Son ya 35 años de ocupación de Marruecos sobre el Sahara Occidental. Aunque la más reciente ofensiva contra el pueblo saharaui llamó la atención internacional, paulatinamente regresan el olvido y la indiferencia hacia la región, aunado al cerco informativo impuesto por el régimen marroquí.
Marcela Salas Cassani – Fotografía : Stefano Montesi
El pasado 8 de noviembre el pueblo saharaui sufrió uno de los peores ataques en su contra, luego de que decenas de policías y soldados marroquíes arrasaron un campamento en Gdaim Izik, a 18 kilómetros de El Aaiún, capital de la República Árabe Saharaui Democrática, donde miles de saharauis se habían instalado desde mediados de octubre para protestar por sus precarias condiciones de vida.
Según informes del Frente Polisario, durante el brutal “operativo” perdieron la vida 36 personas y resultaron heridas cerca de 4 mil 500, de las 28 mil que se encontraban ahí viviendo en tiendas de campaña para protestar por la falta de oportunidades de desarrollo. La instalación del campamento había sido prácticamente ignorada por los medios de comunicación, hasta que se suscitó el ataque.
“El violento desalojo del campamento de Gdaim Izik demuestra que el régimen marroquí quiere una guerra civil entre saharauis y marroquíes”, afirmó la activista y defensora de los derechos humanos saharaui Aminetu Haidar, quien durante noviembre y diciembre del 2009, permaneció 32 días en huelga de hambre, luego de que el gobierno marroquí la despojó de su pasaporte en el aeropuerto de El Aaiún y la expulsó en avión hacia Lanzarote.
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