En oportunidad
de cumplir sus 49 años militantes la FAU realizó un acto en la calle, frente a
su local Federal, con miras a analizar aspectos relevantes de la actual
coyuntura política. Estaban frescos los actos de rebeldía popular que se
expresaron en oportunidad de la llegada de Bush a Mar del Plata, también la
campaña por la libertad de los 4 compañeros procesados a raíz de esas
expresiones de repudio al imperialismo norteamericano y toda su política de
hambre. Nuestra Organización mantuvo una activa y sostenida acción, junto a
otras fuerzas, exigiendo la libertad de los 4 compañeros. En el marco de tal
coyuntura social-política surge la consigna que figurará en el estrado: “Con
los rebeldes siempre”. Manifestando así nuestro apoyo de siempre a la
resistencia y la combatividad contra la opresión y sus expresiones represivas
concretas coyunturales. Estarán igualmente en el estrado, en el telón de fondo,
la figuras de queridos compañeros que figuran como “desaparecidos” o que fueron
asesinados. Con ellos quería expresarse nuestra identificación con los
objetivos fundamentales de su lucha al tiempo que recordar a través de ellos a
todos los que han sufrido una situación similar, a todos los que cayeron en pos
de un mundo de justicia y libertad.
Hablaron los
compañeros: Nataniel, Bruno, Zelmar y Federico. Distintos temas desfilaron por
sus discursos. Por las conocidas razones de espacio haremos un extracto de lo
dicho.
Diría
Nataniel:
“Queremos
aprovechar esta ocasión para compartir algunas reflexiones que nos merecen a
los anarquistas de FAU el momento político que vive el país… Algunos de ellos queremos abordar hoy aquí,
junto a ustedes.
Podemos mencionar, en primer lugar, los
Consejos de Salarios. El gobierno propone restituir una herramienta de
negociación entre patronos y trabajadores, herramienta que quitó el vendaval
neoliberal…
Lo que pasó fue categórico: en todo momento
las patronales se negaron a negociar, pusieron trabas de todo tipo, y exigieron
más represión hacia los trabajadores. Presionan para anular el decreto que
prohíbe desalojar ocupaciones de lugares de trabajo, ponen el grito en el cielo
frente a cualquier medida sindical, y buscan ganar la pulseada frente a la
aprobación de la ley de libertad sindical. Con todo su odio de clase no quieren
la más mínima garantía ni respeto a la organización sindical, quieren las manos
libres para reprimir cualquier intento organizativo, despedir activistas o a
obreros con intenciones de sindicalizarse. Esa es la libertad que quieren.
Negociar salarios pueden aceptarlo, pueden manejarlo. Pero no quieren poner
límites a la “libertad de contratación”, derecho tan sagrado para la burguesía
como el de propiedad privada.
Y el gobierno buscó la mediación. El Ministro
de Trabajo salió a conciliar, a buscar acuerdos entre las partes cuando el
proyecto de libertad sindical estaba ya aprobado en la Cámara de Diputados y
los patrones lo rechazaron. Empezaron las triquiñuelas y apareció el consenso
en la fuerza de gobierno para votar lo que los patrones quieren. No habrá
protección a los militantes sindicales, sólo a los dirigentes. Será el
trabajador despedido el que deba demostrar que el motivo del mismo ha sido su
actividad sindical. Se elimina el registro de empresas infractoras. Esto más
que mediación es tomar partido por una de las partes, a favor de las
patronales. Esto no es nuevo ni nos sorprende. Las instituciones de la
burguesía sólo a la burguesía pueden servir. El Estado es la máxima expresión política
de la burguesía, y como tal se comporta, gobierne quien gobierne.
Pero para ver la magnitud de la impunidad
patronal alcanza con ver la discusión que se ha abierto acerca de las 8 horas
en el campo. Esto no debería estar en discusión. Los hombres más explotados de
nuestra tierra y los más pobres son quienes más padecen la impunidad de los
dueños del país. Y cuando el tema se discute en el Consejo de Salarios los
compañeros asalariados rurales se encuentran con que el gobierno se vuelca para
el lado de las patronales. Esto toma especial gravedad, cuando se impulsa un
modelo de producción forestal, el sector más flexibilizado en materia laboral,
esto es decir, que no existe la más mínima seguridad en el trabajo, salarios de
hambre, y semiesclavitud.
En estos temas hemos visto como las
corrientes mayoritarias en el PITCNT han hecho la vista gorda y han logrado
amplios niveles de acuerdo con el gobierno.
