Artículo publicado en Rojo y Negro nº 393, octubre 2024

«Tenemos esa obligación con nosotros mismos, el devolver la vida, la vida que está robando esa maldita máquina de administrar dolor y sufrimiento que llaman capitalismo»

Esta frase, extraída de la canción “De igual a igual” del grupo Habeas Corpus, es sin duda una frase que deberíamos llevar grabada a fuego todas las personas que creemos y luchamos por un mundo nuevo. Y es que la lucha en la que muchas y muchos creemos va de eso, de derrocar al capitalismo, un capitalismo que perpetra la mayoría de los males con los que nos podemos encontrar en este mundo llamado civilizado.
No olvidemos que el capitalismo no está tan solo al mando de las empresas, las cuales intentan, día tras día, exprimir más y más a la clase obrera; ni tan solo está dirigiendo a los gobiernos que, por un lado, permiten a estas empresas hacer y deshacer a su antojo y, por otro, someten a la población con leyes y decretos que no van encaminadas, ni mucho menos, a solucionar los verdaderos problemas de la población a la que dicen representar. El verdadero problema del capitalismo es que engloba y absorbe todo; desde la más mínima decisión en la empresa más pequeña hasta aquellas grandes decisiones mundiales como son, por ejemplo, las guerras y que se ha inoculado en toda la sociedad, en la inmensa mayoría de las personas que lo ven como única posibilidad viable.
Por todo esto, frente a las implicaciones que tiene el capitalismo, aquellas personas que luchamos contra él tenemos la obligación de organizarnos para hacerle frente y, por ello, la pasada jornada de huelga general por Palestina del 27 de septiembre nos ha de servir de ejemplo para comprobar cómo las organizaciones de clase podemos organizarnos desde las bases y cómo somos capaces de lograr que una gran parte de la población se manifieste por una reivindicación digna, como lo era la del pasado 27S.
Aprendiendo de todos los errores que hayamos podido cometer en el camino, que por supuesto que ha habido, hemos de tomar nota y aprender para futuras (y presentas) luchas. El 27S sirvió para demostrar que, con absolutamente todo en contra incluso con aquello que no esperábamos, es posible que desde las organizaciones de clase se construya un movimiento social que llene plazas y calles y, sobre todo, un movimiento social que presione a patronales y gobiernos con el objetivo claro de no sólo mejorar nuestro mundo, sino de transformarlo y, con él, nuestras vidas.
Con esta premisa y con estos antecedentes nos hemos de enfrentar a la próxima Conferencia Sindical que, tal como marcan los estatutos de CGT, defina el camino que ha de seguir nuestra organización en los próximos años en lo más importante que un sindicato de clase ha de llevar a cabo, la acción sindical. Porque es la acción sindical lo que llevamos día a día a las empresas y porque es esa forma de desarrollar nuestra acción sindical la que nos ha llevado a crecer de forma exponencial en algunos territorios durante los últimos años.
La Conferencia Sindical es, sin duda alguna, la herramienta que tenemos en CGT para que, aprovechando ese crecimiento, saquemos adelante unos acuerdos tomados por la mayoría de la organización que sirvan a nuestros sindicatos y secciones sindicales para desarrollarlos en aquellas empresas y sectores en los que tenemos representación.
Esta Conferencia Sindical ha de servirnos también para poner un punto final a meses de conflictos generados por aquellos que solo buscan destrozarnos internamente, para avanzar y seguir adelante con el desarrollo de nuestros acuerdos a los que sumaremos aquellos nuevos alcanzados en este comicio. No debemos olvidar que la inmensa mayoría de las personas que militan en esta organización lo hace para hacer anarcosindicalismo y no para perder el tiempo con los egos y ansias de poder de algunos (que aún no se han dado cuenta de que ya no pintan nada aquí) y que solo generan enfrentamientos vergonzantes, pero que, por desgracia, nos hacen perder demasiado tiempo y en ocasiones alejarnos de la realidad que se vive día a día en las calles, en los centros de trabajo y en el mundo en general.
Por lo tanto, tal y como hemos hecho hasta ahora, sigamos luchando y construyendo un mundo nuevo y sigamos haciendo lo que mejor sabemos hacer, anarcosindicalismo.

Miguel Fadrique Sanz
Secretario General de CGT


Fuente: Rojo y Negro