Hoy nos han vuelto a hacer llorar. Pero esta vez han sido las decenas de bombas de gases lacrimógenos que el Ejército israelí ha lanzado cuando nos manifestábamos pacíficamente contra la construcción del ilegal muro en Bil`in. Nosotras con nuestras desnudas palabras pidiendo el fin de la ocupación, ellos con su potente armamento : fusiles, bombas de sonido y bombas de gases.
En el pequeño pueblo de Bil`in, todos los viernes, desde hace ya más de cinco años, se lleva a cabo una manifestación pacífica en contra de la construcción del muro que atraviesa y divide sus tierras y a la población. En el acto de hoy nos hemos encontrado diferentes activistas tanto israelíes como internacionales en el acompañamiento a la población palestina. Personas de diferentes nacionalidades, (Alemania, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Francia, Corea, Japón y España) de diferentes edades (desde una niña de 10 años hasta una mujer de 70 años), de diferentes creencias e ideologías (musulmanes, cristinas, agnósticas, ateas). A penas hemos llegado a la valla de seguridad que separa el destacamento militar israelí para proteger a la colonia y el muro y sin darnos tiempo de reacciona han empezado a disparar con prepotencia las bomba de humo y de sonido, tratando de dispersarnos. La lluvia de proyectiles no ha conseguido su objetivo inmediato, pese a que las lágrimas y el escozor en los ojos, la nariz y la garganta era a veces insoportable, acompañado de nauseas por los gases y por todo lo que estábamos viendo. Un menor palestino quedó inconsciente durante unos minutos. Después de un largo tiempo hemos regresado al pueblo con la sensación una vez más de estar apoyando una legítima resistencia.
Durante estos cinco largos años de manifestaciones pacificas ha habido más de 1.300 heridos, 95 personas han sido detenidas (la mayoría niños) y una persona ha sido asesinada por el ejército israelí. En el año 2007, la Corte Israelí declaró ilegal la construcción del muro en esa parte del pueblo, pero a la vez ha declarado legal la construcción del nuevo asentamiento (que ya lleva años construido). Su resistencia continúa.
En nuestro largo viaje de vuelta, por el rodeo que hay que dar para evitar los check-point más grandes aunque sólo estábamos a unos 40 kilómetros de Beit Sahour, no hemos parado de ver los nuevos asentamientos y las colonias ya más antiguas cada vez más grandes. Y el muro, esa mole de hormigón gris con sus centenas de kilómetros serpenteando por todos los montes, inoculando el veneno de la separación a su paso. Durante el trayecto nos ha entristecido ver decenas de campos de olivos talados por el ejército israelí durante la segunda intifada, como si quisieran borrar a esos testigos silenciosos de todos sus crímenes.
Nuestro viaje llega su fin en un par de días. Esperamos haberos podido trasmitir de forma cercana una pequeña parte de la opresión que sufre y la resistencia con la que la enfrenta este pueblo digno que se llama PALESTINA.
Ahora la lucha nos toca en casa.
Alicia y Marcos – Sodepaz-Balamil
Bil`in (Palestina), octubre de 2010