En este sentido, tampoco se ha tenido una
posición clara respecto al Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, que
sigue operando como un impuesto a los sueldos. No alcanza con decir que se va a
pagar menos, es inconcebible pagar un impuesto por trabajar. Es continuar la
política de saqueo a los trabajadores cuando las estadísticas marcan que ha
crecido la concentración de la riqueza en nuestro país y que la desocupación no
disminuye. Y no va a disminuir porque es estructural; hoy el sistema tolera un
12,5% de desocupación como algo normal. Son 175 mil desocupados, con sus
familias detrás, en un país donde más de la mitad de los niños están por debajo
de la línea de pobreza, y ésta totaliza cerca del 40% de la población. El único
objetivo de la voracidad fiscal es pagar la deuda externa; frente a eso no
confundirse.
Recién
analizábamos la situación del movimiento sindical, donde prima una estrategia
reformista y no comprometida con las luchas populares. Pero, esto no quiere
decir que no hay que militar a nivel sindical, al contrario, indica que hay que
estar metidos allí más que nunca. Pero hay que estar con una intención, con un
proyecto. Un proyecto de acumulación, de impulsar aquellas tareas que permitan
generar confianza en las propias fuerzas de los trabajadores, que permitan
acumular experiencias, que fomenten un cambio de concepción acerca del quehacer
sindical. Desde las reivindicaciones concretas se deben arrancar conquistas,
practicando medidas de acción directa a nivel masivo. Volver a un sindicalismo
volcado a la calle, a la toma de la fábrica, un sindicalismo que para las
actividades y se manifiesta con fuerza. Un sindicalismo de clase. Un
sindicalismo que abra las puertas a un proyecto de ruptura con esta inmunda
sociedad.
Debemos militar en su seno, impulsar desde
los sindicatos toda una línea política de clase que lleve al aumento de la
lucha, al crecimiento en calidad y cantidad, a generar conciencia de clase
entre el conjunto de los trabajadores. Retomar la experiencia de la vieja
Tendencia Clasista, de los sindicatos de acción directa y del sindicalismo de
principios de siglo, pueden ser puntos de referencia para actuar en el hoy.
Tenemos a los compañeros detenidos y
procesados el 4 de noviembre, que hoy se encuentran entre nosotros. Un Poder
Judicial que utiliza una figura delictiva desmedida no es casualidad, es parte
de una maquinaria del poder de las clases dominantes, que apunta sus baterías
contra los mejores hijos de nuestro pueblo. Ahora se procesa por ideas,
nuevamente. Esto nos retrotrae a la dictadura. Ser antiimperialista y
anticapitalista para este sistema es peligroso, y lo convierte en delito. Pero
no procesan a los genocidas asesinos de nuestros hermanos, no procesan a los
que desaparecieron a María Claudia y a su hijo, a Elena, a Gerardo ni a otros
compañeros. Pero sin embrago, se preocupan bien de aplicar la ley contra los
que no se callan frente a cada injusticia…
Por lo tanto,
queda claro que se prepara una escalada represiva contra los de abajo, a
mansalva, una escalada que se caracteriza por su transversalidad: obreros,
desocupados, estudiantes, changadores, amas de casa, todos estamos en la mira.
Se criminaliza la pobreza y con ella, toda expresión de descontento originada
en la misma.
Mucho se ha debatido acerca del proyecto de
país: del “país productivo” que tanto pregona la izquierda institucional. Viene
quedando claro que el “país productivo” del que hablan es para los inversores,
para las empresas multinacionales. Si no, miremos el decreto del agua, que
viola la voluntad popular; la insistencia en la instalación de las papeleras,
el envío de tropas a Haití, la operación UNITAS, el tratado de inversiones.
Todas ellas verdaderas medidas antipopulares que privilegian a las
multinacionales, al imperio y a la burguesía criolla. El “país productivo” es
en definitiva un proyecto burgués, y cuando el gobierno habla de crecimiento
económico habla de que necesita recibir a las aves de rapiña -que son las
multinacionales- que vienen a saquear nuestros recursos.
¿Qué hacer
frente a esta situación? Lo fundamental, organizarse. Juntarse, crecer en
número, en calidad. Luchar por mejoras, arrancar conquistas. Y esto no se logra
por ningún proceso mágico, sino por la tarea constante y abnegada de todos los
días. Organizar el sindicato, organizar el barrio, el centro de estudiantes,
son tareas en las que tenemos que estar y debemos ser firmes animadores. Allí
se organiza la clase y esas organizaciones son las herramientas con las que dar
la pelea. Sin lucha no hay conquistas posibles. Impulsar donde estemos insertos
un perfil clasista, que ponga de manifiesto el interés de clase de los de
abajo, de los que sólo tienen sus manos para laburar y transformar el mundo.
