El pasado domingo, día 6 de marzo, la localidad de Alfarnatejo, situada en la Alta Axarquía malagueña, rindió homenaje al último alcalde republicano de la localidad, Miguel Alba Luque, inaugurando el nuevo parque municipal que lleva su nombre. En el acto inaugural participaron numerosos vecinos del pueblo, familiares del homenajeado y una delegación de diputados provinciales, encabezada por Salvador Pendón, presidente de la Diputación, institución que junto con el Ayuntamiento ha sufragado las obras. El Parque Miguel Alba está situado justo a la entrada del pueblo y es un mirador privilegiado de los tajos que rodean el lugar.


El biznieto pequeño del alcalde fusilado descubre la placa en homenaje a Miguel Alba Luque



El pasado domingo, día 6 de marzo, la localidad de Alfarnatejo, situada en la Alta Axarquía malagueña, rindió homenaje al último alcalde republicano de la localidad, Miguel Alba Luque, inaugurando el nuevo parque municipal que lleva su nombre. En el acto inaugural participaron numerosos vecinos del pueblo, familiares del homenajeado y una delegación de diputados provinciales, encabezada por Salvador Pendón, presidente de la Diputación, institución que junto con el Ayuntamiento ha sufragado las obras. El Parque Miguel Alba está situado justo a la entrada del pueblo y es un mirador privilegiado de los tajos que rodean el lugar.


El biznieto pequeño del alcalde fusilado descubre la placa en homenaje a Miguel Alba Luque




Pie de foto. Miguel Alba, nieto del alcalde fusilado, se dirige a los asistentes a la inauguración del parque en presencia del presidente de la Diputación y del alcalde de Alfarnatejo (centro)


El sencillo acto inaugural se celebró en una mañana luminosa, después de días de lluvia, heladas y nieve que aún permanecía coronando los tajos que circundan el pueblo. El alcalde de Alfarnatejo, Antonio Benítez, mostró su satisfacción por poder contar con este nuevo espacio de ocio para el pueblo y por lo que supone de reconocimiento a la figura del alcalde que pagó con su vida su defensa de la libertad. Con voz emocionada, leyó unas poesías que escribió Miguel Alba durante su corta estancia en prisión antes de ser fusilado ante las tapias del cementerio de San Rafael de la capital el 9 de octubre de 1937. Junto a él es igualmente fusilado su padre, Antonio Alba León, de 72 años que había desempeñado el puesto de juez de paz municipal y que en el momento de su fusilamiento se encontraba gravemente enfermo. La intervención del alcalde se cerró con un recuerdo emocionado a los 30 vecinos del pueblo que fueron asesinados o condenados a prisión sin más delito que haber sido defensores del régimen legalmente establecido.

Miguel Alba Luque, nieto del homenajeado, con el que comparte el nombre y los dos apellidos, se encargó de glosar la figura de su abuelo, “un hombre culto y bueno, un librepensador, amante de la poesía, cuyo único delito fue enfrentarse a los caciques locales para lograr mejoras para el pueblo”. Durante el tiempo que duró su mandato (apenas unos meses), el último alcalde republicano de Alfarnatejo realizó la acometida de aguas al pueblo con la oposición de algunos terratenientes que se negaban a facilitar el paso de la canalización por sus tierras y obligó a algunos propietarios a contratar a jornaleros en situación familiar especialmente difícil. El alcalde logró sus propósitos, pero meses después los caciques tuvieron la oportunidad de tomar venganza contra Miguel Alba y toda su familia y…, vaya si lo hicieron.

Su nieto comenzó a indagar sobre su historia familiar al tener conocimiento de las nueve condenas a muerte (seis de ellas conmutadas) que recayeron sobre miembros de su familia. “Tan mala fue mi familia para acumular hasta nueve condenas de muerte ?”, dice Miguel Alba que se preguntó.

Lo que ha descubierto deja patente la arbitrariedad de los tribunales que les condenaron y la necesidad democrática de acometer una revisión de las sentencias por las que miles de españoles fueron condenados a muerte o a largas penas de reclusión. El abuelo y el bisabuelo de Miguel fueron condenados a muerte y fusilados, acusados de de delitos absurdos (se les acusa de ser, al mismo tiempo socialistas, comunistas, anarquistas y miembros de la UHP, de haber promovido la quema de edificios religiosos, de haber fomentado asesinatos, de haber volado puentes y unas cuantas cosas más, sin prueba alguna) ; mientras que sus hermanas reciben la misma pena (luego conmutada) por haber quemado santos, a pesar de que habían sido las responsables de la catequesis parroquial y de que seguían siendo fervientes católicas. Miguel Alba (nieto), que en la actualidad es vocal de la ARMH de Málaga en la Axarquía, concluyó su intervención descartando cualquier ánimo de revancha o venganza. “Se trata únicamente -dijo- de recuperar la memoria, ya que la dignidad nunca la perdió, de un hombre bueno que murió por ser fiel al régimen legalmente establecido y que a día de hoy sigue siendo considerado oficialmente como el cabecilla de una rebelión, según consta en sentencia, y cuyos restos, y los de miles de malagueños más, siguen siendo ignorados en las fosas comunes del cementerio de San Rafael”.

Salvador Pendón, fue el encargado de cerrar el turno de intervenciones. El presidente de la Diputación destacó la importancia que tiene la reivindicación de “los mártires de la libertad en lugares como este parque, lugar de ideal para los juegos de los niños que podrán así familiarizarse con los nombres de las personas que dieron su vida para lograr alcanzar una sociedad democrática”. El presidente mostró la satisfacción que produce comprobar que los fondos públicos permiten la creación de lugares tan bonitos y tan cargados de simbología a favor de la tolerancia y el entendimiento como este parque y terminó su alocución deseando que nunca más nos tengamos que ver ante unas circunstancias como las de la guerra civil.

El acto se cerró con el descubrimiento de una placa de cerámica situada en un lateral del gran arco de herradura que da entrada al parque. Los encargados de retirar la cortinilla fueron los bisnietos del alcalde fusilado, Alejandro, Alfonso y Miguel Alba, mientras la banda municipal interpretaba el Himno de Andalucía.


Par : Enseñanza Málaga