Entrevista sobre la llamada crisis del euro al catedrático Vicenç Navarro
Su voz ha sido una de las pocas voces críticas que han existido en Cataluña y en España del pensamiento económico dominante en los círculos financieros, económicos, mediáticos y políticos. Su crítica al mensaje que se está promoviendo de que todas las políticas de austeridad en los países periféricos son necesarias para salvar el euro ha sido un ejemplo de esta voz heterodoxa.
Su voz ha sido una de las pocas voces críticas que han existido en Cataluña y en España del pensamiento económico dominante en los círculos financieros, económicos, mediáticos y políticos. Su crítica al mensaje que se está promoviendo de que todas las políticas de austeridad en los países periféricos son necesarias para salvar el euro ha sido un ejemplo de esta voz heterodoxa.
El euro no está en peligro. Que se presente como que está en peligro es parte de un proyecto que quiere crear un clima de crisis para llevar a cabo medidas sumamente impopulares. El euro, sin embargo, no está en crisis. En realidad, la bajada de su valor en los mercados monetarios ha sido menor, facilitando, por cierto, el aumento de las exportaciones. En realidad, es probable que todavía está sobrevalorado. Recuerde que cuando se estableció el euro, éste era paritario del dólar, es decir, un euro valía un dólar. Subió muy rápidamente y recientemente ha bajado de nuevo, pero sigue estando por encima del dólar.
Pero en cambio, se dice que está a punto de desaparecer.
Se dicen muchas frivolidades que se presentan como obviedades debido a la falta de crítica existente en la sabiduría convencional, resultado de la enorme limitación y escasa diversidad existente en los medios.
Entonces, usted no está de acuerdo que vaya a desaparecer.
No, no estoy nada de acuerdo. La economía europea está centrada en la economía alemana. Y el euro le ha ido muy bien al establishment financiero alemán, y en parte también al establishment exportador alemán. Por no hablar también del establishment político. Hoy los bonos del Estado alemán son los que atraen mayor inversión. Hay un flujo de capitales de la periferia de la Eurozona en el centro, en Alemania, que está beneficiando enormemente al capital financiero alemán. Y la aplicación de una moneda única, el euro, a todos los países, ha imposibilitado que estos países, como España, puedan devaluar su moneda para hacer sus productos más competitivos, con lo que las empresas automovilísticas alemanas , por ejemplo, pueden competir con éxito con las italianas, por la imposibilidad de estas últimas de reducir sus precios a base de devaluar su moneda.
Pero la recesión europea dificulta a las exportaciones alemanas, la mayoría de las cuales van al resto de la UE.
Es cierto. Pero fíjense que esto está cambiando. Los mercados alemanes están más y más orientados hacia otros mercados fuera de la Eurozona.
Usted ha dicho repetidamente que el BCE no es un Banco Central sino un lobby de la banca alemana.
Sí. No actúa como un banco central común y corriente. Lo que un Banco Central hace es imprimir dinero, y con ello compra o no compra deuda pública de su Estado, según los intereses de su deuda pública. Cuando estos intereses son muy altos, entonces compra mucha deuda pública, con lo que fuerza una disminución de estos intereses. Lo que marca los intereses de la deuda pública no son los mercados financieros, como constantemente se dice.
El hecho de que la prima de riesgo de la deuda española sea tan alta, ¿no se debe entonces a la falta de confianza de los mercados hacia tal deuda?
La respuesta a esta pregunta que cabe hacerse es ¿Por qué los Estados pierden esa confianza? Y la respuesta es que no hay un Banco Central que garantice la deuda pública, es decir, que compre deuda pública. La elevada prima de riesgo en España tiene poco que ver con los mercados. Tiene que ver con que el BCE no ha comprado deuda pública desde hace ya más de tres meses. Aquí está el problema.
¿Y por qué el BCE no compra deuda pública?
La respuesta clásica es que el BCE tiene prohibido comprar deuda pública. Pero esta respuesta-además de no ser del todo cierta, como lo atestigua que el BCE haya comprado deuda pública de varios países, incluso la deuda española-, evita otra más importante, y es ¿por qué el BCE no puede comprar deuda pública ?. La respuesta a esto es a dos niveles. Uno, que el BCE es un lobby de la banca, y muy especialmente de la banca alemana. Por eso en lugar de comprar deuda pública directamente a los Estados, lo que hace es dar bien, más que darlo, prestar a un interés muy bajo, el 1% – a la banca privada, la cual, con ese dinero, compra los bonos del Estado a unos intereses altísimos (del 6 y el 7% en el caso de España e Italia). El chollo del año.