Queda claro que aislados no podemos luchar.
Debemos juntarnos, encontrarnos en cada lucha. Impulsar el encuentro de
aquellos que pelean, el intercambio de experiencias, de broncas y de sueños.
Ese lugar de encuentro es lo que nosotros llamamos Espacio Solidario. Un
espacio donde generemos las herramientas para dar la pelea por nuestras
necesidades cotidianas y que nos encontremos en la lucha, avanzando en la
construcción de una sociedad diferente.
Por eso decimos que este es momento de
comenzar a andar esa senda, de unificar las luchas, de tender puentes entre los
de abajo, de construir una alternativa popular. Estos son nuevos tiempos de
lucha. Los de arriba quieren aplastar la rebeldía popular, pero les enseñaremos
que somos un pueblo digno, solidario y combatiente.
¡A
construir un pueblo fuerte! ¡Por la unión de los oprimidos!
¡Contra
el avance del autoritarismo y la represión, lucha y organización!
¡ARRIBA
LOS QUE LUCHAN!
A continuación
habló el compañero Bruno, militante de la organización hermana: Federación
Anarquista Gaúcha. En si disertación improvisada hizo referencia especial a la
labor conjunta de las dos organizaciones: “Desde nuestra fundación, y ya
cumplimos 10 años, hemos estado codo con codo con la FAU. Un mismo proyecto
fundamental y una similar estrategia nos hermana. Cada uno atendiendo la
especificidad de la sociedad en la que le toca actuar pero siempre marchando
juntos”. Analizó el trabajo de inserción que lleva adelante la FAG,
especialmente en el Movimiento de Catadores. Con precisión hizo referencia al
actual proceso social-político de Brasil, la política continuista, neoliberal y
antipopular del gobierno de Lula, la corrupción brutal que circula por las
esferas del poder y del PT. “Una lucha fuerte hay por delante, en ella debemos
estar con todas nuestras energías militantes. En la lucha se seguirá avanzando
y encontrando caminos adecuados, caminos que conduzcan a no repetir experiencias
que sólo traen traición y desazón para el pueblo, caminos de acción directa y
real protagonismo popular. Junto al pueblo siempre”.
No
está muerto quien pelea.
Siguió Zelmar
en la oratoria, sus palabras iniciales fueron de sentido recuerdo para los
compañeros “desaparecidos” y asesinados. Después recordó especialmente a Elena
Quinteros con quien militó directamente en aquellos tiempos. “Hablar de Elena
Quinteros, con el marco y la dimensión que ha tomado el caso, uno puede
sentirse como cohibido. Todo parece inmenso y el tratar de rescatar la persona
Elena que vive entre nosotros, en nuestra memoria, se hace difícil. ¿Quién era
Elena Quinteros en definitiva?
La conocimos
en FAU como estudiante de Magisterios, junto a otros de su misma edad, inquieta,
curiosa, persistente. Conformaba con Hugo Casariego y Gustavo Insaurralde un
trío que movía el gremio de los estudiantes de magisterio…
Decía que era
inquieta: la actividad de su gremio, la actividad de FAU y la actividad de las
organizaciones sociales de la época la vieron siempre moviéndose, tratando de
solucionear problemas organizativos como políticos.
Decía que era
curiosa: leía, investigaba, inquiría… Decía que era persistente: y era
persistente clasista. Detestaba el arribismo, el reformismo, el electoralismo.
Luchaba por una revolución del pueblo, un protagonismo del pueblo, una justicia
del pueblo y no por soluciones de mazorcas. Nunca por las soluciones
autoritarias y explotadoras largamente experimentadas y largamente tan
desastrosa para los trabajadores.
Esto era la
persona Elena Quinteros, más allá de todo ese tapujo oficial de placas y
oficioso, de deformaciones de posiciones pensamientos y proyectos.
Pero para los
consecuentes existe su consecuencia, para los justos existe su justicia, para
los clasistas existe su clasismo y para los modestos existe su modestia y es
ello que la hace viviente, permanente.
Elena,
Arriba los que luchan!!!
Cerro el
acto el compañero Federico.
