Las élites políticas europeas han sido siempre pro-OTAN. Particularmente la socialdemocracia española, dentro de su proyecto de convertir al Reino de España en mediana potencia con capacidad de interlocución en ciertas áreas geoestratégicas (Latinoamérica y países árabes), se ha significado por su postura “otanista”. Si el gobierno de Felipe González nos metió en la OTAN, el de Zapatero quiere que seamos baluarte de su aparato logístico, postulando a Zaragoza como sede de la nueva base de espionaje y vigilancia. Entre otros temas, probablemente los ministros de defensa de los países miembros que se reúnen esta semana en Sevilla, tratarán sobre la ubicación de esa base, aunque no se espera la decisión definitiva hasta finales de este año.
Una de las facetas del militarismo dominante es la represión continuada de los movimientos sociales de oposición al actual orden de las cosas. En los últimos meses de preparación de acciones y movilizaciones contra la cumbre de ministros de defensa de la OTAN, las fuerzas de seguridad del estado se han esmerado en realizar detenciones ilegales, agresiones, identificaciones injustificadas, intimidación a colectivos y personas… La CGT quiere manifestar su solidaridad con las víctimas de estas actuaciones injustificadas e injustificables en una supuesta democracia que se publicita como protectora y defensora de los derechos humanos. La represión militarista sólo tiene un cometido : minar la voluntad crítica y la acción contestataria de los movimientos sociales contra la mayor organización militarista del planeta, la que ostenta el monopolio del armamento nuclear mundial, la que sólo puede definirse como brazo armado global de las potencias capitalistas y de sus multinacionales.
Afortunadamente tanto la población de Zaragoza como de Sevilla y de otras muchas ciudades están manifestándose en la calle contra este relanzamiento de la OTAN, contra sus planes hegemónicos, nunca transparentes, y contra la represión que genera. La CGT, como no podía ser menos, está también en la calle con su mensaje netamente antimilitarista : para acabar con la locura militar hay que ir a su origen, es decir hay que evitar la preparación de la guerra.
Hay que exigir que las instalaciones militares pasen a utilizarse para fines sociales. Hay que exigir que los 23.053 millones de euros del gasto militar español previsto para 2007, que representa un 2,9 % del PIB y un 12,6 % de los Presupuestos Generales del Estado, formen parte del gasto social contra la precariedad, la exclusión y la pobreza.
La CGT insta a la sociedad civil a hacer Objeción Fiscal a los gastos militares, como ejercicio cívico de desobediencia al actual modelo militarista de defensa. Y, al tiempo, debemos volver a gritar : ¡OTAN no, bases fuera !
Fuente: Secretaría de Acción Social CGT