Una delegación de Amnistía Internacional (AI) ha hallado pruebas que demuestran el uso «indiscriminado» de fósforo blanco por el Ejército israelí en Gaza, lo que calificó de «crimen de guerra».
AI, que envió una delegación a ese territorio palestino con el objetivo de recabar pruebas del uso de esa sustancia, señaló hoy en un comunicado que el fósforo blanco es «altamente incendiario» y «explota al contacto con el aire».
Un miembro de esa delegación, Christopher Cobb-Smith, precisó que esa sustancia se utiliza para «levantar una cortina de humo a fin de ocultar el movimiento de tropas en el campo de batalla», pero tiene un efecto «expansivo» y «nunca debería utilizarse en zonas civiles».
Según AI, cada proyectil de artillería de 155 mm dotado de 116 cuñas impregnadas de fósforo blanco que explota al contacto con el oxígeno puede esparcirse, dependiendo de la altura y de las condiciones del viento, por un área del tamaño de un campo de fútbol.
Las pruebas encontradas por esta organización incluyen cuñas y restos de proyectiles esparcidos por edificios residenciales, muchos de los cuales ardieron el pasado domingo.
«Este arma se ha usado en barrios residenciales densamente poblados de forma indiscriminada»
Según AI, uno de los lugares más afectados por su uso es la escuela que las Naciones Unidas mantenían abierta en Gaza y que fue alcanzada por tres proyectiles que contenían fósforo blanco el 15 de enero.
Estos proyectiles explotaron cerca de algunos camiones cargados de combustible y originaron un gran incendio que destruyó toneladas de ayuda humanitaria, han recordado desde AI.
El mismo día, otro proyectil con fósforo blanco alcanzó un hospital de Gaza y causó un segundo incendio que obligó a evacuar a los pacientes.
«Este arma se ha usado en barrios residenciales densamente poblados de forma indiscriminada», criticó, por su parte, Donatella Rovera, representante de AI en Israel y en los territorios ocupados de Palestina.
Fuente: EFE