Artículo publicado en Rojo y Negro nº 381 de septiembre

En esta Organización y desde hace algún tiempo, hay dos conceptos muy importantes que tendemos a confundir, nos referimos a decidir y gestionar. No se puede generalizar, pero es un error de largo recorrido. Detrás de ellos se encuentra qué tipo de comicios son los competentes dependiendo de los asuntos a tratar.
Cuando empleamos el término DECIDIR, nos referimos al órgano máximo: la Asamblea de afiliados del sindicato, el lugar donde se debate y se toman las decisiones oportunas que después se llevarán a los siguientes peldaños: el Pleno, la Conferencia y, por supuesto, el Congreso, máximo órgano de decisión. Así lo recogen nuestros estatutos confederales:
Título III: Principios rectores de funcionamiento: Artículo 6. El funcionamiento de la Confederación General del Trabajo (CGT), tanto en la adopción de acuerdos como en la elección de sus órganos de coordinación, representación y gestión, se regirá por principios de democracia directa.
La asamblea permite la participación de todos los afiliados y afiliadas sea cual sea su situación: se esté o no encuadrado en una sección sindical, sea parado, precario o jubilado.
Para gestionar aquello que se ha decidido en asamblea se convocan las Plenarias en los diferentes ámbitos de la organización. Los estatutos indican:
Capítulo tercero. Del Comité Confederal [plenaria] de la CGT Artículo 45. El Comité Confederal de la CGT es el órgano que coordina y desarrolla la ejecución de los acuerdos tomados por la Organización en sus Congresos y Plenos Confederales. Está formado por el Secretariado Permanente y las Secretarías Generales de las distintas Confederaciones Territoriales y Federaciones Sectoriales.
Sólo se recurrirá al uso del voto proporcional cuando se haya demostrado la incapacidad para establecer un acuerdo general de consenso. En este caso, para tomar un acuerdo se requerirá al menos el voto favorable de un tercio de las Secretarías Generales de las Confederaciones, redondeando al alza. El voto proporcional sólo se podrá utilizar para temas que consten en el orden del día previo. Las Secretarías de las Federaciones podrán votar cuando se traten asuntos reivindicativos.
Dicho esto, no es menos cierto que uno de los principios que rigen nuestra ideología libertaria es, precisamente, debatir las distintas posturas e ideas hasta alcanzar un acuerdo; relegando al mecanismo de la votación como último recurso. Esto lo hemos olvidado (cuando no obviado) y, a veces, nos limitamos a convertir nuestras asambleas en plebiscitos faltos de debate, interés, horizontalidad y compañerismo, plebiscitos en manos de unas “mayorías” que más que una asamblea parecen una cumbre que decida cuál será su siguiente paso en la estrategia.
Su adaptación a los estatutos de un sindicato se podría plasmar así: la plenaria del sindicato. La Plenaria del Sindicato será el máximo órgano de GESTIÓN del mismo entre Asambleas. La Plenaria, estará formada por los Secretarios Generales de las Secciones Sindicales constituidas o personas que las representen y por el Secretariado Permanente del Sindicato que tendrá voz pero no voto.
El problema surge cuando en el orden del día las Plenarias se incluyen puntos que corresponden a las asambleas porque son DECISIONES. Este problema aparece con frecuencia en los diferentes ámbitos de la Organización, desde el Confederal al Territorial pasando por las Federaciones y alcanzando al Sindicato. Este “vicio” no es nuevo, lleva instalado en algunos entes de nuestra organización desde hace mucho tiempo. La Plenaria es más ágil y rápida en su convocatoria e incluso menos conflictiva, asisten los/as secretarios/as o miembros de los secretariados que son los compañeros y compañeras que están más informados que la afiliación de base de la situación de la Organización. Así, la Organización funciona con más agilidad, pero hurtando a la afiliación los debates y, como no, la toma de decisiones sobre cuestiones que la son propias y que, en muchos casos, pueden afectarla directamente.
