A seis días de las elecciones estadounidenses, Amnistía Internacional (AI) ha hecho público un informe que denuncia torturas y malos tratos cometidos por Estados Unidos al amparo de la guerra contra el terrorismo emprendida por George W.Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Bajo ese paraguas, según AI, Estados Unidos ha torturado y vejado a prisoneros en sus centros de Irak, Afganistán y Guantánamo, donde permanecen recluidas más de 50.000 personas. Una práctica que «niega la dignidad humana en nombre de la seguridad nacional» y revela «una mentalidad de guerra sin respeto a las leyes de la guerra».
Asimismo, la organización ha reclamado a los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos, George W. Bush y John Kerry, que, independientemente de quien gane el 2 de noviembre, se comprometan a erradicar estas prácticas y creen una comisión independiente que investigue todas las políticas de interrogatorio y detención llevadas a cabo por sus mandos militares en los últimos años.
AI ha presentado simultáneamente en todo el mundo el informe Negación de la dignidad humana : Tortura y rendición de cuentas en la guerra contra el terrorismo. El dossier, de 200 páginas, expone las reiteradas violaciones cometidas en los centros de detención en Afganistán, Irak (sobre todo en la tristemente conocida prisión de Abu Ghraib) y en la base de Guantánamo, en Cuba. De acuerdo con el estudio, se ha negado el «habeas corpus», se ha practicado la detención secreta y en régimen de incomunicación, así como la autorización de «duras» prácticas de interrogatorio.
La situación de impunidad de la que se beneficia Estados Unidos afecta, según AI, a al menos 50.000 personas que siguen recluidas en hasta 25 centros de detención (17 de ellos sólo en Irak). «Estados Unidos ha caído en una práctica históricamente familiar de violar los Derechos Humanos en nombre de la seguridad nacional». «En la guerra contra el terrorismo, Estados Unidos no ha predicado con el ejemplo en lo respecta al trato a los prisioneros», ha declarado el investigador de AI para Estados Unidos, el británico Rob Freer, durante la presentación del informe en Madrid. Estas prácticas, ha afirmado, han perjudicado «no sólo al Estado de derecho, sino a miles de familias que han sufrido como consecuencia de esta política hipócrita». «El mundo no conoce todo lo que ha ocurrido en la llamada guerra contra el terrorismo emprendida por Estados Unidos. La impunidad es amiga de la tortura», ha concluído Freer
Doble rasero
El informe también critica abiertamente la doble moral que, a su juicio, caracteriza a Estados Unidos : «En público, se ha proclamado líder de la lucha mundial contra la tortura, pero en privado ha estudiado la forma de que sus agentes eludan sus responsabilidades penales en lo que respecta a la tortura».
Por su parte, el director de la sección española de Amnistía, Esteban Beltrán, ha denunciado el lenguaje «eufemístico» que emplea Washington para eludir cualquier acusación de violación de Derechos Humanos. «Los civiles que pierden la vida o resultan mutilados son ’daños colaterales’, las torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes son ’técnicas de estrés y padecimiento’, los prisioneros desaparecidos son ’detenidos fantasmas’, las torturas son abusos’», ha lamentado.