Soy Antonio Carretero, afiliado al Sindicato de Administración y Servicios Públicos de CGT Valladolid desde 1986. El pasado lunes 8 de junio por mandato del XVI Congreso Confederal de la CGT, soy el responsable para los próximos cuatro años del Rojo y Negro, en sus dos versiones actuales, la impresa y la digital.

Soy Antonio Carretero, afiliado al Sindicato de Administración y Servicios Públicos de CGT Valladolid desde 1986. El pasado lunes 8 de junio por mandato del XVI Congreso Confederal de la CGT, soy el responsable para los próximos cuatro años del Rojo y Negro, en sus dos versiones actuales, la impresa y la digital.

Aunque formalmente el cargo que asumo se denomina «director/a del Rojo y Negro» confieso que me resulta incómodo, en lo ético y en lo ideológico dicho título. Éticamente porque la realidad del quehacer cotidiano de cualquier publicación no se corresponde con la de alguien que dirige a otr@s que están a su cargo y subordinados a sus dictámenes. Y mucho menos en el caso del Rojo y Negro, órgano de expresión de la CGT, y como tal fruto de la intervención directa e indirecta de muchas personas : fotógraf@s, redactores/as, ilustradoras/es, compañeras y compañeros, sindicalistas, militantes sociales… Y por que esto es así y debe ser así, mi labor no puede ser otra que la de coordinador de todas esas voces y de todas esas manos.

Pero además, en lo ideológico, el Rojo y Negro es un mandato de la organización para dar vida a un medio de información y comunicación que recoja lo más fielmente posible toda la actividad que la Confederación genera día a día. Es por lo tanto el «vocero» de la CGT, de sus campañas, de su ideas, de sus análisis y de sus propuestas, y también de sus luchas, intervenciones, movilizaciones. El Rojo y Negro no tendría sentido sin la acción sindical de nuestra secciones, sindicatos y federaciones de ramo, sin su variada y polifacética acción social tanto estatal como local, sin el compromiso y la solidaridad de nuestras relaciones internacionales, sin nuestras acciones y campañas en los temas de mujer y género, de salud laboral, de cultura libre, memoria libertaria y de formación. Y desde esta perspectiva, a mi entender, no cabe la figura ejecutiva y jerárquica de un «director» que apele a la «autonomía» del cargo para definir, determinar o priorizar contenidos. Más bien todo lo contrario, ha de ser un «mandado» de la Confederación, debe ser más el «Secretario» del Rojo y Negro que su «director», pues el cometido general es el mismo que en cualquier «secretaría» de esta casa : desarrollar, ejecutar y promover los acuerdos y decisiones que la organización determina en sus comicios y asambleas.

En resumen, prefiero ser y que se me considere como coordinador, secretario, facilitador, y obviamente el responsable de que el Rojo y Negro, impreso y digital, salga con la máxima calidad posible, en contenidos y diseño, que sea útil a la organización y a sus militantes, que sea cada día más leído y demandado dentro y fuera de la Confederación. Y mi «autonomía» estará precisamente en este ser «responsable» del medio de expresión de la CGT.

Espero y confío, con mis aciertos y errores, y sobre todo con la ayuda, las sugerencias y las aportaciones de tod@s vosotr@s, el crear un Rojo y Negro que esté a la altura de nuestras ideas y de nuestros ideales. Y por ello también os pido un poco de paciencia y comprensión por los fallos que pueda cometer en los primeros números bajo mi responsabilidad.

Salud y buenaventura.
Antonio Carretero
redaccion@rojoynegro.info


Ir a Rojo y Negro nº 225, junio 2009