La Plenaria solo permite la participación de aquellas personas afiliadas que han constituido una sección sindical (siempre que sean convocadas por su secretariado correspondiente). ¿Qué acuerdos lleva un secretario general de una sección sindical a una Plenaria? ¿Con quién lo ha debatido? ¿Qué ocurre a los afiliados y afiliadas que no han podido constituir una sección sindical, están parados o son jubilados? Su opinión no cuenta. ¿Dónde quedan los derechos de estas compañeras y compañeros? Solo pueden expresarse en la Asamblea.
Algunos sindicatos solo envían la documentación de la Plenaria a las secciones sindicales hurtando a los afiliados, una vez más, su derecho a conocer la situación de la Organización
Que la Asamblea puede ser manipulada es una posibilidad. Hay quienes la entienden como un mero mecanismo para decidir la composición de un Secretariado o la delegación para un Congreso, pero el debate es fundamental para que la Asamblea tenga sentido, antes de decidir se deben debatir las ponencias de un Congreso y después elegir la delegación más idónea para defenderlas. Antes de elegir al nuevo Secretariado del Sindicato es preciso conocer la gestión del anterior Secretariado y los problemas e iniciativas de futuro. La Asamblea es debatir para decidir y no un mero mecanismo de votación. Decidir exclusivamente convierte a los afiliados en seres vacuos, caminantes sin rumbo propio que solo votan, pero que desconocen la situación de la Organización.
Tal vez haya personas interesadas en funcionar así o, incluso, en tomar decisiones a través de chats o asambleas virtuales. Todo es posible, incluso confundir los medios con los fines, pero nuestros estatutos son claros y, como es lógico, susceptibles de ser modificados si en el futuro así lo decidiéramos.
Es preciso recuperar la Asamblea y el Pleno para tomar las decisiones correspondientes en cada situación. En ocasiones, se recurre al equívoco argumento de la escasa asistencia a las Asambleas, pero en raras ocasiones nos preguntamos el porqué. Tal vez con órdenes del día referidos a los problemas laborales y sociales la participación sería mayor. Nuestros estatutos indican que es obligatorio celebrar una asamblea al año, pero recordemos que ese es el mínimo obligatorio. Desde luego, la documentación voluminosa de un Congreso o la elección de un Secretariado no es lo más atractivo para la mayoría de las personas afiliadas. Hace falta labor pedagógica. La afiliación se ha afiliado a un sindicato y no a una sección sindical de una empresa determinada y la situación es diferente a la de asociarse a una entidad cultural o recreativa. Además de pagar la cuota hay unos principios y unos acuerdos que se deben respetar, el Sindicato supone solidaridad y lucha. Los afiliados y afiliadas no debemos ser meros cotizantes en espera de que nuestro sindicato nos resuelva los problemas porque así se cava el foso que separa a una parte de los/as delegados/as sindicales del resto de la afiliación, tratados como clientes. Estos hábitos viciados generan la falta de renovación, la perpetuación de algunas personas en las estructuras sindicales y la liberación sindical de por vida ya que nadie quiere optar a ocupar los cargos de gestión.
Es preciso recordar que en el Sindicato puede haber, y es habitual que existan, rivalidades sobre qué modelo de gestión o qué decisiones son más acertadas, pero el enemigo está en el sistema capitalista y en sus colaboradores necesarios, CCOO y UGT.
Mientras se viva esta situación, mientras en el orden del día se mezclen puntos de gestión con otros de decisión, estaremos tergiversando nuestros ideales y manipulando nuestros estatutos. Debemos apostar por la transformación, dentro de lo posible, de las Plenarias en Asambleas: las decisiones pueden ser tomadas en el organismo más democrático. Las Asambleas refuerzan la función de la Plenaria, algo que está muy claro en los estatutos, gestionar que no decidir. Para asistir a una Plenaria Territorial como mínimo, se debe reunir a una Plenaria del sindicato, eso dicen los estatutos, pero es una visión estrecha obviar el organismo más democrático, la Asamblea. Regenerar poco a poco, ese es el reto para tener una organización sana y que pueda afrontar con garantías los desafíos del presente y del futuro.

Paco Romero y Miguel Gómez
Sindicato de Banca de Madrid


Fuente: Rojo y Negro