“Nos reunimos hoy aquí, en el marco de la conmemoración de los 49 años
de la FAU, y bajo la consigna de alternativas libertarias para nuevos tiempos
de lucha. Nos pareció que de algún modo, estos rasgos diferentes que vienen
conformando a nuestro país, y su marco regional, debían tener una lectura desde
lo libertario como aporte hacia la construcción de una alternativa política
real para los de abajo…
El contexto político en que se desarrolla nuestra militancia, viene con
algunas jugadas, que mucho tienen de cortina de humo, pero que pesan a nivel de
la subjetividad de la gente, en el cómo se perciben determinadas posiciones. El
tan anunciado proceso de integración regional, llámese Mercosur, es presentado
como la alternativa anti imperialista de estos tiempos en que todo se da por
vía institucional. Pero mas allá de lo discursivo, y las particularidades de
cada lugar, bien sabemos lo que representan Lula, Kirchner , Lagos y Vazquez en
sus respectivos países. Quizá Chavez sea el único con algún tono distinto, sin
dejar de tomar en cuenta el montón de aspectos criticables que tiene el proceso
venezolano. Pero ahondar en eso nos llevaría demasiado tiempo y no es la idea
hacerlo hoy.
Sí debemos marcar claramente,
que estos gobiernos llamados progresistas o socialdemócratas, muy poco o casi
nada han hecho a favor de los sectores populares, mas bien han puesto al día la
agenda del imperio…
Algunos datos en materia
económica, nos marcan que las privatizaciones han avanzado, los recursos
naturales van tomando cada vez mayor injerencia de control por vía de las
multinacionales, y se ha consagrado con una complicidad alarmante, los
establecimientos de bases militares yanquis en la región.
Militarización, control de los
recursos naturales y sujeción económica, parecen ser los tres ejes básicos de
la política imperial, que lejos de ser cuestionada, es celosamente administrada
por los gobiernos de aquí del Sur.
El Uruguay dentro de eso: se ha ido moviendo rápido, yendo incluso mas
profundo que sus pares de la región. La firma del Tratado de Protección de
Inversiones nos da una pauta clara. Lo que los yanquis tienen planificado como
antesala del ALCA, fue firmado por el ejecutivo y finalmente será aprobado por
el parlamento con escasas disidencias. Las maniobras Unitas, las tropas a
Haití. La consagración de las privatizaciones ahora con el nombre artístico de
“asociaciones”.
¿Qué lectura podemos hacer de
este fenómeno?. ¿Cómo entender el viraje de algunas posiciones en tan poco
tiempo?. Nosotros queremos decirlo bien claro. Nunca albergamos ninguna
esperanza en la vía institucional. El sistema capitalista, con sus complejos
entramados de poder no dan margen de maniobra posible. Y aquí no ponemos en
tela de juicio las intenciones. Sabemos quemuchos compañeros acompañaron y
acompañan de buena fe, pero creemos un deber el advertirlo con claridad. Dentro
de los marcos del sistema no hay salida para los de abajo…
Una ruptura real, debe salirse
de los cauces que establece la institucionalidad del sistema, debe procesarse a
través de las herramientas organizativas propias que los sectores oprimidos van
dándose en el transcurso de la lucha. Lo queremos decir bien claro. Los
resortes de poder del sistema, están articulados para garantizar un determinado
tipo de lógicas y funcionamientos, para que las decisiones estén al margen del
pueblo y en manos de unos pocos. La verdadera organización política de la
burguesía, mas allá de partidos, es el Estado y sus resortes de dominación.
Mas allá de intenciones, los que
queremos un relacionamiento social diferente, debemos sí o sí, plantearnos una
funcionalidad distinta del poder. Aquello que llamamos poder popular,
construído desde las organizaciones de base, y privilegiando los intereses
comunes de los sectores oprimidos. Un poder popular que es imposible de tomar.
No existe la toma del poder popular, se trata de una construcción permanente y
cotidiana, absolutamente antagónica y enfrentada a los mecanismos del poder
burgués, a su lógica y sus estructuras de dominación.
En ese proceso de construcción, las luchas populares que se vienen deben
ser tomadas muy en serio, tratando de hilar lo mas fino posible. En este último
tiempo, ha ido quedando mas en claro que el sistema capitalista y sus resortes,
no están dispuestos a dejarse cuestionar así como así. En seguida ponen a
funcionar sus cuerpos represivos, su policía, sus servicios de inteligencia,
sus jueces alcahuetes que dejan al descubierto el carácter de clase del aparato
judicial, la complicidad asquerosa de toda la clase política, la transmisión
ideológica de los medios de comunicación. Todo un andamiaje orquestado al
servicio de los intereses de la clase dominante.
