“En honor a Christoph Probst, Hans Scholl y Sophie Scholl” dice un cartel en la parte superior del muy visitado blog del disidente egipcio Kareem Amer. Y continúa “Decapitados el 22 de febrero de 1943 por haberse atrevido a decirle no a Hitler y sí a la libertad y la justicia para todos”. El cartel del joven bloguero recuerda al valiente grupo de panfletistas antinazis que se autodenominaron Colectivo Rosa Blanca.

Publicado el 10 de febrero de 2011


Este grupo redactó y distribuyó secretamente seis panfletos denunciando
las atrocidades nazis. En uno de ellos declaraban “No nos callaremos”.
Sophie y su hermano Hans Scholl fueron capturados por los nazis,
juzgados, procesados y decapitados.

Publicado el 10 de febrero de 2011


Este grupo redactó y distribuyó secretamente seis panfletos denunciando
las atrocidades nazis. En uno de ellos declaraban “No nos callaremos”.
Sophie y su hermano Hans Scholl fueron capturados por los nazis,
juzgados, procesados y decapitados.

Kareem Amer, quien estuvo
cuatro años preso en Egipto por escribir en su blog, desapareció de las
calles de El Cairo tras abandonar la Plaza Tahrir con un amigo, según el
sitio cyberdissidents.org. El grupo supone que Amer se encuentra ahora
entre los cientos de periodistas y activistas de derechos humanos
detenidos por el régimen del dictador egipcio Hosni Mubarak, y acaba de
lanzar una campaña para exigir su liberación.

Kareem Amer
desapareció justo antes de que Wael Ghonim fuera liberado. Ghonim es un
ejecutivo de Google de 30 años de edad que ayudó a administrar la página
de Facebook que tuvo un papel decisivo en la organización de las
protestas del 25 de enero en Egipto. La página se llama “Todos somos
Khaled Said” en honor a un joven asesinado por la policía en Alejandría
en junio de 2010. Una foto del cadáver de Khaled Said apareció en
Internet. Tenía signos de haber recibido golpes brutales en la cara.
Ghonim viajó a Egipto para participar en las protestas, y fue arrestado y
detenido en forma secreta por el gobierno egipcio durante 12 días. El
canal de televisión egipcio Dream 2 lo entrevistó tras su liberación. En
la entrevista Ghonim se derrumbó y rompió en llanto frente a las
cámaras cuando le mostraron las fotos de muchos de los que habían sido
asesinados en las protestas. “Dijimos que lucharemos por nuestros
derechos y por nuestro país. No soy un héroe. Solamente estaba
utilizando el teclado en Internet. Nunca puse mi vida en peligro. Los
verdaderos héroes son los que están ahí afuera”.

La liberación de
Ghonim hizo que la multitud que aún exige el fin del régimen de 30 años
de Mubarak en la Plaza Tahrir aumentara. Tahrir, que significa
“liberación” en árabe, es el cuerpo y el alma del movimiento democrático
en Egipto, pero no es el único lugar donde se reúne gente valiente
contraria al régimen. Mientras escribo esta columna, se está instalando
un nuevo campamento frente al Parlamento egipcio y seis mil trabajadores
están en huelga en el Canal de Suez. Mientras la consolidada dictadura
afirmaba estar haciendo concesiones, sus fuerzas de choque desataban una
ola de violencia, intimidación, arrestos y asesinatos.

El sector
de la población egipcia compuesto por una pujante juventud es el que
está liderando la revolución. El Movimiento Juvenil 6 de Abril se formó
el año pasado en apoyo a los trabajadores textiles en huelga en la
ciudad egipcia de Mahalla. Una de las fundadoras del movimiento, Asmaa
Mahfouz, que acaba de cumplir 26 años, publicó un video en Facebook el
18 de enero, días después de que la revolución tunecina provocara el
derrocamiento del dictador de ese país.

Asmaa dijo: “Estoy
haciendo este video para darles un simple mensaje: Queremos ir a la
Plaza Tahrir el 25 de enero. Iremos allí a exigir nuestros derechos
humanos fundamentales. Simplemente queremos nuestros derechos humanos y
nada más. Yo voy a ir el 25 de enero, y voy a distribuir volantes en las
calles. No voy a prenderme fuego. Si las fuerzas de seguridad quieren
prenderme fuego, que vengan y lo hagan. Si te consideras hombre, ven
conmigo el 25 de enero. Quien diga que las mujeres no deberían ir a las
manifestaciones porque las van a golpear, que se ahorre el honor y la
hombría y venga conmigo el 25 de enero’.

Su convocatoria a la
acción fue otra chispa. Desde Internet, la gente comenzó a organizarse
en los barrios, superando la barrera digital con volantes impresos y el
boca a boca. Luego del 25 de enero, el primer día épico de protesta,
Asmaa Mahfouz publicó otro mensaje en video: “Lo que aprendimos ayer es
que es la gente la que tiene el poder, no los matones. El poder está en
la unidad y no en la división. Ayer vivimos los mejores momentos de
nuestras vidas”.

En la primera semana de protestas se quebró lo
que muchos denominan “la barrera del miedo”. Desde que el 28 de enero
comenzó la violenta ofensiva del gobierno, según Human Rights Watch, al
menos 302 personas fueron asesinadas en El Cairo, Alejandría y Suez.

El
Presidente Obama continúa insistiendo en que Estados Unidos no puede
elegir al líder de Egipto, sino que el pueblo egipcio debe hacerlo. Es
verdad. Pero el gobierno de Obama continúa brindando ayuda económica y
militar al régimen de Mubarak. El sello “Hecho en Estados Unidos”
estampado en las latas de gases lacrimógenos utilizadas contra los
manifestantes en la Plaza Tahrir enfureció a la gente que estaba allí.
Durante los últimos treinta años, Estados Unidos ha gastado millones de
dólares para apoyar al régimen de Mubarak. Es preciso detener ya mismo
el flujo de dinero y de armas.

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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2011 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps, editado por Gabriela Díaz Cortez y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org