Pero, a otro nivel, el BCE sí puede comprar deuda pública de un Estado cuando éste ya está a punto de ahogarse. Es entonces cuando el BCE antes de comprar bonos públicos pone como condición que haga unas reformas que representan un ataque frontal al Estado del Bienestar de aquel país y a las condiciones de vida de la población trabajadora. Fuerza una serie de medidas que disminuyen el poder del mundo del trabajo a costa de incrementar el poder del mundo del capital (y muy especialmente del capital financiero y de la gran patronal exportadora). Como consecuencia de ello, la Seguridad Social y la protección social disminuyen (forzando el crecimiento de las pensiones privadas), la privatización de los servicios públicos del Estado del Bienestar, y el endeudamiento de la población, medidas todas ellas que favorecen al capital financiero.
Volviendo al punto inicial. Usted, pues, no cree que el hecho de que la prima de riesgo fuera tan elevada sea un riesgo para el euro.
No, en absoluto. Es un problema grave, aunque exagerado para la economía española, pero no para el euro.
¿Por qué dice usted «exagerado»?
La deuda española es más baja que la de la media de la Eurozona, incluyendo la de Alemania. Es más, estos dos años ven el vencimiento de gran parte de la deuda a diez años. Incluso el FMI, siempre muy atento a las necesidades del capital financiero, ha reconocido que los intereses de la deuda pública en 2015 representarán alrededor de un 3% del PIB, que es una cifra muy razonable y totalmente asumible. Es lo que paga Alemania ahora, por cierto.
Pero se dice que estos intereses del 7% son inasumibles. ¿Es cierto?
Sí. Pero sólo en parte. Depende de por cuánto tiempo y el volumen total de la deuda, que en España sigue estando por debajo de la media.
Pero, aunque no fueran asumibles, y el Estado español no pudiera financiarlos, no significaría que el euro fuera a desaparecer. Se confunden los hechos. La economía griega está en una situación desastrosa, y el euro no ha estado en peligro.
Pero aduce que España es un país cuya economía es mucho mayor y su colapso arrastraría al euro.
Pero Alemania no permitirá que el euro desaparezca. Piense que la banca alemana tiene 146.000 millones de euros invertidos en España y 134.000 millones en Italia. La salida de España del euro, que sería la lógica conclusión debido al peligro de colapso económico, significaría una enorme pérdida para la banca alemana. Sin olvidar que si se aceptara salir del euro, y otros países se fueran del euro, se crearía un agujero en la banca alemana de 700.000 millones de euros. Esto significaría, como bien ha reconocido Der Spiegel, el colapso del sistema bancario alemán. Es impensable que el gobierno alemán permitiera que esto ocurriera. Por eso tenemos euro para rato.
Es decir, que el hecho de que los países periféricos lo están pasando muy mal no quiere decir que el euro esté en peligro.
Exacto. En realidad, que lo estén pasando mal se debe al deseo de la banca alemana que se le pague lo que se le debe. Ahora bien, el gobierno español y el italiano tienen también un poder que hasta ahora no habían utilizado. El poder de decir «Ya basta» al gobierno alemán. Es lo que dijo Monti el fin de semana. Y Alemania cedió.
Esta información que cita contradice la imagen tan extendida de que el Estado alemán está pagando y ayudando a los países periféricos, convirtiéndose en el gran pagador de la UE.
Esta es la imagen promovida por el establishment financiero y político alemán, pero eso no es cierto. Alemania recibe mucho más de la Eurozona de lo que da. Como indicó el dirigente socialdemócrata Gabriel en el parlamento alemán, en uno de los pocos momentos de realismo en el debate político en ese país, Alemania, desde que se estableció el euro ha ganado más de 556.000 millones de euros más de lo que ha dado en ayuda financiera. En realidad, en términos porcentuales, da un porcentaje a los fondos de rescate financiero Medo menor que España, un 27% versus un 29,8%. Cuando se calcula per cápita, Alemania está en el sexto lugar. Si se calcula como porcentaje del PIB está en el décimo lugar dentro de la Eurozona. Esta imagen de Alemania como «víctima» no se corresponde con la realidad. Por eso la desaparición del euro porque Alemania esté harta de ayudar al resto, es una de las frivolidades que aparecen con más frecuencia en la prensa financiera y política, no sólo alemana, sino incluso española. Francamente, ridículo.
Es sorprendente que este punto de vista suyo, tan opuesto a la sabiduría convencional, apenas aparezca en los medios.
Por desgracia no es tan sorprendente. La sabiduría convencional es siempre la opinión de que el establishment promueve en defensa de sus intereses.
Vicenç Navarro. Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
FUENTE: Web de Vicenç Navarro
http://www.cgtcatalunya.cat/spip.php?article7351
Fuente: Vicenç Navarro