El circo político y mediático que hemos sufrido en la Región de Murcia estas últimas semanas nos da idea del estado decrépito de nuestra democracia representativa. La moción de censura, que es un mecanismo básico de control gubernamental por el Parlamento es tachado de golpe de estado. El transfugismo y la corrupción, presentadas como tremendas jugadas políticas.

El transfugismo es sólo el síntoma de la desaparición del sistema de partidos políticos clásico, en donde éstos actuaban como movimientos populares que debatían y construían su voluntad política. Estos partidos creaban una identidad y unas lealtades más o menos sólidas a los principios morales que representaban. Sin embargo, en el actual sistema de partidos, propio de la sociedad del espectáculo en la que vivimos, son organizaciones sin respaldo social que funcionan como empresas de marketing.

El transfugismo es sólo el síntoma de la desaparición del sistema de partidos políticos clásico, en donde éstos actuaban como movimientos populares que debatían y construían su voluntad política. Estos partidos creaban una identidad y unas lealtades más o menos sólidas a los principios morales que representaban. Sin embargo, en el actual sistema de partidos, propio de la sociedad del espectáculo en la que vivimos, son organizaciones sin respaldo social que funcionan como empresas de marketing. Su estructura hipervertical conlleva unos cuadros intermedios que no se sienten interpelados por unos valores éticos que ya no existen, sino por su interés personal. Interés que puede cambiar en cualquier momento.

Por estos motivos de marketing, Ciudadanos ha decidido dos años después cumplir su promesa electoral de sacar al Partido Popular de las instituciones murcianas. Fracasado el intento en la Comunidad Autónoma, quedaba la moción en el Ayuntamiento de Murcia que sí ha sido aprobada. Estos dos años que quedan de legislatura pueden ser claves para limpiar el Ayuntamiento de la red mafiosa de subvenciones y contratas tejida por el PP, que ya reconoció en 2018 el concejal popular del propio Consistorio, Roque Ortiz: “que no se le olvide a la gente que trabaja en las concesionarias, que no se le olvide a la gente a la que le hemos conseguido un trabajo. Todo esto, que no se olvide”. Que reconocen empresarios desde el anonimato. Que ya destapó CGT Murcia con el caso Tribugest, y que ahora denuncia el concejal Mario Gómez entregando a la UDEF 200 carpetas de información sobre contratos, con especial trascendencia del de parques y jardines.

Señores concejales del PSOE y Ciudadanos, ya están ustedes gobernando en el Ayuntamiento de la capital y en breve se darán cuenta que las cosas no se pueden cambiar sin las trabajadoras y trabajadores. Y no nos referimos a los votos de la gente, sino al empuje, a la movilización y a la concienciación para la transformación social. Gobiernen obedeciendo al pueblo, es su única oportunidad para comenzar a construir una nueva Murcia.


Fuente: CGT-Región Murciana