Artículo publicado en Rojo y Negro nº 400, mayo 2025
Entrevista a Stepan Loibl
Stepan Loibl es miembro de la asociación Kämpfer und Freunde der Spanischen Republik 1936-1939 (KFSR), encargada de la “revalorización de la historia de los antifascistas alemanes que lucharon en la Guerra Civil española”. Nos vemos en Berlín para hablar de la lucha por la memoria, en un país donde la actualidad internacional está agitando también la lectura del pasado.
¿Cuál es la historia de KFSR?
Se fundó después de la caída del Muro, oficialmente en 1996. Es importante decir que la memoria de los interbrigadistas solo se guardó en la República Democrática de Alemania (RDA). En la República Federal fue todo lo contrario, muchos miembros de las Brigadas Internacionales sufrieron represión y persecución, especialmente con la prohibición allí del Partido Comunista Alemán (KPD); tampoco se les pagó ninguna compensación o pensiones, algo que sí se hizo por ejemplo con los antiguos soldados de la Legión Cóndor.
Así que la cuestión de la memoria fue muy diferente en las dos partes de Alemania. La mayoría de los fundadores de la asociación fue gente de la RDA que venían de estructuras de memoria y todavía hoy la mayoría es gente del Este. El objetivo de KFSR es recordar la vida de todas las personas que participaron en la Guerra Civil. Después de la II Guerra Mundial, los antiguos combatientes se organizaron en un grupo de trabajo llamado «Combatientes de España», próximo a la Asociación de los Perseguidos por el Régimen Nazi (VVN), con actividades sobre todo en la RDA y ayuda financiera del gobierno del Este. Después de la caída del Muro se tenía que reestructurar este trabajo de memoria por la eliminación de la ayuda económica pero, también, por la cuestión generacional y, como aquel grupo aún no aceptaba la adhesión de familiares ni personas solidarias, fundaron dentro del VVN el grupo de trabajo de «Combatientes y Amigos de la II República Española 1936-1939»; de este organismo salió nuestra asociación. Obviamente ya no hay antiguos combatientes vivos, incluso los familiares directos —hijos/hijas— ya tienen todos más de 75 años.
¿Qué composición tenían los alemanes que participaron en la Guerra Civil?
Tenemos constancia de unos 2.800 alemanes combatientes en las Brigadas, de los cuales unos 850 cayeron muertos (hubo 35.000 internacionalistas de más de 50 países en total). Algunas fuentes mencionan 5.000 alemanes, pero, en este caso, se trata de todos los integrantes de habla alemana: alemanes, austriacos, suizos, etc., se supone que todos estos formaron el segundo contingente por número detrás de los franceses. La mayoría eran comunistas, pero había de todo, había socialdemócratas como Willy Brandt, había anarquistas, gente liberal o más próxima a las ideas republicanas. Antes de la II Guerra Mundial el movimiento de izquierdas en Alemania era muy fuerte y muchos se fueron a España porque no se podían quedar aquí por la represión de los nazis contra ellos.
¿Cuál es el relato de la memoria en Alemania? ¿Cómo se trabaja en las escuelas?
Hay un movimiento oficial de memoria alrededor de los antiguos campos nazis de concentración y exterminio, del holocausto y la topografía del terror. Luego hay muchas iniciativas de la sociedad civil como la nuestra. La historia de Alemania es parte del actual sistema educativo, más que durante mi generación. Pero tampoco es como tendría que ser, pienso que el auge de la extrema derecha en Alemania es, en parte, por el fracaso de la política de la memoria histórica. Desde hace seis años voy al campo de concentración de Buchenwald en el aniversario de su liberación y veo lo que se hace y está mal. Está bien para los familiares y descendientes, pero cara al futuro o el presente creo que no sirve de mucho.
La memoria de las víctimas políticas del nazismo parece que se está borrando.
Se podría decir que la memoria se ha limitado a la memoria de los judíos y muy poco más. Este es uno de los problemas del tema, esto en el Oeste tiene que ver mucho con el anticomunismo de los años 50, 60 y 70. Ahora, con la guerra de Rusia y Ucrania, esto ha vuelto. Nunca me imaginé que esto fuera a volver pero es así. No se quiere hablar de que la resistencia en los campos la organizó la gente comunista y política, esto se quiere borrar, pero no se puede.
Los brigadistas alemanes e italianos que lucharon en España, de alguna manera, también estaban denunciando lo que le podía ocurrir a toda Europa tras la llegada del fascismo a sus países.
Sí, la mayoría lo sabían, por eso fueron, para intentar evitar que se extendiera. Y para el fascismo España fue un campo de experimentación de lo que harían.
Parece que hay una crisis de valores respecto a lo ocurrido en el siglo XX y lo que está pasando actualmente en lugares como Palestina.
Sí, hay peleas sobre la expresión genocidio, por ejemplo. En nuestros actos intentamos trasmitir la idea de ir juntos en la lucha contra la extrema derecha y el fascismo. El debate de Palestina viene por nuestra historia, pero tenemos que asumir la responsabilidad, esto está claro, pero esto no debería privarnos de denunciar lo que está haciendo el Estado de Israel. Esto en Alemania ahora casi ni lo puedes decir porque hay un discurso oficial que si no te parece bien estás casi discriminado, es terrible. No tengo mucha esperanza de que esto cambie, porque no se quiere hablar y tengo dudas de que quiera llevar al terreno de la discusión sobre la memoria histórica. Es un problema de educación, de lo que se habla en los colegios, falta una conciencia general para entender que es importante conocer la historia para no repetirla.
Jacobo Rivero
Fuente: Rojo y Negro