El convenio de SEAT está significando una nueva vuelta de tuerca en el
derrumbe del sindicalismo que hemos conocido en las últimas décadas. Tanto
la empresa como los sindicatos institucionalistas han aprovechado el momento y el escenario que ellos mismos llevan provocando en los últimos años.
En efecto, tras una serie de convenios en los que se ha ido introduciendo la
flexibilidad con la excusa de la falta de capacidad instalada, y con el
objetivo real de ahorrar inversiones y contrataciones, la multinacional no
esconde sus insaciables deseos de beneficios y ha planteado una estrategia
de negociación basada en el chantaje. Ya a finales de 2002 situó la
deslocalización de 20.000 Ibizas a Bratislava como chantaje para que
accediéramos a más flexibilidad.
Tanto en mayo del 2003 como ahora, pasadas las elecciones sindicales de
enero de 2003, UGT y CCOO aceptan de pleno toda la flexibilidad que pidió la
empresa en su momento. En este terreno han aceptado que la plantilla pueda
aumentar la jornada laboral anual hasta 237 días, en una contradicción
flagrante con la búsqueda de las 35 horas.
No sólo eso, también aceptan la aplicación de los Grupos de Trabajo, sistema
toyotista que pretende la integración de la plantilla y la obtención de
mayores niveles de productividad y beneficios. Además, los sindicatos
mayoritarios han jugado a poner en su plataforma reivindicativa este tema
para facilitarle a la empresa su introducción.
Y a cambio de todo ello, muchos beneficios para la empresa y mucho trabajo
para la plantilla, las condiciones económicas son realmente miserables : el
IPC más 0’5 ó 0’4% anual. Además eliminan el pago de la sobrejornada anual
(de lunes a viernes) y pretenden valorar como un éxito el haber mantenido el
pago de plus por trabajar en sábado. Podríamos decir que con lo que nos
quitan por la flexibilidad, pueden cubrir una parte importante de lo que nos
pagan en salario.
Pero si a eso le añadimos que en los 4 últimos años la plantilla de SEAT ha
generado un Cash-Flow de 427.000 MM de ptas y 69.000 MM de pesetas de
dividendos a VW o que antes de firmar el convenio ya han planteado trabajar
todos los sábados a turno de mañana, de manera extraordinaria en los modelos
con mayor valor añadido (Toledo, León, Altea), el chollazo que tiene la
multinacional con los sindicatos mayoritarios es evidente.
Pero lo patético es que además pretenden que la plantilla acepte de buen
grado todo este escenario y quieren firmar directamente este convenio
miserable. CGT exigimos la mínima democracia de la consulta a la plantilla
afectada. CCOO que se comprometió a ello al principio pero que siempre ha
actuado de manera sectaria con UGT, excluyendo a CGT, tiene que ser
coherente y proceder a un referéndum ante cualquier preacuerdo.
En CGT esperamos que la plantilla lo rechace, en los términos actuales, y
poder luchar con nuestra plataforma reivindicativa, por un convenio digno en
una empresa que gana dinero a espuertas y por tanto es más que competitiva
(aunque la multinacional nunca tenga bastante).
Diego Rejón