Aquello que veíamos que se perfilaba como embestida de los
poderosos, hoy va tomando rasgos concretos y mas identificables. Se está dando
un proceso de criminalización de todo un amplio sector de población. Se podría
decir que quieren judicializar la protesta social, pero nosotros decimos que va
aún mas allá. Lo que están queriendo criminalizar es la pobreza. Por ser pobre
ya sos culpable, y si todavía protestás peor.
Ése es el mensaje que dan desde las esferas de poder. Porque ahora
se trata de procesar a los que enfrentan esta realidad, de una manera
“ejemplarizante”, para que todos los que salgan a reclamar mañana, tengan bien
en claro su destino. Y los reclamos van a venir, porque la realidad que tenemos
por delante es bien jodida. Las medidas en materia económica no preanuncian
nada bueno, sino mas bien lo contrario.
Habrá que ir
pensando de manera seria. Procesar en los diversos ámbitos de militancia los
desafíos que estos nuevos tiempos nos imponen. El sistema quiere imponer un
modelo único de pensamiento y comportamiento, y todos aquellos que lo
cuestionen estamos en la mira. Es más, cualquier reclamo que se salga de lo
institucional (o sea, aquello que los burgueses reconocen como válido), también
está en la mira. De dejar continuar esa lógica, hasta un reclamo salarial puede
ser catalogado de “sedicioso” o algún otro término por el estilo, y por lo
tanto le caerá “todo el peso de la ley”, que por supuesto, la hacen y controlan
los de arriba…
El enfrentamiento a toda la política de impunidad, es vital para
poder pensar en una sociedad diferente. Está bien conocer la verdad, pero toda
la verdad de lo que pasó y también de lo que pasa hoy.
¿Cuántos pilotos de la muerte están hoy cobijados en la
institucionalidad democrática?.
¿Alcanza con que reconozcan que son asesinos?.
No aceptamos ni aceptaremos. Nos parecerá asqueante por siempre,
que se muestren los huesos de nuestros compañeros poco menos que como un trofeo
político. Ese grotesco espectáculo de los mercaderes de la política.
Hechos
dolorosos, que no son mas que la comprobación de una tragedia. ¿de qué
credibilidad de los milicos nos van a venir a hablar?. Allí está patente lo que
ellos entienden por defensa de las instituciones. Son asesinos y torturadores.
Son secuestradores de niños y tienen la conciencia y las manos llenas de la
sangre de nuestros compañeros. No podemos ni queremos olvidar ni perdonar esas
atrocidades. Esa institución represiva que es el ejército, debe dejar de
existir.
Es impensable
que esa institución especializada en muertes y torturas, siga en pié,
recibiendo mas de dos millones de dólares diarios. Este país, con un
presupuesto militar de país en guerra, está en guerra contra su propia
población, y la indigna ley de impunidad es su garantía jurídica…
Porque esa impunidad, también
hace posible la impunidad de hoy. Y esto no es anclarnos al pasado, no es un
ejercicio de nostalgia ni nada que se le parezca. Es intentar la comprensión de
una problemática compleja, una verdadera ingeniería de la impunidad, un
entramado de poder que garantiza el privilegio de unos pocos por sobre el
derecho de las mayorías. El sostenimiento de esos privilegios exige el castigo
a los rebeldes. Ése es el rol de la impunidad. Queriendo que aceptemos como
natural que un puñado decida los destinos del resto. Así se reproduce la
dominación…
En temas como el de los compañeros presos no hay camino del medio. O
se está con los presos, o se está con los botones. Pero la movilización popular
enfrentó a toda esa política de miedos y complicidades, finalmente arrancando a
los compañeros de la cárcel. Fue un primer paso importante…
Nos queda la pelea contra los
procesamientos. Los de los cuatro compañeros liberados, el procesamiento de
Irma, y la posibilidad de procesar a los trabajadores de la imprenta Vanni por
defender su fuente de empleo y poner a producir las máquinas que un patrón
compró explotando laburantes.
¿cómo articularemos esas luchas? Es el desafío mayor que tenemos por delante,
es una tarea colectiva que requerirá de un gran esfuerzo. Ese esfuerzo de
articulación, de que las diferencias enriquezcan en vez de separar, ése ha sido
el mayor saldo positivo de este último mes. La lucha como herramienta.
