Otros inmigrantes explotados clandestinamente se exponen a la parálisis del calzado sin saberlo, ya que ni conocen los síntomas.
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Uno de cada tres fallecidos por accidente laboral es inmigrante y no se contabiliza en las estadísticas, según un estudio exhaustivo de Carlos Gómez Gil, director del Observatorio de la Inmigración con sede en la Universidad de Alicante, que demuestra que en 2002, por ejemplo, las cifras oficiales daban un total de 27 trabajadores fallecidos, tres de ellos inmigrantes, pero faltaban otros 10 más que no tenían papeles y no quedaron registrados.
Los inmigrantes sin papeles se ven obligados a trabajar en la economía sumergida en condiciones laborales precarias y sin prevención ni formación laboral, un hecho que ha incrementado de manera alarmante la accidentalidad. « Aunque estos casos », asegura Gómez, « no se recogen en las estadísticas. Los empresarios los enmascaran y las víctimas eluden los centros sanitarios por miedo a la expulsión al carecer de papeles ».
Gómez llama la atención sobre los trabajadores clandestinos en el calzado, en su mayoría inmigrantes. Trabajan en casa manipulando colas y pegamentos que producen la parálisis del calzado, una enfermedad que los afectados no saben ni que existe y son incapaces de reconocer las secuelas.
Pese a la última regularización, el Observatorio alerta de la existencia de unas 100.000 personas en estas condiciones en la provincia.
Los nuevos europeos del Este
El Observatorio de la Inmigración advierte de la « situación rocambolesca » de los nuevos europeos del Este. Son extranjeros que cuentan que pueden residir en nuestro país por su condición de europeos, pero se les veta el permiso de trabajo. Una situación que se traduce en trabajo precario y clandestino.
Fuente: Rosa Moreno. | 20minutos