Los agentes fueron sorprendidos por las cámaras instaladas ante las continuas denuncias
Dos personas que estaban detenidas en la comisaría central de los Mossos d’Esquadra de Barcelona fueron golpeadas y vejadas en una fecha no determinada de este año por un cabo, dos policías y dos agentes en prácticas. Los hechos sucedieron cion con 15 días de diferencia y fueron grabados por cámaras ocultas a instancias de la dirección del cuerpo, ante las sospechas de que se pudieran producir malos tratos por el elevado número de denuncias que se habían presentado en los juzgados. Los cinco detenidos han sido suspendidos de empleo y sueldo.
Los agentes fueron sorprendidos por las cámaras instaladas ante las continuas denuncias

Dos personas que estaban detenidas en la comisaría central de los Mossos d’Esquadra de Barcelona fueron golpeadas y vejadas en una fecha no determinada de este año por un cabo, dos policías y dos agentes en prácticas. Los hechos sucedieron cion con 15 días de diferencia y fueron grabados por cámaras ocultas a instancias de la dirección del cuerpo, ante las sospechas de que se pudieran producir malos tratos por el elevado número de denuncias que se habían presentado en los juzgados. Los cinco detenidos han sido suspendidos de empleo y sueldo.

Los dos episodios de malos tratos fueron relatados ayer por el secretario general del Departamento de Interior de la Generalitat, Joan Boada, y por el director general de los Mossos d’Esquadra, Rafael Olmos. Ambos explicaron que han denunciado los hechos a la fiscalía y se congratularon de que haber sido los impulsores de la depuración de responsabilidades.

Boada relató a EL PAÍS que en una de las grabaciones realizadas con la cámara oculta aparecen un cabo, un policía y dos agentes en prácticas golpeando y vejando a un detenido de manera reiterada y contundente. En la otra es una policía quien golpea a una detenida, de forma que tampoco deja ninguna sombra de duda.

Los hechos ocurrieron con 15 días de diferencia, en fechas que no fueron precisadas. Tampoco se detalló la nacionalidad de los detenidos, aunque sí trascendió que eran de raza blanca y que quedaron en libertad después de ser puestos a disposición judicial. Según el relato de Boada, existen diversas grabaciones en las que se identifica de manera clara a los policías que participaron en esos episodios.
Moratones en los ojos

Al margen de las grabaciones con cámara oculta, los reconocimientos médicos realizados a los dos detenidos que supuestamente sufrieron los malos tratos también revelan «sospechas razonables» de que se produjeron las agresiones. Los dos afectados denunciaron los hechos en el juzgado al quedar en libertad y uno de ellos presentaba moratones en los ojos y en el cuerpo.

El descubrimiento de los dos episodios de malos tratos es el resultado de una investigación interna impulsada por el propio departamento de Interior ante el aumento de las denuncias en los juzgados contra agentes de la policía autonómica y del relato de diversos episodios sufridos por supuestas víctimas.

Uno de ellos lo investiga actualmente un juzgado de Barcelona tras la denuncia presentada por un joven que relató haber sido torturado y apaleado en esa misma comisaría después de mantener una discusión con tres agentes de la policía autonómica en las inmediaciones de una discoteca de la capital catalana. Por ese caso están imputados tres policías, pero los responsables de los Mossos explicaron ayer que ninguno de ellos forma parte de ese grupo de cinco expedientados.

La dirección del cuerpo policial encargó a la división de Asuntos Internos que investigara las presuntas agresiones ante la coincidencia de que todas las denuncias relataban que habían ocurrido en la comisaría barrio de Les Corts de Barcelona, inaugurada el 1 de noviembre de 2005, cuando la policía autonómica relevó al Cuerpo Nacional de Policía.

Los investigadores colocaron cámaras ocultas durante varias semanas y a diversas horas del día en diferentes dependencias de las comisarías, incluidas las celdas donde están los detenidos. Hace unos días se produjo el visionado de todas esas horas de grabación y fue cuando se desvelaron los dos casos de malos tratos y vejaciones que sufrieron dos detenidos.

Las grabaciones no han sido remitidas a la fiscalía a la espera de una respuesta. «¡Se ha acabado la impunidad !», proclamó Joan Boada. «No toleraremos ni malos tratos ni vejaciones en las comisarías», añadió, al tiempo que recordó que el episodio ha causado un profundo malestar en los mandos policiales, siempre reticentes a pensar que puedan suceder esos hechos.

Coincidiendo con el relato de esos dos episodios, Interior anunció ayer la próxima instalación de 40 cámaras de vigilancia más en la misma comisaría de Les Corts, incluidas las celdas que acogen a los detenidos y las zonas de cacheo, que se sumarán a las 31 ya existentes.


Fuente: PERE RÍOS | EL PAIS