No es el anuncio de un detergente aunque sea degradable biológicamente. Es Ariel, un ultra que "lava" palestinos. Y además, los "peina" a lo bestia, cayendo masivamente. Alza muros de la vergüenza y la humillación étnico-racial cuando el más injuriante de la historia ya cayó. Extermina gentes, lanza tanques y soporta con mal carácter las críticas de socios y oposición a su "plan" de ¿paz ?

No es el anuncio de un detergente aunque sea degradable biológicamente. Es Ariel, un ultra que «lava» palestinos. Y además, los «peina» a lo bestia, cayendo masivamente. Alza muros de la vergüenza y la humillación étnico-racial cuando el más injuriante de la historia ya cayó. Extermina gentes, lanza tanques y soporta con mal carácter las críticas de socios y oposición a su «plan» de ¿paz ?


Hace realidad aquello de «otro vendrá que bueno te hará» cayendo tan bajo como Hitler. Es increíble que de un maltratado surja un maltratador. Que de las víctimas de un exterminio y holocausto aparezcan nuevos verdugos. Nadie -¿ni siquiera Sharon ?- recuerda Buncheswald, Auschwitz, Trebenika. Nadie del entorno de Sharon recuerda sufrimiento, campos de concentración, refugiados judíos, ghettos, etc. a manos de los nazis. Sin embargo, la política de Ariel Sharon peca de lo mismo al descargar las frustaciones de aquellos judíos en los actuales palestinos, pagando justos per pecadores.

Curiosamente, la acción gubernamental de Sharon provoca sufrimiento a palestinos -quienes tienen el otro 50 % de culpa en la situación- creando campos de refugiados, territorios ocupados, muertes masivas. Pero no sólo ésto. Caído el muro de Berlín no es de recibo el que Sharon ahonde con su reciente tapia separadora mucho más en la herida entre dos pueblos -palestino y hebreo- que teniendo orígenes étnico-genético comunes -son «primos», descendientes de la tribu de Jacob- deberían estar abocados a entenderse cuando sucede lo contrario : desde las facciones más extremas de ambos pueblos -cada cual con apoyo de otros paises del mundo- se fomenta el odio y la hostilidad que evitan una solución definitiva al problema. Los israelitas necesitan paz y seguridad. Los palestinos, que también son una étnia y un pueblo con identidad propia ; reclaman un territorio y un Estado libres. Razones y culpas tienen los dos. Lo grave es que personajes como Ariel Sharon -y su política- calientan al rojo vivo y empeoran el asunto. Ahora, más que nunca, los pacifistas y democrátas humanistas recordamos, lloramos y echamos de menos con nostalgia a figuras -unas fallecidas y otras vivas- como Isaac Rabin, Simon Peres o incluso Shamir ; que tanto esfuerzo emplearon en lograr un acuerdo. Con ellos, hubiera sido posible la paz. Con Sharon jamás será posible. Para pacificar se requiere que negocien líderes moderados, centrados y dialogantes pero no extremistas conservadores xenófobos como Ariel, el ultra que «lava» palestinos. ¡Ojalá decidan las urnas !

JOSE ESTEBAN RICO SOGORB

Escritor y periodista.

Ex redactor de varios diarios como : «El Faro y EL Periodico de Ceuta» ,»Area, Campo de Gibraltar», «Revista Guia Perfil de la Dama»etc. Colaborador en diversos medios impresos y digitales.
Miembro de la Asociación de Escritores valencianos

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