Incipiente sí. Pero sabiendo que estuvimos allí, que un montón de esfuerzos se
conjugaron para una tarea colectiva en función de los intereses de la clase,
que son los únicos intereses superiores que reconocemos.
Nos queda por delante, el lograr
sostener esa unidad para las luchas que se avecinan. Respetando los tiempos de
cada colectivo, las diferencias metodológicas, las concepciones estratégicas,
procedencias ideológicas, etc. Lograr la unidad del espectro militante que
apuesta al desarrollo de un movimiento popular de signo combativo y clasista,
que es a nuestro entender, la verdadera herramienta de cambio.
Al día de hoy, ése
fortalecimiento debería ser la tarea prioritaria de todo aquel que tenga una
intención revolucionaria. Sin un movimiento popular fuerte, no hay concepción
estratégica ni especulación teórica capaz de ponerse en acción real.
La tarea política central al día
de hoy, es la consolidación de un espacio militante que sustente posiciones
combativas, para priorizar los intereses de clase, para dinamizar las diversas
instancias que se da nuestro pueblo para enfrentar las medidas concretas que
hacen posibles al sistema tal cual es. Generar una cultura de resistencia,
diametralmente opuesta a la resignación que nos quieren imponer. Fomentar
elementos ideológicos que impulsen la participación responsable y el
compromiso.
Es en esa lucha, y en ese
proceso de construcción, que apostamos todas nuestras humildes fuerzas. Unidad
que no signifique uniformizar, sino construir herramientas comunes, que
potencien el trabajo de todos. Los intereses de las clases oprimidas, hacia un
proceso de construcción del poder popular, desde la base y con participación.
Las organizaciones políticas de intención revolucionaria, debemos poner todo
nuestro caudal en el impulso y desarrollo de esta herramienta.
Y recordamos una vez mas, a
nuestro entender, la organización política no sustituye ni representa las
luchas populares. Sencillamente impulsa, intenta dinamizar, dar proyección
estratégica, pero debe siempre respetar los tiempos y los rítmos de la tarea
específica. No somos, ni queremos ser la vanguardia de nadie. Sólo tomamos
nuestro puesto de lucha, e intentamos aportar en ese proceso colectivo. Así
concebimos el accionar político y como tal, lo aplicamos.
A modo de mensaje final; queremos saludar a todos los compañeros y
compañeras que han militado estos procesos de unidad de la clase. A todos los
que no claudican, los que no transan sus principios, los que han sabido de qué
lado hay que pararse en esta lucha. Lucha que será larga, como decimos siempre.
Para los pobres del mundo todos los tiempos son de pelea. Y eso requerirá de
mas esfuerzo y mas sacrificio, y sabemos que hay un montón de compañeros
dispuestos a ello. A todo ese esfuerzo militante, un respetuoso y fraternal
saludo.
Desde aquí, nuestro compromiso
con los oprimidos. En la forja permanente de herramientas militantes allí donde
podamos.
En los barrios, en los Ateneos,
las radios comunitarias, en los sindicatos, los centros de estudio, la
cooperativa de vivienda. En todos lados, impulsar posiciones que confronten con
los mandatos del capitalismo.
Allí donde quieren imponer
resignación, impulsemos pues, la resistencia. Donde nos quieren meter el
individualismo, levantemos el trabajo colectivo y la solidaridad.
Donde quieran imponer el miedo,
el olvido y el punto final, les decimos otra vez ni olvido ni perdón. Levantar
una barrera de solidaridad, de organización y de lucha, ante los embates
represivos de la clase dominante.
Si tocan a uno tocan a todos.
Así pelearon nuestros queridos
compañeros que siguen guiando nuestro camino, con su valiente ejemplo y su
generosa entrega.
Siempre en la senda
anticapitalista y anti-botones.
Gerardo Gatti, el Loco Duarte,
Elena Quinteros, el Vasco Larrasq, el Pocho Mechoso y en sus nombres todos los
compañeros, que seguirán aquí junto a nosotros mientras sigamos luchando por
esos sueños de socialismo y de libertad.
Hacia la
construcción de un pueblo fuerte que impulse la pelea.
Levantando los
métodos de acción directa.
A organizar la resistencia
popular ante la inmundicia capitalista.
Con los rebeldes
siempre.
Por el Socialismo
y la Libertad.
Arriba los que
luchan.
Federación Anarquista Uruguaya
Fuente: Federación Anarquista Uruguaya