingo…), la semana del
pintxo, el martpintxo y juepintxo… Y la verdad, si tengo que meter
alguna horica lo hago, porque ahora que tengo edad, tengo que
aprovechar para disfrutar y gastar. No se vive tanto tiempo como para
pasarlo sufriendo. Si tengo hijos, ellos ya mirarán por sí mismos
también.
A mi jefe
no lo soporto. No he visto un tío tan cuadriculao
en mi vida, y lo peor es, que a base de hacer la pelota y estar con
los barandas de verdad, los que cortan el bacalao, el muy cateto se
cree Onasis. En lo único que nos parecemos es en el móvil. Bueno, y
en el coche, que el muy pringao tiene el mismo PASSAT que yo ¡ganando
el doble!. ¡¡Si yo ganase el doble!!, anda que no iba a poder
comprarme cosas buenas de verdad. Si es que al final, ganamos poco.
Eso sí,
esto de la crisis me está trayendo de cabeza, más que nada porque
llevamos dos años en los que de la boca del «cuadriculao»
y de algún delegado sólo sale la palabra ERE. Que si es mejor bajar
a currar, callar y no dar la nota; que cuidado con quien te juntas,
que esos sólo son de andar en pancartas pero de trabajar poco; que
son tiempos difíciles y que, mejor coger lo que te dan y gracias…
Y la verdad, viendo a mi vecino no me extrañan estos consejos. Su
empresa ha «cascao» así que, a ver como se lo monta con la
mujer en el paro y los dos críos. En realidad, no ha cerrado, sólo
que no tienen carga de trabajo -han externalizado una parte a una
subcontrata que le sale mejor económicamente a la empresa- y
sobraban la mitad. Eso por jugar a la revolución: estuvieron 20 días
de huelga y ¿para qué? ¿para que no echasen a los eventuales?¿para
que no se destruyan puestos de trabajo? Hombre, ¡no me jodas!. Ya
les advertimos cuando vinieron a pedirnos apoyo: al final iréis
todos a la puta calle y sin la indemnización… No andábamos
desencaminados. Como para ir de perro-flautas por la vida con
historias de paros, huelgas, reparto de trabajo, y no se qué más.
¿Qué hay gente en el paro? Mala suerte, pero yo no les puedo
ayudar. ¡Qué! ¿Me tengo que privar de comprar cosas, trabajando
menos horas, para que trabajen todos? Muy bonito desde luego, pero en
un cuento de los Hermanos Grimm.
No sé, de
todas formas en cuanto pueda, en algún puente o así, me hago una
escapadica a algún sitio. ¡¡Escapar, escapar, escapar!!. A olvidar
el despertador, las prisas, el coche, el atasco, el curro, al
«cuadriculao», el ERE, a mi vecino,… Menos mal que aunque
el Ferrari de Alonso es una mierda, vamos quintos en la liga. ¡¡De
algo tienen que servir los 250 europeos
que me pulo en el abono!!
¡Qué
reflexivo ando! No, esto tiene que ser del pedo que llevo. Espero no
haber dicho nada en alto… El tipo de mi lado me mira raro… Ya he
dicho algo en alto… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Goooooool!!!!!!!!!!!!
¡Pónme otra que esto hay que celebrarlo!
Colectivo
Malatextos – Juan Mari Arazuri
http://malatextos.blogspot.com/2012/01/aupa-rojillos.html
Fuente: Colectivo Malatextos - Juan Mari Arazuri