El día Jueves 20 marzo, durante la mañana y hasta el mediodía, se realizó un acto frente al Batallón de Ingenieros de Construcciones 181 de la ciudad de Neuquén, sobre ruta nacional 22. En ese lugar, funcionó durante la última dictadura “la Escuelita”, un centro clandestino de detenciones y exterminio.
El acto fue realizado y convocado por la MULTISECTORIAL CONTRA EL GENOCIDIO Y LA REPRESIÓN que cuenta con la participación de una veintena de organizaciones de derechos humanos, políticas, sindicales y estudiantiles, entre otras. En la jornada de lucha, repartimos un tríptico que contenía un mapa del batallón y el lugar donde funcionó “la Escuelita”. También realizamos una “marcación”, un señalamiento con carteles viales sobre la ruta 22 para que los transeúntes puedan reconocer donde funcionó el centro clandestino.
Entre los presentes se encontraban las Madres de Plaza de Mayo filial Alto Valle y la A.P.D.H. de Neuquén, que es la principal querellante en el juicio contra los represores de “la Escuelita”. Al respecto, Noemí Labrune, miembro fundadora de la asociación, se mostró satisfecha durante la actividad : “porque todos los que pasaron por allí, automovilistas, turistas, han recibido el mensaje donde se explicaba la posición de los organismos”. Pero lo que más rescató de la actividad, es que se realizara frente al batallón, allí mismo, donde los militares guardan los secretos que, de ser revelados, harían que los juicios pudieran ser mucho más rápido. “Ése es el pacto social de hoy y debe reventarles vernos acá, justo frente a ellos, que estemos haciendo esta actividad”, nos dijo con agrado.
Al final de la jornada, la concurrencia marchó hacia la entrada del batallón donde se realizó un acto de cierre. Paola Panizza, de H.I.J.O.S. Alto Valle, expresó “estamos acá, (frente al batallón) porque en los fondos de este maldito lugar, funcionó uno de los 500 centros clandestinos de detención, en donde fueron trasladados, torturados, asesinados y desaparecidos miles y miles de jóvenes, mujeres y hombres muy jóvenes, que en la década del setenta intentaron cambiar el mundo. Intentaron cambiar este mundo de miseria, de hambre, de explotación, de opresión. Lo intentaron cambiar desde distintas organizaciones. Organizaciones barriales, políticas, en la universidad, en los secundarios, en las fábricas. Organización y lucha, compañeros, es la enseñanza de nuestros viejos y nuestras viejas. Vinimos para decirles a estos genocidas, que no nos vamos a olvidar y que no esperamos de ellos ninguna verdad”.Finalmente dijo “nosotros nuestra verdad la sacamos de nuestros compañeros que vivieron el cautiverio, que entraron tabicados a estos lugares y que sin embargo siguen hablando hoy de la posibilidad de cambiar el mundo. Ese es el compromiso nuestro, de todos nosotros. Seguir luchando para cambiar el mundo. Para que aparezca Julio López y para que todos los asesinos estén en la cárcel común”.
Fuente: Organización y Resistencia